Arbol Genealógico
de nuestra Familia

Página de Inicio  |  Novedades  |  Fotos  |  Historias  |  Lápidas  |  Reportes  |  Apellidos
Buscar
Nombre:


Apellido:



Manuel Jorge CAMPOS LÓPEZ CAMELO, General

Manuel Jorge CAMPOS LÓPEZ CAMELO, General

Varón 1847 - 1908  (61 años)

 

«Anterior 1 2 3 4 5 6 Siguiente»     » Mostrar como diapositivas

Cargando...
Apellido: Campos 
Origen: Castellano. De la Tierra de Campos, situada entre las provincias de Palencia, Valladolid y León. Muy extendido por toda la zona norte de Castilla. 
Descripcion de su Escudo de Armas: En campo de gules, un león rampante en oro 


Manuel J. Campos (n. 1847; m. 1908) fue un militar argentino que alcanzó el grado de General, fue seguidor de Bartolomé Mitre y comandó militarmente la Revolución del Parque en 1890. El papel del General Campos en la Revolución del Parque ha sido cuestionado por varios historiados atribuyéndole un pacto secreto con Julio Argentino Roca para hacer fracasar el levantamiento. Fue diputado nacional en 1904.

Sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta. Su tumba esta adornada por una escultura de Jules Coutan.

http://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_J._Campos

***************************************************************************
No había cumplido aún veinte años -vió la luz en el seno de una familia de tradición militar en 1847- y ya conocía el fragor de la guerra del Paraguay. Yatay, Uruguayana, Estero Bellaco, Tuyutí y tantos otros nombres representan acciones bélicas que se eslabonaron en la vida del joven guerrero, hasta que una herida de metralla en Curupaytí le significó el relevo y un ascenso por mérito. Restablecido, marchó con Paunero a Mendoza con las fuerzas que sofocaron la rebelión de Videla, Saá y Rodríguez, donde fué nuevamente herido -esta vez de consideración- por arma blanca en la cabeza. Otra vez convocado al Paraguay permaneció hasta la conclusión del drama como subordinado de su hermano el teniente coronel Luis María Campos.

Operado el regreso a Buenos Aires, la estancia no duró mucho tiempo. Después de participar en la primera y segunda campaña contra Lopez Jordán se hizo cargo de la Inspección y Comandancia General de armas; y luego de la jefatura de bomberos -período en el cual esa institución inició la construcción del cuartel de plaza Lorea-. se desempeñó como ayudante del general Roca en la campaña al Río Negro,y durante los sucesos de 1880 el ya coronel Campos actuó en apoyo del gobierno nacional escoltando su cuerpo a las autoridades federales hasta 1882. En ese año pasó a ejercer la jefatura de la frontera Sud de Buenos Aires, instalando una línea avanzada de fortines y fundando la actual ciudad de General Acha.

Fue un soldado cabal, forjado en el fuego de innumerables combates, ejemplo de lealtad y bravura. A su regreso de Europa -ya general- donde se había desempeñado un año como agregado a la legación argentina en Londres, fue apalabrado por los organizadores de la revolución en plena gestación. En un principio fue escéptico en cuanto a las posibilidades de éxito del movimiento ya que no era un hombre político -aunque no ocultara su clara filiación mitrista- , ni un revolucionario profesional, sólo un soldado disciplinado de inteligencia simplista. Después de algunas reuniones conspirativas cambió de parecer y aceptó la jefatura militar de la revolución. Un hecho fortuito se agregó como contribución a su decisión cuando después de la reunión popular de El Frontón, vistiendo traje de calle, defendió a su hermano ante la policía que cargaba a las órdenes de Capdevila, rompiendo su bastón sobre la cabeza de un agente policial, y siendo encarcelado hasta bien entrada la noche.

Comenzó a recorrer con entera libertad los cuarteles a objeto de sublevarlos, hasta que apenas unos días antes de la fecha de inicio de la revolución fue arrestado por orden del ministro Levalle junto con otros oficiales conspiradores. Visitado en su prisión del regimiento 10 de infantería por el general Roca, a quien conocía como antiguo subordinado y asistente, reconoció que sería el jefe militar del alzamiento próximo a estallar, y que no faltaría al compromiso asumido. Enemigos ambos de la "solución Alem" para la crisis profunda que atravesaba el país, coincidieron que la revolución no podía ya detenerse pues el malestar contra Juárez tenía que hacer eclosión por algún lado, y que era necesario pensar en alguna manera de regular el movimiento para que todo convergiera en una personalidad -el general Mitre- que pudiera recomponer una política de unión nacional. Ambos de acuerdo, Roca convino con el jefe del regimiento, coronel Toscano, la salida de Campos de su prisión para encabezar la sublevación.

En esta entrevista está la clave que explica la actitud asumida posteriormente por Campos, que se empeñó en mantenerse a la defensiva concentrando sus tropas en el parque de Artillería, se apartó del plan convenido, no intentó interrumpir las comunicaciones telegráficas, y no atacó a las fuerzas del gobierno sino que les intimó rendición mientras sus fuerzas entonaban el Himno Nacional a la espera de que llegara la carne para una churrasqueada general; una pérdida de tiempo que favoreció a Pellegrini y Levalle que concentraban sus tropas en la plaza Libertad, mientras ordenaban a varios cuerpos de interior que se trasladaran inmediatamente hacia la Capital, para reforzarlos.

Campos debió resistir la presión de los elementos civiles de la junta revolucionaria que lo instaban a atacar y cumplir el plan previamente establecido, y con Alem se embarcó en una dura polémica después de fracasada la revolución. Los sublevados se consideraron vencidos cuando el propio Campos, en nota al caudillo de Balvanera, sentenció sobre la imposibilidad de llevar un ataque sobre la plaza Libertad o resistir uno de esa procedencia ante la escasez de municiones y los infructuosos esfuerzos hechos para conseguirlas.

Airoso de su primer trance político, fue elegido diputado por la Capital, pero renunciante dos años después ocupó la jefatura de la policía. En 1897 fue senador a la Legislatura de la provincia de Buenos Aires; nuevamente diputado en 1902 -reelegido 4 años despuéss-, ocupaba su banca cuando falleció el 15 de diciembre de 1908.

revista: Todo es historia, nº 277, julio de 1990.

http://ar.geocities.com/gmjclp/historia/gral.htm

****************************************************************************

GENERAL ACHA

PORTAL PAMPEANO HACIA EL INMENSO SUR DEL PAIS 


La ciudad del Valle Argentino
El 12 de agosto de 1882, en la zona del valle pampeano, se fundó General Acha. El lugar solía identificarse como "Quetré Huitrú Lauquen", (caldén solo junto a la laguna), tierra de viejos caldenes, uno de los cuales habría sido el "quetré huitrú" traducido como "caldén solo", o como "caldén cortado" o "desgajado".
Dice el libro "Centenario de General Acha" que añosos y corpulentos caldenes cubrían, dueños y señores, todo el terreno elegido y demarcado para el nuevo pueblo. La planicie con marcado declive de Sud a Norte, a 223 metros sobre el nivel del mar, escondía, debajo de casi un metro de arena voladora, su superficie gredosa y toscosa. Al Sud del futuro pueblo, tendido de Este a Oeste y atalayado por una cadena de médanos, un valle de varias leguas, de tierra fértil, con varias lagunas y numerosas vertientes naturales, constituían la bella esperanza de los habitantes de la planta urbana, en formación. Clima seco, templado y sano, con bruscos cambios de temperatura. El viento Pampero', hoy casi desaparecido, castigaba feroz estas regiones. 

Fundación con cinco manzanas
Ya existía Victorica y la calidad del agua del valle Quiñe Malal (un corral). Valle Argentino, motivó a Manuel Jorge Campos para fundar allí otro pueblo. General Acha configuró así una excepción a la característica sobre el origen de la mayoría de las localidades pampeanas, que tuvieron formas de vida antes de la fecha adoptada como fundación. En este caso, el campamento y el primer esbozo poblacional fueron el mismo día histórico. No hubo nada antes, todo a partir de entonces.
En esa jornada, el general Campos reunió así mismo a jefes y soldados para hablar sobre la futura ciudad y su denominación y se propusieron dos nombres: Santa Carolina, por Carolina Plot de Campos, esposa del fundador, y General Acha, por Mariano Acha (1801-41), de vida militar intensa en las guerras civiles, muerto y decapitado a orillas del río Desagüadero. Se aprobó General Acha, ahora la tercera ciudad de la provincia en número de habitantes y que simboliza el enlace de la llanura pampeana con las tierras de más al Sur, "posta obligada" de viajeros, como escribe Fernando Aráoz.
El agrimensor Joaquín Cascallar trazó la actual plaza Belgrano y las cuatro manzanas colindantes: al Norte, caballería; al Sur, infantería; al Oeste, comandancia y al Este, pobladores. También Manuel J. Campos (1847- 1908) tuvo actuación permanente en acciones militares de su siglo, y fue diputado nacional.

Capital de La Pampa
A la fundación y la cuestión de la capital se refiere la publicación centenaria, como antes lo habían hecho, por ejemplo, las revistas "La Moderna" y "Promoción Achense (Proa)", y después lo hizo "Platea 1". En 1884, una medida oficial estableció la capital en General Acha, pero otra de 1900 autorizó su traslado a Santa Rosa de Toay, aunque Acha retuvo el juzgado. En 1904 se determinó también trasladar el organismo judicial, antecedente que formó parte de un año convulsionado, en que no faltó una pueblada del vecindario achense, resuelto a no dejarse llevar el último reducto de su condición de capital. Es la recordada "Revolución de General Acha". Unos vecinos ocultaron documentación y otros, incluso venidos desde las quintas, enfrentaron a la policía, pero ésta recibió refuerzos y los rebeldes fueron detenidos, enviados a Santa Rosa y procesados por sustracción de documentos públicos, aunque finalmente, amnistiados.

http://www.soydetoay.com.ar/toay/archiv_imag/depar_archiv/5.htm


Gral Manuel Jorje Campos.jpg




Nombre de archivoGral Manuel Jorje Campos.jpg
Tamaño de Archivo246.06k
Dimensiones613 x 960
Vinculado aManuel Jorge CAMPOS LÓPEZ CAMELO, General

«Anterior 1 2 3 4 5 6 Siguiente»     » Mostrar como diapositivas