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Notas
Francisco de Oribe (1753 - 1801)
Birthdate: 1753
Birthplace: Laredo, Cantabria, Spain
Death: Died 1801 in Lima, Peru
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Francisco Oribe
* Cantabria, Laredo 1753
Padres
Padre: Francisco de Oribe Salazar
Madre: Ana María de las Casas y de la Cuadra
Matrimonios
María Francisca de Viana y Alzaybar
Hijos
?Vicente Francisco de Oribe y Viana * 22.01.1783
?Tomás Hermenegildo de Oribe y Viana * 13.04.1784
?Rafael Isidoro de Oribe y Viana * 15.05.1785
?Margarita de Oribe y Viana * 10.04.1787 Martín Lasala
?Isabel Bernabela de Oribe y Viana * 11.07.1788
?Josefa de Oribe y Viana * 13.09.1789 Felipe Contucci
?María de la Concepción de Oribe y Viana * 06.02.1791
?Manuel Ceferino Oribe y Viana * 27.08.1792 Agustina Contucci y Oribe
?Ignacio de Abdón de Oribe y Viana * 30.07.1795 María Josefa Ramírez Carrasco
?María Dolores de Oribe y Viana * 22.11.1796
?Francisco José de Oribe y Viana * 05.02.1798
?Isabel de Oribe y Viana

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Los Oribe eran de origen vasco. Las Provincias Vascongadas eran las de mayor densidad de población de toda España; población que debía vivir en tierras pobres, divididas en pequeñas propiedades, bajo el régimen de mayorazgo.
Tenían una amplia capa de nobleza menor, con grandes dificultades económicas para poder mantener su rango.
La emigración interna en busca de oportunidades fue una constante, así como su aporte humano a los ejércitos reales y a la colonización, por medio de clérigos y funcionarios, que poseían una aceptable cultura, una firme religiosidad y un particular sentido tradicionalista.
De esta estirpe eran los Oribe, los Viana y los Alzáibar.
Don Francisco de Oribe y de las Casas, padre de Manuel, era un militar español, como vimos, originario de Laredo, un puerto fortificado de la Provincia de Santander, con una población de larga historia guerrera.
El escudo de la familia: tres estrellas de oro de ocho picos sobre campo azul, pertenece, según los especialistas, al primer período heráldico de la Región, que se gestó entre los años 1100 y 1250.
Don Francisco era militar de escuela en el arma de artillería-particularmente aristocrática en la la época, debido a los estudios que demandaba-y fue destinado al Río de la Plata en el año 1775.
Participó en la lucha contra los portugueses en San Pedro de Río Grande hasta 1777, cuando el tratado de San Ildefonso solucionó el pleito fronterizo entre España y Portugal en América. El Real Cuerpo de Artillería donde prestaba servicio el oficial Oribe, permaneció algún tiempo en Maldonado para pasar después a Buenos Aires donde establecerá su cuartel en el Retiro.
A comienzos de la década de los ochenta del siglo XVIII una parte del Cuerpo pasará a prestar servicios en Montevideo, donde don Francisco Oribe permanecerá casi 20 años.
Aquí formará su hogar y alcanzará alta graduación en su carrera militar.
En 1790, con el grado de Capitán, aparece en los libros de la revista del Real Cuerpo de Artillería de Montevideo, teniendo a su mando la primera compañía que tiene ?un parque contra la muralla, cerca del Portón Nuevo?.
Referencias posteriores lo presentan participando en los trabajos de fortificación de la Plaza y en distintas comisiones en la circunscripción de la ciudad, que sigue creciendo al amparo del comercio y de la riqueza de la región y tiene ya, en 1778, más de novecientas casas.
En 1798 es ascendido a Teniente Coronel.
En 1800 se produce un hecho fundamental en la carrera militar de don Francisco Oribe, cuando por una Real Orden, se decretó su traslado a Lima, como Comandante de aquella Plaza que fue siempre, junto con México, para los españoles, una de las dos grandes capitales de la América Hispana.
Este traslado a Lima de su padre, culminando una carrera militar, debe haber marcado en gran manera a la familia y, muy especialmente, a Manuel, para quien su padre era un referente principal.
Pero, a menos de un año de su estancia en Lima, el padre fallece, debiendo la familia emprender su retorno a Montevideo.
Este detalle de la trayectoria militar del padre de Oribe, lo traemos a colación porque la imágen de aquel hidalgo español, como dice José de Torres Wilson, de una España preborbónica, de profundas convicciones cristianas, unidas en su misma raíz a un sentido de orden y de autoridad militar, cuya más plena realización vital era la carrera de las armas, unida también a un sentimiento aristocrático, profesional, de clase, que no significaba privilegios, sino deberes para con Dios, para con la Patria y para con el Rey, personificación éste del Estado, era un firme ejemplo para Manuel.
Estos conceptos esenciales estarán unidos a la personalidad de Oribe durante toda su vida, aun después que el vendaval de la revolución hubiese arrasado con el mundo que le dio origen.
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Francisco Oribe de las Casas (Los Oribe)
EN VIZCAYA Y SANTANDER
Y sus lineas de Argentina y Uruguay
Los Oribe que pasaron a Vizcaya fundaron nuevas casas de este linaje en la anteiglesia de Yureta, del partido judicial de Durango, y en la ciudad de Orduña, del partido judicial de Valmaseda. De esta casa de Orduña descendió
I. Pedro de Oribe, natural de Orduña, que en su mujer doña Catalina Ortiz Valpuesta, natural de la villa de Valpuesta, del partido judicial de Villarcayo y provincia de Burgos, tuvo a
II. Pedro de Oribe Ortiz, natural de Orduña que contrajo matrimonio con doña Catalina de Romarate, de la misma naturaleza (hija de Lucas de Romarate, natural de Orduña, y de doña Jerónima de Villalva y Mandojada, natural de Vitoria), naciendo de ese enlace
III. Pedro de Oribe, natural de Orduña y Caballero de la Orden de Santiago, en la que ingresó en 1659.
También pasaron los Oribe del Solar del Valle de Atala a la provincia de Santander, morando en Laredo, Castro-Urdiales y otros pueblos de aquella Montaña.
De la línea establecida en Laredo fueron Ignacio María y Ramón Bonifacio de Oribe Salazar, que probaron su hidalguía allí en 1773, y el Coronel de Ingenieros Francisco de Oribe y de las Casas, que murió en la Republica de Argentina en 1800. De este Coronel queda en aquel país distinguida descendencia.
A los Oribe de Castro-Urdiales perteneció Ignacio de Oribe y Salazar, que incoó expediente de hidalguia en 1783 y obtuvo sentencia favorable.
De la línea de Laredo procedió también la familia que pasó al Uruguay, quedando allí establecida y de la que fué progenitor
I. Francisco de Oribe, Capitán del Real Cuerpo de Artillería de la plaza de Montevideo en el último cuarto del siglo XVIII. LLegó a Coronel y estuvo en el Perú desempeñando misiones oficiales. Que casó con doña María Francisca de Viana y Alzaybar, de la que tuvo estos doce hijos:
1º Vicente Francisco de Oribe y Viana, nacido en Montevideo el 22 de Enero de 1783.
2º Tomás Hermenegildo de Oribe y Viana, nacido el 13 de Abril de 1784.
3º Rafael Isidoro de Oribe y Viana, nacido el 15 de Mayo de 1785.
4º Margarita de Oribe y Viana, nacida el 10 de Abril de 1787. Contrajo matrimonio con Martín Lasala, naciendo de este enlace
a) El Coronel Francisco Lasala, Jefe del Estado Mayor del General Oribe, su tío, durante la Guerra Grande.
5º Isabel Bernabela de Oribe y Viana, nacida el 11 de Julio de 1788.
6º Josefa de Oribe y Viana, nacida el 13 de Septiembre de 1789, esposa de Felipe Contucci, negociador de la Princesa Carlota, y padres de
a) Agustina Contucci y Oribe, mujer de su tío el General Manuel Ceferino de Oribe y Viana.
7º María de la Concepción de Oribe y Viana, nacida el 6 de Fefrero de 1791.
8º El General Manuel Ceferino de Oribe y Viana, nacido en Montevideo, como los anteriores, el 27 de Agosto de 1792. Intervino en la vida pública durante muchos años y ejerció altas magistraturas. El 18 de Febrero de 1819 casó con su sobrina carnal Agustina Contucci y Oribe, citada antes, de la que tuvo estos hijos:
a) María Dolores de Oribe Cotucci, nacida el 12 de Enero de 1831, mujer del Coronel Mariano Maza.
b) Felipe de Oribe Contucci, que con la representación consular de su país vino a Barcelona, radicando en esta ciudad. Habia nacido al 2 de Enero de 1833. Contrajo matrimonio en Barcelona con doña Ana Patxof Cibels, naciendo de ste enlace Felipe, José, Josefa, Mercedes y Cocepción de Oribe Patxof.
c) María Josefa de Oribe Contucci, nacida el 15 de Marzo de 1836, y
d) Margarita de Oribe Contucci.
9º El Gemeral Ignacio de Abdón de Oribe y Viana, que sigue.
10º María Dolores, nacida el 22 de Noviembre de 1796.
11. Francisco José de Oribe y Viana, nacido el 5 de Febrero de 1798, y
12. Isabel de Oribe y Viana, fallecida el 14 de Abril de 1793.
II. El General Ignacio Abdón de Oribe y Viana, nació en Montevideo el 30 de Julio de 1795. Su personalidad fué muy destacada en el Uruguay en aquellos tiempos. Casó en Melo, el 18 de Abril de 1826, con doña María Josefa Ramirez, de la que tuvo ocho hijos, siendo el primogénito
III. Juan Pedro de Oribe y Ramirez, natural de Montevideo, Jefe politico de Colonia bajo la Administración de don Atanasio Aguirre. Contajo matrimonio con doña Francisca Ramírez y de este enlace procede la generación actual de este apellido en aquella República.
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Tuvieron 6 hijos, siendo el mayor de ellos (otro). Francisco de Oribe Salazar, baut. en Barriga el 16-11-1698 y f. el 19-5-1753. Cm en San Martin de Sopuerta el 17-3-1735 c. Ana María de las Casas, h/l. de Juan Antonio de las Casas y María
de la Quadra. Tuvieron (o sobrevivieron) 3 hijos de los cuales el último fue Francisco Antonio Oribe, baut. en St» María de Laredo, hijo póstumo, el 20-10-1753.
Don Francisco de Oribe (la preposición de no fue usada por sus descendientes), fue bautizado en 1753. ... Era hijo de Francisco de Oribe Salazar, funcionario público y de doña Ana María de las Casas y de la Cuadra, de distinguida ...

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B) Doña Maria Francisca, que casó con D. Francisco Oribe, natural de Laredo, en las montañas de Santander, hijo de otro D. Francisco Oribe y de Da. Ana María de Las Casas, el primero natural de Barriga, en la jurisdicción de Aiba de Losa, y la segunda de Sopuerta, en el Se ñorío, nieto paterno de D. Francisco de Oribe Salazar y de Da. Ana María de Angulo, nieto matemo de D. Juan Antonio de las Casas y Maria de la Quadra. 
ORIBE DE LAS CASAS, Francisco Antonio (I849)
 
2 1930 El 15 de agosto se funda en Buenos Aires la ?Legión de Mayo", dirigida por José Güiraldes y Rafael Campos.

Transcripción de un recorte del diario, creo que La Nación y por las noticias del dorso supongo que es del 11 o 12 Julio de 1931

SOLICITADA

Al Sr. General Manuel Rodríguez:
Presente
Un comunicado aparecido en los diarios de ayer y en los de hoy, me impone la obligación de no dejarlo pasar sin contestación.
He esperado largo tiempo creyendo que en consideración a los antecedentes de nuestro apellido tradicional en la historia de la Patria y a los míos propios, por todos los servicios prestados a este gobierno, como organizador de la Concentración Nacional que se creó y sostuvo exclusivamente por una parte de los hombres de la Legión de Mayo, apoyando la candidatura del actual Presidente -única vez que he intervenido en política, - creía que se debiera hacer lugar al derecho que tiene todo ciudadano de que se le haga justicia.
Como actor y director en los preliminares y durante el movimiento del 6 de septiembre, tengo derechos adquiridos para hacer llegar a usted mi juicio desinteresado e imparcial por cuanto a esas circunstancias estaba en un terreno completamente opuesto a lo que motivó esta carta.
El referido comunicado contiene una expresión incalificable. Dice usted que "no se ha dado, hasta ahora, información alguna sobre las incidencias de pública notoriedad, originadas por la inconducta de un militar e ignorando el trámite que el cuerpo resolviera dar al asunto".
Inconducta - donde ve el señor General la inconducta del Teniente Coronel Campos, al ser llamado por una Comisión del Senado ante la cual ese dignísimo militar no había hecho ninguna gestión para que se le escuchara, podrían reacer, a su entender, esa calificación sobre el Honorable Senado de la Nación, porque una comisión de su seno llamara a un oficial del Ejercito para que le suministrara datos he informes sobre un asunto cualquiera? ¿y si no es posible admitir esa insidiosa calificación para el autor único del llamado cómo admitir que es el oficial invitado por la Comisión del Senado el que ha cometido un acto de inconducta por que se le llamara?
Pero es que como usted no puede castigar al Senado adonde usted ha concurrido lleno de amabilidades y ocultando la verdad, cae con toda la fuerza que le da su mando accidental al frente del Ejército sobre un Jefe inferior, al ser descubierto su traspiés por el hecho de haber arrestado al Teniente Coronel Campos veinticuatro oras antes de concurriera al llamado del Senado y ante la posibilidad de que la calumnia contra el Tte. Coronel Campos veinticuatro horas anda, haciendo recaer sobre sus verdaderos autores toda la fuerza de la sanción pública. Es bueno que el señor General lea la primera parte del Art. 560 del Código Penal Militar que prohíbe terminantemente que se castigue una falta antes de ser cometida.
Felizmente se comentan en todos los círculos las arbitrarias persecuciones que de ese dignísimo jefe, que se llama con todo orgullo Campos, está siendo la víctima.
El 6 de septiembre, a las seis de la mañana, cumpliendo órdenes del único Jefe - General Uriburu -y en mi carácter de miembro de la Junta Revolucionaria de la Legión de Mayo, concurrí al lugar que me fuera designado acompañado del entonces jefe de la misma Don Manuel Videla Dorna. Tomado preso él en la plaza de Flores, me hice cargo yo de los dispersos y con ellos llegué a Campo de Mayo. Y ahora, admírese Señor General: el único comentario elogioso que pude escuchar, para satisfacción mía, en e. momento (13 y 30 horas), en que era arrestado por el Coronel Álvarez, lo fue respecto a la actitud del Teniente Coronel Campos que tan bien honra el apellido que lleva y que usted tanto y tan enérgicamente condena. Fue el momento más emocionante de ese día, pues es muy difícil encontrar en la vida hombres que se jueguen íntegramente respetando leyes y principios en contra de mayorías enormes de opinión, por el sólo hecho de haber formulado un juramento de fidelidad a los poderes constituidos.
Toda la prensa del país hizo resaltar entonces la actitud valiente del Tte. Coronel Campos y ella me fue relatada después y comentada elogiosamente por las personas que la presenciaron y entre las que le puedo nombrar al actual Ministro del interior Dr. Leopoldo Melo, Senador Nacional Don Antonio Santamarina, Diputados Nacionales: José María Bustillo y Uberto Vignart y al actual Asesor letrado de la Provincia de Buenos Aires Dr. Juan Sila Riestra. Apelo a la caballerosidad de tan calificados testigos.
Será indiscreto. Que hicieron los Generales, Coroneles y altos jefes del Ejército, que haciendo gala de respetar la Constitución y teniendo comando de tropa o de altas direcciones militares, ni impidieron la revolución sin tener necesidad de recibir órdenes para hacerlo. El General Lavalle y otros altos jefes y el Dr. Pellegrini, en situación análoga en julio de 1890, no recibieron órdenes para sofocar la revolución y todos ellos supieron cumplir con sus obligaciones de militares y ciudadanos. Más aún, el General Manuel J. Campos, mi padre, jefe militar de aquella revolución, arrestado e incomunicado desde diez días anteriores al estallido, se sublevó con el regimiento dejando preso y desarmado al Tte. Coronel Toscano que era jefe del mismo, y ese dignísimo militar fue luego ascendido. Nadie osó acusarlo de cobarde.
El 6 de septiembre, para vergüenza del gobierno y de los que lo sostenían, no hubo más que una sola persona que tuvo un gesto que, por ser valiente, desinteresado y patriota, es castigado sin ninguna contemplación... Señor General Rodriguez, con militares como el Tte. Coronel Campos, gracias a dios mi hermano, es como se pueden defender los derechos constitucionales sin peligro de otra clase. Así lo comprendió y reconoció, al día siguiente la revolución su heroico y justiciero jefe y Presidente del Gobierno Provisional, llamándolo a su despacho. Talvez, usted, que no sé si estuvo en la revolución y que nada hizo para impedirla, recuerde, porque usted se encontraba en las antesalas presidenciales, y se acercó el Tte. Coronel Campos felicitándole cordialmente. Presenció usted también el abrazo que el General Uriburu diera al Tte. Coronel Campos, ordenándole en seguida que se pusiera al frente de su regimiento. Le constará asimismo a usted, como le consta al Coronel Juan B. Molina, presente entonces, que por un justo escrúpulo de delicadeza el Tte. Coronel Campos pidió que se le relevara de ese comando.

Dirá usted a que viene todo esto y es muy simple. Con motivo de uno de tantos homenajes rendidos a los hombres de mi sangre y apellido, porque ellos no economizaron culto, sangre y sacrificios a su Patria, homenajes hechos por argentinos y amigos y nunca por gobierno alguno, tuve oportunidad de oír, circunstancialmente, de labios de un amigo suyo que se entrevistó con usted a solicitud del General Pablo Richieri el señor Santa Coloma, que usted manifestaba que si el Tte. Coronel Campos decía que usted había dicho que era un cobarde, mentía; que lo único que usted aseguraba era que al Teniente Coronel le habían quitado el cuerpo que comandaba y que había sido golpeado y desarmado por un oficial del mismo, sin que reaccionara. Deliberadamente usted no quiere ver la verdad que el Teniente Coronel Campos ha querido esclarecer, pidiendo, con toda disciplina, la formación de un sumario. Eso es inconducta, no permitir que la calumnia que pesa sobre mi hermano, sea ventilada.
Su deber era llegar al esclarecimiento de los hechos, pues si un oficial acusado de cobardía no puede ser ascendido, tampoco puede conservar el honroso puesto que hoy tiene. Por eso ese vocablo: "inconducta" sólo debe recaer sobre la conciencia del hombre que encargado de dirigir nuestro ejército, debe velar por el prestigio del mismo y por el contrario, está labrando el descontento en sus filas. Y es inconducta y grave el no haber escuchado en ningún momento al Tte. Coronel Campos para que explicara su actuación en Campo de Mayo.

Pero como yo no he sido aún víctima de la cobardía moral que en la época actual paraliza las actitudes de los hombres y que he sido, para honor mío, actor principal en la gloriosa jornada del 6 de septiembre, que tan caro pagué y estoy pagando, le diré que es más fácil el sistema que usted sostiene que la práctica en el mismo terreno de la acción. Llegué yo, y discúlpeme que me nombre otra vez, a las puertas de Campo de Mayo y junto con nosotros llegaba un piquete del 1º de Caballería, posiblemente desorientado con la actitud valiente y decidida de su jefe, a incorporarse al resto de los escuadrones que él había podido conservar. Pero en cambio he visto regimientos enteros mandados por otros valientes jefes, entrando a Buenos Aires, sin ser los que a ellos les correspondían de acuerdo a las disposiciones ministeriales y lo peor, Sr. General Rodriguez, es que esos jefes que no llegaron con sus tropas, han sido ascendidos. Como ese caso hay muchos. Lo cito y no vaya a creer Vd. Que con esto pido yo que a mi hermano se lo ascienda. ¡No, y mil veces no!
Y aún le voy a agregar otros antecedentes. El 10 de septiembre de 1930 fui también testigo presencial con otros muchos civiles, del homenaje más sentido y emocionante de esa época por lo que tenía de espontánea sinceridad. Me refiero al saludo de todos los oficiales del Regimiento 1º de Caballería, que había sido comandado por el Tte. Coronel Campos empezando por el valiente Capitán que, cumpliendo con una misión de honor aunque dolorosa por las consideraciones y afecto que debía a su jefe y amigo, y que por saberlo valiente como pocos, prefirió hacer lo que hizo en lugar de matarlo. En medio de lágrimas que arrancaba esa tensión nerviosa que convivimos militares y ciudadanos de aquel momento, lo estrechaban en un abrazo queriendo explicarse actitudes que el triunfo había ya consagrado.
Por otra parte me consta que los Generales de la Nación comprendieron también el gesto valiente del Tte. Coronel Campos.
Señor General Rodriguez, para poder sentir estas cosas y apreciarlas no basta vestir palmas de general, es necesario vivirlas y sufrirlas, pues es así como se adquiere un juicio sereno y es posible cerrar los oídos a la ola de calumnias y de difamaciones que desgraciadamente estamos pasando.
Tomo esta actitud en defensa de un derecho que tiene una tradición gloriosa en la historia de nuestra Patria y que es el apellido que me legaron mis antepasados, y que nadie ha de mancillar. Campos cobarde y traidor a la Patria no ha habido nunca ni lo habrá, y nunca disfrutaron de ninguna situación de beneficio propio. Son argentinos y argentino significa pureza, justicia, valor y tranquilidad, y cuando un ciudadano golpea las puertas de un bien nacido no hay memoria de que le fuera negada la honrosa hospitalidad. Por eso quiero preguntarle a Vd., ya que tiene el honor de llevar las palmas de general. ¿Porqué no hizo lugar al sumario que pidió el Tte. Coronel Campos para sacar la máscara traidora que arrastrándose por las alfombras oficiales, como serpiente venenosa, quiere obscurecer toda una tradición de gloria?

Dios guarde a usted.

Fdo. Rafael A. Campos.

 
CAMPOS PLOT, Rafael Argentino de las Mercedes (I24)
 
3 Al menos un individuo vivo está vinculado a esta nota - Detalles Reservados. ARCOS VON HAARTMAN, Santiago XIX conde de Bailén (I391)
 
4 4° y 6° Gobernador del Río de la Plata y del Paraguay  MARTíNEZ DE IRALA, Gobernador Domingo (I802)
 
5 8/9/2019 Su Obra y Su Legado | Molina Campos
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(/)
MOLINA CAMPOS (/)
Su Obra y Su Legado
Florencio de los Ángeles Molina Campos nació en Buenos Aires el 21 de agosto de 1891. Hijo de don Florencio
Molina Salas y de doña Josena del Corazón de Jesús Campos y Campos, miembros de una familia tradicional cuyos
orígenes se remontan en el país a la época de la Colonia. Entre sus ilustres y heroicos antecesores se cuentan los
generales Luis María, Gaspar y Manuel Campos, entre otros.
Florencio Molina Campos, muy distante del ámbito castrense, pasó su vida
alternando entre la Ciudad de Buenos Aires y los campos de sus padres en los
pagos del Tuyu y General Madariaga, en provincia de Buenos Aires, y Chajarí,
provincia de Entre Ríos.
El 31 de julio de 1920 contrajo matrimonio en la Iglesia del Salvador con María
Hortensia Palacios Avellaneda, hija de don Rodolfo Palacios y de doña María
Avellaneda -integrantes de encumbradas familias tradicionales de nuestro
país-, con la que inició su vida matrimonial en un departamento ubicado en la
calle Paraguay 339.
El 11 de junio de 1921 nació la que sería su única hija, Hortensia, a la que llaman "Pelusa". Tiempo después el
matrimonio se separó de hecho, quedando la tenencia de Pelusa a cargo de su madre María Hortensia. Pelusa,
luego de un largo noviazgo, contrajo enlace con don Antonio ?Buby? Gimenez, hijo único de una familia castrense
tradicional de gloriosos expedicionarios al Desierto. Transcurridos 11 años de matrimonio, nació el que sería
también su único hijo, Gonzalo Gimenez Molina.
En 1926, Florencio Molina Campos -a instancias de sus amigos y aprovechando que sus antepasados eran socios
fundadores y él había sido empleado y en ese entonces ya era socio- presentó su primera exposición en el Galpón
de Palermo de la Sociedad Rural Argentina. Su muestra fue visitada por el Presidente de la Nación, Marcelo T. De
Alvear, quien se convirtió en ferviente admirador de su obra y lo premió otorgándole una cátedra en el Colegio
Nacional Nicolás Avellaneda.
8/9/2019 Su Obra y Su Legado | Molina Campos
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Durante una exposición que llevó a cabo en Mar del Plata en el año 1927, Florencio conoció a una joven mendocina,
María Elvira Ponce Aguirre, a la que no volvió a ver por un largo período. Años después formaron pareja y
convivieron hasta la muerte de Florencio en el año 1959. Como en la Argentina no estaba legalizado el divorcio, y
por lo tanto no se permitía el casamiento de personas separadas, la pareja contrajo matrimonio sucesivamente en
Uruguay en 1932, Estados Unidos en 1937 y, nalmente, por civil en Buenos Aires el 9 de marzo de 1956, favorecidos
por la Ley Perón.
En 1931 el pintor realizó su primer viaje a Europa y expuso en París. Más
adelante viajaría innidad de veces, invitado por diferentes gobiernos como
representante cultural argentino. Fue profesor de las nuevas generaciones,
tanto en el Colegio Nacional Nicolás Avellaneda como en Bellas Artes.
En esa época inició el contrato para ilustrar los almanaques de la rma
Alpargatas, que se editaron desde el año 1931 a 1936, 1940 a 1945, 1961 y 1962.
Constituyeron, quizá, su obra más difundida, y sobre ellos dijo Ruy de
Solana: ?los almanaques constituían un sinónimo elemental de lo barato y
despreciable. Pero desde que este artista empezó a difundir sus trabajos por
ese medio humilde y anual, los almanaques se convirtieron en la pinacoteca
de los pobres?.
A partir de 1942, Molina Campos estrechó su relación con Walt Disney y fue
contratado para asesorar al equipo de dibujantes para tres películas que los Estudios Disney estaban por realizar,
ambientadas en la Argentina y basadas en obras del artista argentino y en los paisajes que habían visto en sus
viajes a nuestro país.
Molina Campos había sido convocado cuando ya estaba bastante avanzada la primera de las tres películas que
planeaban realizar. El pintor argentino no compartía las extravagancias que el estudio cinematográco quería hacer
protagonizar a los paisanos y, tras varios intentos fallidos por lograr una representación más el del gaucho
argentino, renunció. Ya sin Molina Campos, Disney decidió convertir las tres películas en una sola, que se conoció
como ?Saludos, amigos?.
Como muda huella de su paso por los estudios de la Disney, quedaron las fotografías que se exhiben en el Museo
Florencio Molina Campos entre las que aparecen Walt y sus dibujantes en el rancho Los Estribos, en un viaje
relámpago que hicieron a la Argentina exclusivamente para contratarlo.
En 1944, el pintor formalizó un contrato que se extendería por 10 años en forma consecutiva con la rma
norteamericana Mineapolis-Moline, para la que ilustró entre 1944 y 1958 una serie de almanaques similares a los de
Alpargatas, pero que incluyeron - por sugerencia suya- maquinaria agrícola de esa empresa. Además efectuaron
aches, estampillas y naipes y se reprodujeron los cuadros en diarios y revistas. En 1951, editaron también 12
laminas de los originales de ese año.
El 16 de noviembre de 1959, superado por una enfermedad terminal luego de una infructuosa operación, Florencio
Molina Campos murió en Buenos Aires. Sus restos permanecieron en la bóveda familiar de la Recoleta hasta que,
en la década del 70, fueron trasladados a instancias de Elvirita al Cementerio de Moreno, en donde permanecen.
8/9/2019 Su Obra y Su Legado | Molina Campos
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Fue la imagen de Florencio la del típico argentino, simpático, entrador, audaz,
excelente bailarín, con un envidiable carisma del que se valía para amenizar
las reuniones a las que concurría. Poseía un fuerte carácter, que rasaba en
ocasiones el mal humor. Era amante de la música clásica, que escuchaba
durante las noches mientras pintaba.
No tuvo una visión comercial de lo que hacía. Pintaba porque le gustaba pintar.
Cuando por la guerra no entraba al país papel canson que utilizaba, pintó
sobre cajas de ravioles, cuyo material reunía buenas cualidades como soporte
de su arte. Jamás proyectó su obra a futuro. Vendía sus pinturas, sí, pero a
precios sumamente módicos para la época, que sólo le permitieron vivir
decorosamente. Pintó innidad de cuadros, probando con diversas técnicas.
Estos al igual que otros detalles de la vida de Molina Campos, surgen de la
cuidada, respetuosa y estudiada biografía escrita por el Profesor Juan Carlos
Ocampo, editada originalmente en 1980 y recientemente actualizada y reeditada, ante el reiterado pedido de
admiradores tanto de la Argentina como del extranjero.
Su técnica de pintura y los cuestionamientos de la época.
En sus obras se plantearon diversas controversias con otros artistas de la
época. Una de ellas era por los horizontes, que él pintaba muy bajos, casi en
una sexta parte de la altura de la pintura. Sostenía, y basta para darle la razón
con mirar los paisajes tan ricos que tienen nuestras pampas, que los
horizontes eran bajos, muy bajos.
Otro aspecto muy controvertido, era que en algunos dibujos mostraba a los
caballos con las cuatro patas en el aire. Fue profundamente criticado por ello.
Él sostenía que pintaba lo que veía. Años después, cuando el cine perfeccionó
sus técnicas, permitió observar en las imágenes cuadro a cuadro que,
efectivamente, hay un momento en el galope del caballo en que sus patas
sobrepasan a sus manos, y el animal está totalmente en el aire.
Denitivamente, Molina Campos era un agudo observador, y tenía una
memoria fotográca única. Al respecto, cabe mencionar que debido a los
ligeros pero agudos detalles de sus obras, estas han sido aceptadas como
referente histórico para quienes deben ?emprendar? un caballo, y los jurados
de tales disciplinas admiten el uso de tal o cual ?pilcha? cuando quien la utiliza se remite a alguna de sus pinturas.
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MOLINA CAMPOS, Florencio de los Ángeles (I1606)
 
6 Alfredo Antonio Fernandez Beyro
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Certeza: Evidencias directas y primarias
Alfredo Antonio Fernandez Beyro
Género: Masculino
Nacimiento: 4 de Abr de 1913 - Bs Aires
Estado marital: Soltero
Inmigración: 1942 - Rio De Janeiro, Rio De Janeiro, Brazil
Nacionalidad: Argentina
Padre: Juan Antonio Fernandez Beyro
Madre: Maria E Mendes Gonçalves
Viaja con niños: No 
FERNANDEZ BEYRó, Alfredo Antonio (I72)
 
7 Alguacil de Minas de la zona de Los Andes en Chile ARCOS Y ARJONA, José (I952)
 
8 Bautizado el 12 de octubre de 1852 en santiago de chile

Hay una discrepancia respecto a su segundo apellido, su madre era UGALDE, pero consta en muchos sitios como MEGALDE.

ARCOS Y MEGALDE, Santiago

Pintor español nacido en Santiago de Chile en 1865. Pintor costumbrista, retratista, acuarelista, dibujante e ilustrador fue alumno de Léon Bonnat y de Madrazo. Vivió en París y en Saint-Jean-de-Luz en 1903 y ha expuesto en Bayonne, Biarritz y Pau.

Murió en 1912.

Exposiciones

1878: Expone en Madrid.

1879: Pau. Presenta en la 15e. Exposition des Amis des Arts de Pau: Hé, lampourde, c'est assez dormir comme cela!(Capitán Fracasse); Intérieur Breton (Douarnenez); Petite étude(Bretaña).

1881: París. Expone en el Salon des Artistes Français y recibe una mención de honor. Expone en Madrid donde obtiene una medalla.

1884: Pau. Del 15 de diciembre de 1983 al 15 de febrero de 1984, Participa con Rue de Ciboure en la 20e. Exposition des Amis des Arts de Pau.

1885: Pau. Presenta en la 21e. Exposition des Amis des Arts de Pau: L'élève réussi (acuarela) y Vigne du Seigneur (acuarela).

1896: Pau. Participa con Un esquilador en la 32e. Exposition des Amis des Arts de Pau.

1897: Pau. Del 15 de enero al 15 de marzo, presenta Portrait de M. Le Marquis de C, À la pêche y Tanger (estudio en acuarela) en la 33e. Exposition des Amis des Arts de Pau.

1898: Pau. Participa con Sur les hauteurs, Le Bréviaire, La visite à la cathédrale (acuarela) y Entre deux quinzes (sepia) en la 34e. Exposition des Amis des Arts de Pau.

1899: Pau. Presenta Le lavoir en la 35e. Exposition des Amis des Arts de Pau.

1900: Pau. Del 15 de enero al 15 de marzo presenta Hospitalité y otra obra en la 36e. Exposition des Amis des Arts de Pau. París, Exposición Universal donde obtiene una medalla de plata.

1901: París, participa en la exposición de Bellas Artes.

1903: Pau. Presenta Fausse route en la 39e. Exposition des Amis des Arts de Pau. Bayonne. Expone Ecce-homo, Elle alla crier l'attente, Les Douaniers passent, Retour de la source y Bohémienne (acuarela) en el Salon des Amis des Arts de Bayonne-Biarritz.

1906: Pau. Participa con Vénitienne y Coucher de soleil à Ahusqui en la 42e. Exposition des Amis des Arts de Pau.

1907: Pau. Presenta Aumône et Charité y Portrait de M.S.M. de Z en la 43e. Exposition des Amis des Arts de Pau.

1911: Pau. Del 15 de enero al 15 de marzo participa con El cuento (Il était une fois) y Le jour des cuivres en la 47e. Exposition des Amis des Arts de Pau.

Algunas de sus obras

Un miracle à Lourdes, Philippe II à L'Escorial recevant une députation des Pays-Bas, El Zoco de Tánger, Terminant sa toilette (acuarela), Espagnol (acuarela), Femme regardant par sa fenêtre, La fenêtre (pintura sobre madera), La visite (óleo), Le lavoir de Sazos (pintura al agua) y Un Arabe Musicien (óleo).

Gilbert DESPORT
Artista y escritor, profesor del Lycée Louis de Foix de Bayonne

http://www.euskomedia.org/aunamendi/19304?op=4&primR=121&idi=es®s=10&bGen=S&EIKVOGEN=arcos&bAun=S&pos=122 
ARCOS Y UGALDE, Santiago (I48)
 
9 Bibliografía
Cutolo, Vicente, Nuevo diccionario biográfico argentino, 7 volúmenes, Ed. Elche, Bs. As., 1968-1985.
López Mato, Omar, 1874: Historia de la revolución olvidada, Ed. Olmo, s/f.
Gassio, Guillermo H. y San Román, María C., La conquista del progreso. Memorial de la Patria, tomo XIV, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1984. ISBN 950-508-092-1 
VIEJOBUENO, General Joaquín (I1583)
 
10 Buenos días Manu , para que pases un entretenido fin de semana , te envío el árbol genealógico del grupo D'Elbee-Arcos. Este árbol se encuentra en el libro "Recuerdos de Familia" de nuestro primo Michel Kowalski que ha tenido una vida extraordinaria. Michel es tan primo tuyo y mío cómo nosotros dos entre nosotros, es decir, primos segundos. En el árbol echo en falta a una hermana de Pierre pues solo figura Marie Helen cuando tenía una segunda hermana. El personaje clave es Jeanne (Nena) d'Elbee, hija de Isabel Arcos Cuadra. Nena se casó dos veces en plena Guerra Mundial. Primero casó con un polaco apellidado Sobañski y después, cuando esté murió, se casó con su cuñado Kowalski con quién tuvo a Michel que he conocido en alguna ocasión y escrito el libro familiar. De los demás personas del árbol. Conozco a los del lado derecho del árbol es decir, a Elie y sus hijos Jean, Pierre, Philippe y Marie Helen e (,más la otra hermana que falta). También figura un hermano de Elie que se llamaba Alexandre D'ELBÉE Y ARCOS, Juana (I63)
 
11 Carlos el Temerario
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Carlos el Temerario portando el Toisón de Oro
Carlos el Temerario portando el Toisón de Oro

Carlos el Audaz, (en francés Charles le Hardi), duque de Borgoña, más conocido como Carlos el Temerario (Charles le Téméraire) (Dijón, 10 de noviembre de 1433, ? Nancy, 5 de enero de 1477), fue un noble francés del siglo XV pertenciente a la rama borgoñona de los Valois, que gobernaron esta tierra entre 1364 y 1482.

El sobrenombre de "Temerario" no le fue adjudicado hasta pleno romanticismo. Para sus coetáneos fue "Carlos el Audaz", "el Gran León", "el Guerrero" y "el Terrible" para sus detractores.

El poder del ducado de Borgoña alcanzó su apogeo bajo su reinado, pero desaparecerá en virtud de los hábiles golpes políticos del rey de Francia Luis XI. Su muerte en 1477 significó el fin del sueño borgoñón de resucitar la antigua Lotaringia. El matrimonio de su hija María de Borgoña con el emperador Maximiliano ligó la herencia borgoñona al linaje de los Habsburgo, en la persona del hijo de ambos, Felipe el Hermoso, que contraería matrimonio con la reina Juana de Castilla. El hijo de ambos, Carlos, recibiría su nombre en memoria de su bisabuelo Carlos el Temerario.

Carlos el Temerario
Carlos I de Valois, llamado el Audaz o el Temerario, fue duque de Borgoña, Brabante, Limburgo y Luxemburgo, entre otros títulos. Pertenecía a una rama menor de los Valois, que gobernó Borgoña entre 1363 y 1482. Wikipedia
Fecha de nacimiento: 10 de noviembre de 1433, Dijon, Francia
Fecha de la muerte: 5 de enero de 1477, Nancy, Francia
Hijos: María de Borgoña
Padres: Isabel de Portugal, Felipe III de Borgoña
Cónyuge: Margarita de York (m. 1468), Isabel de Borbón (m. ), Catherine of France, Countess of Charolais (m. 1440)
Abuelos: Juan I de Borgoña, Juan I de Portugal, Felipa de Lancaster, Margarita de Baviera-Straubing 
TEMERARIO, Carlos el (I726)
 
12 Cnel. José María Reyes de Anero is your second cousin twice removed's husband. Manuel Basilio Bustamante Delgado,Dr.Vet.

? Arturo José María Inés Bustamante Huertas(Perico)
your father ? Francisco Isabel Bustamante y Bustamante his father ? Manuel Basilio Bustamante Piris his father ? Luisa Theodora Pires Bentancourt his mother ? Thomás Piriz Bentancourt her brother ? Manuela Isabel Piriz Correa his daughter ? Manuela Petrona del Villar Piriz her daughter ? Cnel. José María Reyes de Anero her husband

Militar de la independencia, General de la República y cartógrafo, a quien se debe el proyecto de la Ciudad Nueva de Montevideo (desde Ciudadela a Ejido). Jefe adicto a la parcialidad oribista y propietario de una hermosa quinta en el Prado, sobre la calle que lleva su nombre. Inició su vida militar en Argentina en la campaña contra los indios, y después ingresó en el ejército uruguayo, que le debe buena parte de su desenvolvimiento técnico. Proyectó las fortificaciones del Cerrito de la Victoria y otras, durante la Guerra Grande. Sus trabajos cartográficos culminaron en el levantamiento del primer mapa de la República. En 1851 presidió la comisión de límites que trazó la línea fronteriza con Brasil. Autor de "Descripción geográfica de la República Oriental del Uruguay". En un padrón de 1859 figura como "argentino, ingeniero". 
DE LOS REYES ANERO, José Mª Coronel (I1481)
 
13 Correspondencia 1
Cartas de Santiago Arcos
a
Domingo F. Sarmiento
y
Bartolomé Mitre.
1861-1874
Nota a esta edición:
Reproducimos diversas cartas de Santiago Arcos a Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre comprendidas entre los años 1861-1874.
La mayoría de los originales se encuentran en el Museo Histórico Sarmiento, a lo que alude la sigla M.H.S. que aparece al pié de los textos.
Reproducimos también la necrológica de Sarmiento a Arcos, una de sus cartas y dos de Mitre.
La ortografía ha sido modernizada.
La tarea ha sido realizada gracias al aporte del Fondo Metropolitano de las Artes y las Ciencias.
www.proyectosarmiento.com.ar
Copyright 2007
Chivilcoy, enero 10 de 1861
Mi querido Sarmiento.
Está visto que yo no debo pensar en ganar pesos. J' y ai décidément la mainaussi malheureuse que vous. Cáspita amigo con su amigo Jardel. Hace hoy 8 días que me tiene embromado, primero con los peones, despuéslos caballos, cada día es mentira nueva, nueva embrolla; hasta ahora no he podido conseguir se mueva para hacer lo que aquí hemos venido a hacer. Me he decidido por fin a principiar solo. No para hacer el trabajo de mensura ?que sería negocio de 40 o 50 días cuando más pues con semejante pillo no se puede andar acollarado? pero para demostrar a Ud. de una manera práctica qué laya de bicho es su protegido. Pero vamos a lo que me hace hablar a Ud. de esta inmundicia. Son de tal naturaleza las trampas que aquí ha hecho y me he formado tan alta idea de su audacia para mentir, que estoy temiendo que este bribón vaya a hacer una de las suyas y quiera disculparse conmigo, así amigo, no le paguen ustedes ni un cobre sobre mensuras hasta que yo regrese y con esta facilísima precaución desbaratan cualquier calaverada que este mozo intente hacer.¡Sarmiento! Dejémonos de despreocupaciones. Este su amigo Jardel nació Peluquero. Lo han sacado Uds. de su casilla y le han hecho un gravísimo mal. Si en esta tierra hubiese justicia el negocio de Chivilcoy le costaría caro a Jardel que por otra parte acabará mal si no se enmienda. Si hubiese seguido su vocación natural tendría su perfumería muy bien arreglada. Lo pasaría muy bien y sobre todo no me habría hecho venir a Chivilcoy, en donde me ha hecho rabiar y perder con hoy 9 días, que hubiesen bastado para hacer más que lo que ha hecho en 3 años.
Así amigo hasta mi regreso no le aflojen un solo peso sobre mensuras.
Su amigo
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.314 Carpeta 10
París, febrero 12 de 1862
Sr. Don Domingo F. Sarmiento
Mi querido Sarmiento. ¿Por qué no me ha escrito Ud.? Apenas llegué aquí, le escribí pero hasta ahora ni una sola carta de Ud. . No serán los triunfos lo que le han impedido hacerlo; estando en California recibí una carta de Ud. Escrita desde Palermo, anunciándome el triunfo en Caseros y la caída de Rosas.
La caída de Urquiza y el triunfo más sólido que ha obtenido Mitre últimamente merecían que me hubiese Ud. escrito. Mais a tout peché, misericorde, vuelva Ud. por su crédito y no olvide un amigo de 20 años como me decía Ud. a bordo
del ?Saintongé? prometiendo escribirme.
Mientras Uds. han recorrido la República Argentina regenerándola, alentando los buenos o castigando ladrones, yo me he aclimatado en Europa, me he tranquilizado, y estoy satisfecho con la posición que tengo.
Ya irá tiempo de acabar con la existencia de aventurero para hacer vida más estable.
No por esto me he condenado a la completa inacción, he vivido demasiado en la República Argentina para olvidarla y espero obtener solo y sin posición oficial más para Buenos Aires que los Encargados de Negocios que han tenido Uds.
aquí o en Inglaterra.
Mis antiguas relaciones con la familia de la Emperatriz me valieron en el mes de diciembre próximo pasado, un convite a Compiegne donde permanecí diez días con la Corte de Francia.
Felizmente el número de convidados era muy limitado, lo que me dio ocasión de hablar largamente con el Emperador.
No quiero referirle estas conversaciones. Sería tan largo como inútil, pero Ud. sabe de memoria lo que puedo decir de la República Argentina, de los malones de indios, de la larga guerra civil, de las resistencias de las ciudades a los gauchos, de las facilidades que presenta el país para criar vacas, ovejas, caballos, etc. Pero vamos al grano.
Siempre he creído que el mayor servicio que pudiera hacerse a ese país sería el generalizar en Francia, el uso de las carnes de la República Argentina.
La carne de Buenos Aires (el tasajo) puesta en Europa costaría en tiempos ordinarios de cinco a seis sueldos la libra. La carne fresca cuesta aquí en tiempos ordinarios de doce a quince sueldos libra.
A pesar de esta enorme diferencia en el precio, los pocos ensayos que se han hecho no han tenido éxito porque el aspecto del tasajo es repelente y es necesario haberlo comido muchas veces para gustar de él como gustan, aún
los más acomodados, en La Habana o en el Brasil.
Esta mercancía cuya exportación doblaría la riqueza de la República Argentina, y cuyo uso sería tan importante en Europa, donde las materias alimenticias encarecen cada día más, no puede introducirse sin trabajar para ello; sin que el gobierno francés, interesado en procurar al trabajador alimentos sanos y a bajo
precio, no proteja de una manera eficaz la introducción de carnes conservadas.
Por otra parte, si Buenos Aires sólo cuenta para la venta de sus carnes con los solos mercados del Brasil y de la Isla de Cuba, su industria no podrá desarrollarse. Ya se han hecho sentir en ese mercado, los efectos de un trabajo un poco más activo. En los últimos tiempos las carnes que valían de 5 a 6 pesos fuertes el quintal han bajado hasta dos pesos fuertes.
La industria ganadera que cada día toma mayor importancia en las provincias del sur del Imperio acabará por quitarle a Buenos Aires el mercado del Brasil y el Río de la Plata sólo tendrá que abastecer el limitadísimo consumo de la Isla de Cuba.
La paz, de que probablemente va a gozar el país, será un nuevo motivo de depreciación en el precio de las carnes. Hasta ahora ni Córdoba ni Santa Fe han podido aprovechar de sus pastos; Buenos Aires ocupa apenas la tercera parte de los campos de pastoreo que puede habilitar; si, esta provincia y las demás de la República, pueblan sus campos no dudo que volverán Uds. a ver los tiempos, en que se criaba para aprovechar los cueros.
El trabajo del saladerista, que sin duda alguna es el que más valiosas materias para la exportación puede dar a la república, nunca adquirirá mayor importancia que el que ahora tiene, si la república no sabe abrirse nuevos
mercados.
En Compiegne hablé con el Emperador de las ventajas que encontraría el pueblo francés en procurarse en el Río de la Plata una sustancia alimenticia de tanta importancia haciéndole ver que el comercio de exportación francés ganaría más mientras más se importase de aquel país.
Logré hacerle comprender que los esfuerzos de la industria privada, no podrían vencer la repugnancia o desconfianza con que se mira un alimento nuevo, y por fin que el único medio de generalizar el uso de estas carnes, sería hacerlas consumir al principio por el ejército, porque desde que el pueblo viese que la consume la tropa no tendría desconfianza alguna y la buscaría siempre que le saliese más barata.
El resultado de mis conversaciones fue que el Emperador me pidió una muestra.
A mi regreso de Compiegne. Por el vapor de enero, mi padre escribió a los señores Llavallol pidiéndoles la carne que producen dos reses y espero que a fines de mayo haremos aquí un ensayo práctico del tasajo de Buenos Aires.
Después de Compiegne he hablado algunas veces con el Emperador en los bailes de Tullerías, yo le he repetido fundándome en la proverbial estupidez de los sabios, que para hacer algo lo primero y principal es que no se nombre
comisión alguna, para examinar las carnes; que el mejor examen es comerla y si él la juzga sana y buena debe hacer un pedido de 20 o 30.000 quintales para hacer un ensayo formal dándola como ración a la tropa.
Si consigo este primer paso y por su parte me ayudan Uds. mi afán será persuadir algunos comerciantes franceses que hagan pedidos a Buenos Aires para vender a los pequeños restaurants donde comen los obreros carne a 6 sueldos la libra. Haré dar informes sobre estas carnes por los mejores médicos de Francia. La prensa francesa se ocupará de las carnes de la Plata tanto como la prensa de Buenos Aires del pleito de Otero; daré convites a los economistas. Sabré interesar en la cuestión de alimentos baratos a las sociedades de beneficencia y aún atacaré de frente la famosa societé de Saint Vincent de Paul para conseguir mi objeto.
El negocio vale la pena, pues si en Francia cada hombre consumiese una libra de carne por semana, no bastarían 20.000.000 de quintales por año.
¡Esto amigo Sarmiento, es lo que puede llamarse diplomacia!, lo demás son pamplinas. Ahora bien. Si el gobierno de Mitre, a quien supongo presidente de la República a la llegada de ésta, o autorizado para nombrar agentes en el extranjero quiere mostrarse inteligente, debe nombrar al teniente coronel don Santiago Arcos para que ocupe el puesto que tan inútilmente han ocupado Alberdi o sus predecesores.
lero. Porque aquí tengo las mejores relaciones y sé interesar hablando de las cuestiones de por allá, sin fastidiar.
2do. Porque quiero a esa tierra, conozco sus intereses y la serviré mejor que otro en Francia.
En España para deshacer las barbaridades de Alberdi o en Inglaterra si necesitan ustedes hacer algo en materias industriales.
3ro. Porque no necesitando del sueldo para la vida material gastaré cuanto me paguen en convites en hacer hablar del país en lujo, en poner a la moda, pampas, ganado, lanas, ferrocarriles y sobre todo emigración a la República
Argentina.
Espero que se ocupará usted de mi encargo. Vea usted a Mitre pues si puedo conseguir pronto una posición oficial, tendré más medios para llevar a efecto el importante negocio que me preocupa y que creo haber iniciado con buen éxito.
Debo advertirle que no queriendo hacer fortuna, pues el porvenir de mi hijo está muy asegurado, ni seré diplomático económico ni diplomático comerciante y sin temor puede usted garantirme como hombre que trabajará con tesón en el puesto que creo poder servir mejor que otro.
Adiós. Memorias a Benita y Dominguito y no deje sin contestación
Su amigo
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.315 Carpeta 10

París, 22 de agosto de 1862
Mi querido Sarmiento
No quiero mandar a Ud. impreso para anunciarle la muerte de mi pobre padre que perdí el 5 de agosto después de una penosísima enfermedad, pero quiero hacer una última tentativa para ponerme en comunicación con Ud. Bueno sería no olvidarnos, haga Ud. una excepción conmigo escribiendo una correspondencia inútil ya que tantas útiles tiene Ud. que dan resultados negativos.
Después de la muerte de mi padre me encuentro bastante rico y sin plan alguno para el porvenir. Me siento algo viejo para la vida de paseante en Corte que podría llevar en Europa. ¿Sería mucha locura volver a América? ¿para qué? Para ser allí un ser único, un hombre que no desea ganar plata. Ojalá se decida Ud. a escribirme, tendré mucho gusto en recibir sus cartas y saber qué se ha hecho, qué se piensa hacer.
Voy a mandar esta carta a Buenos Aires, unos me dicen que es Ud. gobernador de San Juan y que no se moverá. Otros que conservando el gobierno vendrá Ud. como diputado al congreso, pero el mutismo de todos mis amigos es tal que parece me han condenado al solitary confinement. Sáqueme Ud. de él.
Adiós. Memorias a Benita y Dominguito y Ud. disponga de su amigo.
Santiago Arcos
Dígame Ud. qué dirección debo dar a mis cartas.
Ud. escríbame.
N° 1 Rué du Chateau des Fleurs.
Champs Elysées.
París.
M.H.S N° 1.321 Carpeta 10

Sr. Don Domingo F. Sarmiento
París, 23 de abril de 1863
Mi querido Sarmiento
Ayer recibí una carta escrita desde San Juan que me mandó Carril. Tuve un buen rato y un pesar, lo veo a Ud. trepado en una cumbre y a la vez agachado como un barretero en galería demasiado baja. ¡Qué diablos hombre! Las penas son detalles, el todo es lo que se hace, feliz Ud. que hace algo y no feliz yo que sin penas, o más bien sin amarguras nada hago. Hay hombres canos y robustos. Suponga Ud. que es Ud. pelo muerto, canas y que todo San Juan es su cuerpo. Mírese Ud. en sus obras y veremos si hay tristura que resista, a l'accomplissement des devoirs. Con que fuera tristuras y trabajar, que trabajar es gozar.
Hará como un mes o dos tuve el gusto de ver a Rickard, hablamos de Ud., me dio muchas noticias de San Juan y de las minas, pero no me dio carta suya.
Me alegro que las minas hayan esperado para salir a luz una época en que su explotación sea posible. Me alegro también que Lenoir piense como Rickard y sobre todo confío en el buen éxito porque los copiapinos creen en esas vetas.
Ojalá esa riqueza dé a Ud. los medios de dar tal solidez a las instituciones liberales al pie de los Andes que entre Bachichas de los Ríos y mineros de la cordillera aprieten ustedes los gauchos de los llanos de tal manera que acaben
por desaparecer como megaterios.
Yo, Sarmiento amigo, sigo ocupado únicamente de mi hijito Santiago que me ha salido a pedir de boca. Es tan bueno como Ud., tan alegre como yo y tan inteligente como su madre. Estoy tan contento con él que a veces me sorprendo rezándole letanías, justificación de mi existencia, consuelo del pasado, esperanza del porvenir, no hay disparate que no le diga.
Para hacer algo me he echado a literato, estoy escribiendo la historia de la República Argentina en francés, hay gabachos de estos que me dicen que está muy buena y lo que es más, una vieja que sólo lee novelas y que es muy bruta, después de haber leído unas trescientas hojas me pidió más. Estos son indicios que lleno mi objeto, contar un cuento muy largo sin fastidiar. Creo poder acabar para septiembre, en diciembre tendrá usted el libro impreso, pues es libro. En attendant mes essaies litteraires, mando junto con éstos un libro que usted ha pensado y que quizá habría escrito si hubiese usted tenido tiempo, o más bien si hubiera usted principiado por Estados Unidos y acabado
por Francia.
Libro y carta van por favor de Ascasubi que me promete mandarlas en cuanto llegue a Buenos Aires. Adiós amigo. Estaré a la mira para libros, por el próximo vapor le escribiré más detenidamente. Ésta la escribo apuradísimo, pues son las tres, tengo que ir a buscar el libro y llevarlo a lo de Ascasubi que sale a las cuatro.
Su amigo
Santiago Arcos
Memorias a Oro y al viejo Godoy que de la gente de por allá apres vous sire es
lo que más me gusta y recuerdo con mayor satisfacción.
H.S. N° 1-316 bis Carpeta 10

Biarritz, 7 de agosto 1863
Mi querido Sarmiento.
Como se lo he dicho a usted en una de mis anteriores cartas la idea de regresar a América solía pasarme por la cabeza de cuando en cuando. Esta idea toma cada día más cuerpo, aunque mi posición de fortuna es suficientemente ventajosa para que pueda vivir sin privarme de nada en París, bien relacionado como lo estoy con coche y caballo (que aquí es lujo) gastando algo menos que mi renta. Pero esto de vivir tan sólo para cuidarme no me cuadra. Usted sabe mi máxima, trabajar es gozar. Pero por otra parte no quiero emprender otro viaje a tontas y a locas; quiero ir con un propósito formado, con algo hecho, para que no me fastidie por allá como suelo fastidiarme por acá.
Irme a San Juan a trabajar minas no me sonríe: seguramente es muy bueno poner en circulación los metales que duermen inútiles en sus sábanas de piedra, sobre todo es útil crear alicientes al trabajo, pero la ocupación del minero para ser fructífera, depende del acaso; no así las ocupaciones del agricultor.
El agricultor especialmente en las faldas orientales de los Andes (mi patria) puede crear inagotables minas formando potreros de alfalfa transformando los pobres campos de jarilla que apenas pueden alimentar un animal por cuadra, en verdes prados donde se pueden criar y engordar doce, o quince animales por cuadra. Una vez beneficiado el metal que se saca de la veta, el cerro queda pobre. El alfalfar talado vuelve a crecer y cada año la veta se llena tres a cuatro veces de metal riquísimo, por esto me gustaría hacerme agricultor en las faldas orientales de los Andes.
Pero no crea usted, a pesar de mi amor al trabajo, que estoy dispuesto a dejar mi buen París, para encerrarme en el Plumerillo o en el Alto de las Mulas a sembrar trigales en las jarillas, que más tarde se convertirían en alfalfares. Mis ambiciones son de otro género.
Quisiera crear allí donde nada existe, poblar un pedazo de desierto, dar vida, alegría y valor a lo que ahora está solo y lóbrego.
Existe en el sur de Mendoza, muy al sur, un pedazo de terreno cuya área no me es posible determinar ahora. Las pocas personas que lo han visto lo llaman la tasa de Malargüe, yo lo visité en 1849. Con razón le llaman tasa, se parece al Happy Valley, de que habla D. Johnson en Rasselas.
Al sur se levantan las cerrilladas que separan el río Malargüe del río Colorado, al oeste las faldas de la Cordillera Grande, al este la ciénaga y laguna de Malargüe formadas por un cerro muy alto ?el Nevado? que impiden que las aguas del río Malargüe sigan corriendo al naciente y para que no falten límites naturales a estos terrenos, lóbregos hoy, pero que yo sabría convertir en un valle más rico que el de Aconcagua, hay dos arroyuelos, el Bata-Chacay y Pichi-Chacay que saliendo de la cordillera corren de poniente a naciente y van a perderse en la inmensa ciénaga, estos son los límites de la taza de Malargüe por el norte.
Este terreno de Malargüe, es, Sarmiento, uno de mis sueños. Yo quisiera llevar allí vascos para sembrar maizales y criar vacas en las cordilleras. Suizos para hacer más quesos que en Gruyère, muchos pobres inquilinos del sur de Chile para formar potreros y una vez que hubiese formado un núcleo, dar a vender terrenos, con la condición precisa que me convirtiesen todo en potreros.
Engordaríamos ganados. Podríamos tener lanas como las más finas de Sajonia y una vez aquello poblado, los habitantes harían allí más que cuanto nosotros podemos imaginar a priori.
La obra es colosal, el pensamiento muy bueno, los resultados magníficos, pero, ¿es realizable? Temo que no.
En primer lugar, si llego a Mendoza lleno de buenas intenciones, encontraré allí dificultades insuperables, no querrán venderme porque los terrenos estando despoblados y fuera de fronteras el gobierno de Mendoza para disponer de ellos tendría que consultar el gobierno nacional y eso es demasiado trabajo. Si me dirijo al gobierno nacional éste tendría que consultar al de Mendoza, luego la provincia tiene que consultar la legislatura y ésta el Congreso y de oficina en oficina andaría yo solicitando años y años antes de saber a qué atenerme, probablemente me fastidiarían tantas demoras y regresaría a Francia.
Luego, dado el caso que consiga que me vendan el precio pedido sería probablemente disparatado y los plazos demasiado cortos, verdad es que la tasa de Malargüe no sirve ni a Dios ni al diablo pero para todo hombre sensato, el proyectista (y basta proponer algo para sentar plaza de proyectista que por allá es sinónimo de pillo) es un hombre que viene a engañar y a robar y contra un proyectista toda desconfianza es poca. Por esto yo que desconfío de los sensatos tanto como éstos de los proyectistas quiero sondear antes de navegar.
Cree Ud. posible obtener un contrato en estos términos poco más o menos.
?El Gobierno de la Provincia de Mendoza, oído el dictamen del Gobierno Nacional, vende a D. Santiago Arcos todos los terrenos de la tasa de Malargüe, a saber los terrenos entre el río Malargüe y el más al norte de los dos Chacayes, entre la falda de la cordillera y la ciénaga de Malargüe; bajo las condiciones siguientes.
1o
Las aguas del Malargüe y de los dos Chacayes serán propiedad exclusiva de Arcos.
2o
Los terrenos comprendidos en los límites indicados serán pagados a razón de un real plata por cada cuadra cuadrada de 150 varas por costado, o sea $ 200 (pesos fuertes de 16 en onza) por cada legua cuadrada de 6.000 varas por costado.
3o
El pago de los terrenos será exigible en 12 años por terceras partes; el primer plazo exigible 7 años después de la fecha de este contrato, el 2 o plazo 3 años después del primero, y el último plazo 2 años después del segundo.
4o
Un año después de la fecha de este contrato Arcos presentará al Gobierno de la provincia un plano de los terrenos, levantado a su costo por un agrimensor recibido y sobre dicho plano se determinarán las cantidades que deberán ingresar a la provincia por los terrenos vendidos.
5o
Don Santiago Arcos recibirá el título de propiedad en cuanto haya satisfecho un real por cuadra.
6o
Arcos no podrá enajenar terrenos sin satisfacer previamente a la provincia el precio de un real por cuadra y en caso que quiera hacerlo antes del 12mo. año, tendrá que satisfacer este pago sin esperar los plazos estipulados.
7o
En el caso que al 7mo. año Arcos no efectúe el pago estipulado el contrato será reputado nulo y los terrenos volverán a la provincia.
Yo creo que el Gobierno haría bien de venderme esos terrenos bajo estas condiciones:
1o
Porque ahora Malargüe nada vale.
2o
Porque comprándolo yo tengo interés en llevar buena emigración.
3o
Porque para una empresa seria es indispensable darle tiempo para que sepa a qué atenerse.
Si nada hago, yo habré perdido mis viajes, mi tiempo, mis gastos de mensura.
Los terrenos volverán a la provincia que nada habrá perdido por esperar 7 años.
Si voy bien, formo al sur de Mendoza un núcleo de población que dará valor a los terrenos de Bellavista Yancanedo, Punta del agua, Sequía del Atuel, Isla del Atuel y Puntas del Diamante cuya superficie es 200 veces mayor que la tasa de Malargüe que yo propongo comprar.
¿Qué me contesta Ud. a todo esto? Probablemente nada porque estoy muy lejos; pero para remediar este mal mando esta carta a Copiapó, a mi hijo político D. Carlos González Ugalde. Él encaminará esta carta hágame Ud. El favor de escribirle, si el negocio le parece bien diciéndole con quien debe enterse(sic) para seguir este negocio, que espero recomiende Ud. a su colega de Mendoza. Si yo veo que esto toma un aspecto serio me embarco y pronto me tendrá Ud. en San Juan.
Escribo esta carta en un pueblico de la costa de los Pirineos, legua y media de Bayona, veo las facilidades que tendría aquí para encontrar buenos emigrantes vascos, esta gente me ha hecho pensar en Malargüe.
¿Cree Ud. que saldrá algo de tanto proyecto? Yo creo que no. Los mendocinos dirán, qué barbaridad va a ganar mucha plata si le vendemos Malargüe a real cuadra.
Y si no me lo venden ¿cuántos años pasarán antes que crezca allí una mata de alfalfa, cuántos años antes que una población no gaucha dé algunas esperanzas de estabilidad?
Adiós Sarmiento, si don Domingo Oro, y el viejo don Juan Godoy viven aún deles Ud. memorias porque esos dos viejos son los que más quiero por allá.
Adiós su amigo
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.316 Carpeta 10

París, 8 de enero de 1864
Monsieur le Gouverneur:
Je vous souhaite une bonne et heureuse année et comme je n'oublie pas les amie qui sont au loin voici vos étrennes pour le jour de lan.
1 La sorciére de Michelet.
2 Le terre avant le Deluge de Louis Figuier.
3 La Vie de Jesús par Renán adonde verá Ud. que nuestro Señor Jesucristo tiene mucho de riojano, hombre callado y conversador, tipo que rara vez se encuentra en estos mundos de por acá y que aún se suele hallar entre la gente que vive aislada. Creo que leerá Ud. el libro con gusto.
4 Le parti Liberal par Laboulaye, que es el mismo que le robó a Ud. su libro sobre los Estados Unidos.
Lea Ud. con atención estas cuatro producciones de los caletres europeos, que creo ver la más alta expresión del progreso en esta tierra, y se convencerá Ud. que la iniciativa europea concluyó. Todo lo que estos señores dicen nosotros los ciudadanos de los Estados Unidos, lo sabíamos sin saber cómo, que es como deben saberse las cosas. Porque muchas verdades que han llegado a ser del dominio común, que como axiomas ya no se discuten en la nueva Inglaterra se están discutiendo aún en Francia.
Que le dé a Ud. ahora noticias mías. Por suertes raras su carta del 30 de julio de 1863 me llegó hace unos diez días. Mucho gusto he tenido en ver cuan de veras me quiere Ud. y créame el cariño es recíproco y en prueba de ello ando siempre acariciando la idea de volver por esos mundos y créame Ud. Sarmiento, de cierto modo tiene Ud. la culpa, y en prueba de ello una larga carta que le escribí desde Biarritz en agosto de 1863 en que le hablaba de comprar unos terrenos en Malargüe, aún no tengo contestación a ésa mi carta pero ya vendrá y veremos entonces.
Mi hijo Santiaguito sigue siendo mi consuelo, mis esperanzas de porvenir y mi mejor amigo, mucha pena me ha causado lo que me dice de Dominguito pero si es inteligente volverá a ser su amigo, lo que celebraré porque nosotros los viejos necesitamos querer y cuidar para ser felices. Entretanto y puesto que la mala suerte lo ha privado de una parte de su familia quiera Ud. a San Juan. Por nada salga Ud. de la provincia, haga Ud. toda clase de sacrificios por seguir de gobernador, y nada más que gobernador. El 2 de línea y un movimiento de Rivas salvó el ejército de Buenos Aires en Cepeda, que la provincia de San Juan sea el 2 de línea de la República Argentina. Adiós amigo, he visto con mucho gusto que han fusilado al Chacho. Ahora falta ahorcar a don Justo a menos que no tenga la feliz idea de morirse de pícaro que es lo mejor que podría hacer.
Aún no he concluido mi historia, es trabajo largo y difícil sobre todo para mí que trabajo sin aliciente de ninguna clase, pero está bastante adelantada para creer que principiaré a imprimir en marzo de este año.
Voy a entregar esta carta y los libros al Encargado de negocios don Mariano Balcarce. Contésteme Ud. del mismo modo y sus cartas no tardarán 6 meses como la última que he recibido.
Su amigo
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.317 Carpeta 10

París, 23 de enero de 1864
Mi querido Sarmiento
Por el último vapor escribí a usted mandándole unos libros y pidiéndole muestras de metales e informes sobre las minas de San Juan. Hoy aprovecho del vapor que sale de Burdeos el 25 para volver a hablar a usted de minas.
Creo que con alguna buena voluntad se puede hacer aquí algo bueno. He visto con asombro las sumas que las compañías francesas han invertido para trabajar minas en España y si la Francia de 1864 está atrasadísima en materias políticas no sucede otro tanto a la Francia industrial que se desarrolla de un modo inesperado, y en cuanto a empresas va tomando proporciones inglesas.
Creo pues que sería conveniente que la provincia de San Juan me nombrase su agente oficial en Europa para promover de todos modos la industria minera en la provincia de San Juan.
Mi pretensión que yo llamo mi ofrecimiento es aceptable en primer lugar porque no pido ni sueldo, ni subvención ni nada que lo valga. Pido únicamente los datos necesarios para poderlo servir, pido datos oficiales para que los informes que pueda dar tengan mayor valor. En una palabra, ofrezco a los sanjuaninos un agente inteligente y gratis que si algún provecho saca de su nombramiento lo deberá a los pesos que él saque de su bolsillo para dar piques en esos sus cerros.
Pero todo esto es dado el caso que usted siga de gobernador de San Juan o que usted gobierne a quien gobierne, de otro modo no. En fin hijo, ya está usted avisado yo estoy en buena posición para hacer mucho, ahora toca a ustedes darme los medios más adecuados para servirlos bien.
Su amigo
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.318 Carpeta 10

Señor D. Domingo F. Sarmiento
París, 15 de junio de 1864
Mi querido Sarmiento
Recibí su carta del 30 de marzo de San Juan y como la acabara dije casi sin querer unos versos, creo de Espronceda.
Palpé la realidad, odié la vida. Sólo en la paz de los sepulcros creo.
Qué desaliento querido amigo. ¿Y por qué? Porque no lo han entendido, pero el bien que usted ha hecho, hecho se queda. San Juan llora porque usted le ha lavado la cara, pero queda esa cara lavada, no le dejan a usted seguir trabajando, triste es ello pero va usted de plenipotenciario, menos mal. Ya había pasado usted mucho tiempo en la tierra argentina. Usted tomará nuevas fuerzas en los Estados Unidos que han crecido y se fortifican por la guerra, como en otro tiempo crecían con la paz. Feliz usted que podrá ver de cerca, lo que cuesta un error. Washington olvidó a los negros porque permanecieron mudos en su tiempo, porque no quería dar rango de ciudadanos a los que no comprendían los deberes que la ciudadanía impone, pero esa injusticia debía tarde o temprano pagarla los amos que aprovechaban de la injusticia. La guerra ha sido el castigo y la guerra llevada con negros será la recompensa Usted lo verá de cerca que la guerra que acabó ya con los esclavos será la base de un poder cual todavía no se había soñado. Las pobrezas de Francia y su imperio mexicano, las pobrezas de España y sus robos de mierda, se verán muy pronto, no tardarán en conocer los monarquistas que la lucha entre hombres libres y ejércitos disciplinados a la europea es tan imposible como entre incas y españoles, y los bobos quedarán boquiabiertos cuando se les demuestre que la libertad es la fuerza y el despotismo la impotencia. No se queje usted, no se deje usted abatir.
Volverá usted a su tierra argentina a luchar otra vez, a vencer otra vez y a trabajar sobre un terreno mejor preparado, y los resultados serán mejores, aunque la ingratitud vuelva a ser la misma.
Respecto a minas de San Juan le diré: en cuanto reciba las muestras las haré ver y contribuiré en lo posible para que Parent y compañía se aficionen a esos minerales, en cuanto a mí, creo que no iré, su partida de usted de San Juan me ha enfriado mucho, qué haría allí sin usted, nada, prefiero quedarme con mi Santiaguito que es mi consuelo y todo mi porvenir.
Adiós mi buen viejo, escríbame usted más alegre y crea usted siempre en la amistad de Santiago Arcos
Nota: No sé cómo poner el sobre pero va a su solo nombre que es su mejor título.
M.H.S. N° 1.319 Carpeta 10

Badén Badén, 17 de agosto de 1864
Mi querido Sarmiento
La víspera de mi partida de París para este lugar recibí su carta de Santiago del 16 de julio y los apuntes biográficos que me remitía usted. Debiendo ausentarme de París fui a ver a Balcarce y recordándole el empeño que él tenía de publicar unos apuntes biográficos de D. Domingo F. Sarmiento le entregué el manuscrito que deseaba tener.
El secretario de Balcarce, M. Gallet de Kulture ha publicado ya algunos trabajos sobre las cosas de América, y esos apuntes publicados en francés y españolcomo un trabajo de Kulture llenarían completamente el objeto que usted se propone y que es bueno y al que deberían interesarse los hombres de la República Argentina. Balcarce quedó conforme con todas estas ideas y ha quedado en avisarme cuándo y cómo hará esta publicación en cuanto reciba su carta. Le escribiré a Hopkins, pero dudo que reciba mi carta en Nueva York pues me aseguran que Hopkins quedaba en Buenos Aires a la salida del último vapor. Lo que me dice usted de los adelantos de Chile no me admira, llegaba usted de San Juan y Santiago lo ha asombrado a usted. A su vuelta de Nueva York ya verá usted lo poco que vale.
La cuestión del Perú le producirá a usted un desengaño La inmoralidad de los hombres públicos americanos va se montrer dans toute sa laideur.
En el Perú aprovecharán para hacer nuevos empréstitos, derrochar dinero, engordar algunos jugadores y no hacer nada. La calaverada de Pinzón o más bien de Mazaredo, hubiese podido arreglarse inmediatamente. España a quien presta usted miras más largas que las que tiene en realidad, hubiese gustosa pasado por todo arreglo honroso. Para comprender esta cuestión imagínese que España es un ministro cuyo agente ha cometido un disparate y el Perú, un diarista perendengue de la oposición, que quiere aprovechar del disparate para juzgar sin pasión esta cuestión. Recuerde que la España vale poco como respetabilidad y que el Perú no vale nada.
Adiós amigo, por el próximo vapor volveré a escribir a usted y espero poderle mandar dos ejemplares de la publicación de Kulture.
Su amigo
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.320 Carpeta 10

París, octubre 18 de 1864
Mi querido Sarmiento
Mi última carta fue de Badén, después quise conocer unos cuantos de esos lugares de tierra adentro de que hemos oído hablar, pero que rara vez visitan los viajeros americanos. Estuve en Karlruhe, Heidelberg, Darmstad, Francfurt, Hombourg, Wiesbaden. Las orillas del Rhin, Bonn, Colonia y regresé a París por Bélgica. Santiaguito gustó mucho de catedrales, museos y ciudades.
Quand a moi plus je connais les hommes et plus j'aime les chiens. Mientras más ciudades veo más me gustan los campos sin cercos. Qué lástima Sarmiento que seamos tan brutos. Si por allá fuésemos todos brutos como nosotros dos nomás, que bien viviríamos por el Tandil o en Calingasta, pero si por aquí hay estrechez, por allá hay gente como Don Vicente Izquierdo o como Don Justo Urquiza, manifestaciones tan repelentes la una como la otra de la mala educación que nos viene de tan atrás.
Pero aquí estamos y nos quedaremos así hasta que un viento más fuerte me empuje, ya sea a los campos sin cercos o me clave en estas estrecheces.
A mi vuelta de Alemania encontré su carta del 11 de agosto y yo me admiro que Ud. se admire de la fuerza orgánica de mi buen sentido etc., etc.
Señor don Domingo si Ud. viese de cerca este gran poder de Napoleón, ¡que desengaño! Ni siquiera tiene eso grande que Ud. le encuentra.
Don Luis Napoleón es un buen hombre viejo ya, amolado y cansado de la bajeza que lo rodea, peleado con la mujer que es tonta. Quiso putear para distraerse, tomó a la Marguerite Beranger, une sommité, para despertar deseos en cuerpos hastiados y la Marguerite lo ha cansado. Ahora quiere a un perro que se revuelca con el hijito que ha sacado más de la mamá que del papá. En el siglo XIX las tiranías o más bien la omnipotencia producen la hipocondría.
Todos estos esplendores son manotadas de ahogado. La expedición a México, un fiasco. La ocupación de Roma un fiasco. El Imperio un fiasco, el ejército un fiasco. El pueblo mira bruto e indiferente, pero no es cómplice y sin cómplices, los Reyes Soles como Luis XIV se vuelven Lunas. Mac Mahon, el actual Duque de Magenta a pesar de su valor, de su inmensa ciencia militar es un cuerpo sin vida y Grant ese poste de bronce que nada mueve, es la guerra viva porque dispara cañonazos que suenan en el porvenir.
Juárez fugitivo es el derecho, Bazaine y Maximiliano una necedad sin porvenir.
En España, los pobres gobernantes hacen como los telégrafos que Ud. Conoció en Europa, repiten los movimientos que ven hacer a Napoleón, toman a Santo Domingo y se apoderan de las islas Chinchas y mandan soldados a lejanas tierras, pero sin premeditación, sin planes de monarquizar la América, prestarles vistas tan largas es hacerles más honor que el que merecen. Luego en España hay un pueblo detrás de esos gobernantes que puede ser indiferente, pero que no es cómplice y uno de estos días todas esas injusticias caerán bajo el desprecio público. En dos palabras, todo esto da lástima pero no debe asustar la democracia que uno de estos días va a despertar y a echar a tanto criado viejo, que nos están sirviendo como servían a nuestros tatarabuelos, que guardamos por consideración, pero que tendrán su retiro el día menos pensado. Lo serio hoy es la lucha en Norteamérica. Guay de vejeces si triunfa el norte.
Con que para concluir este asunto tenga Ud. la calma de los que van a vencer.
Siento que la democracia tiene bastante fuerza ya para andar a planazos sin dar cuchilladas, lo que siempre es feo.
Vamos a otro asunto. Como se lo dije a Ud. en mi última di sus apuntes biográficos a Balcarce y desde mi vuelta he tratado de verlo pero no he podido, pues ustedes los diplomáticos argentinos cuyas misiones son para todo el universo y otros lugares, andan a salto de mata. Balcarce cuando no está metido en Brunoy anda por Londres, Madrid o Turín pero toma nota de lo que Ud. me dice y sólo se publicarán cuando la ocasión se presente.
Adiós amigo - Hasta otro vapor - Suyo
Santiago Arcos
M.H.S N° 1.322 Carpeta 10

S.D.
La señora viuda de Arcos participa a usted el efectuado enlace de su hijo D. Santiago Arcos con la señorita Da. Claudia Maneyro.
París, 18 de enero de 1865
M.H.S. N° 1.323 Carpeta 10

París, 16 de junio de 1865
Mi querido Sarmiento
Contesto a su carta del 20 de mayo de Nueva York, escrita por Bartolomé Mitre, a quien dirá usted que lo que más deseo es que estudie y aproveche de los Estados Unidos, que espero saber que ha dejado al sur de la línea sus debilidades de niño, y que es ahora todo un hombre, que honrará el nombre que su padre con menos medios que él ha sabido ilustrar. Me alegro que esté con usted y más me alegraré que vivan ustedes dos con la misma confianza que teníamos por esa tierra en 1847.
He buscado el folleto ?Lere des cesars?, imposible dar con él, pero Fontaine que es un librero cateador de obras perdidas, ha quedado en buscarlo y si me lo manda, irá a los Estados Unidos.
Le mando pour acquel de concience pero debo advertirle que todo trabajo sobre el libro del Emperador es perder tiempo.
El Julio César de Luis Bonaparte, se murió en cuanto vio la luz. Nadie lo lee y ya nadie se acuerda de él. Es un libro muy rebuscado, escrito por una sociedad de literatos, de arqueólogos y de latinistas que hubiera podido servir para las Escuelas Europeas, si el sistema europeo hubiese cuajado, pero ya todo lo de Europa tiene en el mundo del porvenir el mismo valor que los Vedas de brahama en Europa, c'est curieuse pour les erudites. Voilà tout y ocuparse de ello sería una soberana locura, así amigo Sarmiento, como se halla Ud. Lejos de estos cadáveres pudiese ser que se equivocase y creyese que puede contestarse a esta gente, error. Su deber es olvidar a la Europa y darle su verdadero rango, que es el mismo que tuvieron los persas, indostaneses y chinos en tiempos cuando Beranger decía de la Francia, brille etoile du matin, ya no hay estrella.
Usted está en el centro de la vida, no mire usted para acá sino para darme de cuando en cuando noticias de mi mejor amigo. De aquí los diarios le dirán lo que hay, nada entre dos platos. De la Confederación Argentina, el Paraguay o sea la cola de la federación ojalá sepa Mitre salir con éxito de esta prueba.
Suelen decir queda el rabo por desollar como cosa muy difícil.
Suyo
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.324 Carpeta 10

Burdeos, 24 de septiembre de 1865
Mi querido general
Recibí su amable carta del 20 de mayo en que me dice usted cosas muy gratas y otras que justificaré con dos palabras. Siempre que he podido encontrar trozos hechos, los he zampado en mi historia. Primero, para ahorrarme trabajo y segundo, porque para decir la verdad, sobre esas remotas tierras, tan sistemáticamente mal apreciadas en Europa es bueno buscar cómplices. Si no he sido tan original como hubiese podido serlo refiriendo lo que he visto es por aquello del irlandés ovejero en Navarro que ponderando lo bien que vivía en las pampas decía: ?aquí como carne tres veces por semana?. Si hubiera dicho la verdad, nadie lo hubiera creído en su tierra.
Cuando ésta llegue a sus manos sabe Dios cómo andará la guerra, ni tan mal como algunos por aquí me cuentan ni tan bien como yo lo deseara. Han principiado ustedes tarde. Los paraguayos han podido decir, lo que vale tanto como el buen derecho quien da primero da dos veces. Pero con mucho o poco dinero, usted y el Brasil llevarán lo mejor del torneo. El Brasil sobre todo.
Usted tiene un gran defecto. Le falta ser algo más bárbaro. Usted mismo me lo decía. Mandeville era el mejor encargado de negocios que la Inglaterra podía acreditar cerca de Rosas, porque Mandeville había estado mucho tiempo en Turquía. Pues a usted le falta Turquía para guerrear río arriba. A pesar de esto creo que le irá a usted bien y por tanto le escribo a usted una carta de paz, ocupándome de cuestiones venideras con el mismo afán que si siguiendo mi indicación juiciosísima me hubiese usted nombrado ministro en Francia.
Principiaré por desplegar a usted en guerrillas unas cuantas generalidades que sabe usted tan bien como yo pero que no temo repetir porque siempre es bueno tenerlas en memoria.
Hasta ahora los saladeros de Buenos Aires y de Entre Ríos, han matado los ganados que pueden retirarse de un área de terreno insignificante si se compara con los terrenos de pastoreo de que puede disponer la república. En un porvenir no lejano (si se atiende a la ganadería) cada una de las provincias de la república puede dar anualmente tanto ganado como el que ha dado la República entera en estos últimos años y la sola provincia de Bs. As. puede dar a los saladeristas diez veces mayor número de cabezas que las que ahorallegan a Barracas.
¿Pero sería juicioso esperar una actividad tan grande en las faenas desaladero, cuando la poca carne que actualmente se exporta abarrota los dos únicos mercados que tiene la república? ¿Podemos esperar una mejora para el porvenir cuando todo nos indica que muy pronto perderemos el mercado del Brasil? Los productos de la ganadería aumentaron en el imperio mucho más rápidamente que el número de consumidores de tasajo y Bs. As. si no se muestra previsor, pronto se verá reducido al limitadísimo mercado de la isla de Cuba. Para que los trabajos de saladero puedan tomar toda la actividad que pudiesen tener si se aprovechasen los campos de pastoreo de Orán a Choele-Choel, de los Andes al Paraná, sería necesario generalizar el uso de las carnes de la República Argentina en la parte del mundo donde más se necesitan. En la Europa occidental tenemos más de cincuenta millones de bocas que apenas comen carne una vez por mes porque la carne es demasiado cara, cuesta de quince a veinte sueldos libra.
Imagínese usted la importancia que llegarían a tener las pampas si en vez de contar uno o dos millones de consumidores para uno de sus mejores productos, contasen con cincuenta millones. Las ventajas no se limitarían a poder vender con lucro cuanto se pudiese criar. El aumento de consumidores aumentaría la importancia de la cría de ganados. Los países más poblados y más ricos tendrían que contar con las pampas, con esos campos apenas conocidos de unos pocos emigrantes de Bayona o Génova. El número de personas interesadas en estudiar el mejor modo de conservar las carnes decuplicaría y quizá el difícil problema de conservación, envase y transporte, acabaría por tener una solución y estoy firmemente persuadido que esta solución se encontrará cuando el número de interesados esté en relación con el desarrollo que puede tomar esta exportación. El número de emigrantes aumentaría hacia un país que todos los días se haría presente. El precio de las carnes se equilibraría con el precio de las carnes en Europa, y aunque la carne salada nunca llegaría a tener el precio de la carne fresca, vendida en Europa de cinco a siete sueldos libra, sería una inmensa ventaja para los de Bs. As. que actualmente la venden a dos sueldos y para los europeos que ahora la pagan de quince a veinte sueldos. El precio de las propiedades beneficiaría con el aumento de valor de las mercancías que estas propiedades producen, por fin el país ganaría políticamente hablando, pues para apoyar una pretensión la Europa no quisiera hacer sufrir su propia población.
Pero usted puede prever también como yo las ventajas de lo que yo llamo la conquista del mercado europeo. Pero cuántas dificultades no hay que vencer para conseguir que franceses, ingleses, belgas, españoles, portugueses, italianos y alemanes busquen este alimento, como buscan el pescado seco, muy inferior a la carne seca pero que están acostumbrados a comer. No necesito hacerle a Ud. la historia de las dificultades que han tenido que vencer todos los nuevos alimentos. Pero si el pescado seco, el maíz y las papas han acabado por generalizarse, no debemos desesperar de generalizar el uso de la carne tasajo, no debemos desesperar de llevar a cabo la conquista del mercado europeo para el Río de la Plata, conquista que costará menos que lo que saquen Uds. de sus conquistas paraguayas.
Hasta ahora mis ensayos han sido inútiles. Hace dos años hablé mucho con el Emperador Napoleón. Mis esperanzas eran generalizar el uso del tasajo en las tropas porque si los zuavos y demás héroes de por acá lo hubiesen comido, el labrador y el obrero lo hubieran comido con gusto. El Emperador parecía aprobar esta idea, parecía tener el mayor empeño en que se generalizase el uso de esta carne entre los labradores, hice venir carne. Se comió en Tullerías, gustó mucho, pero no pude conseguir lo que pretendía: una orden para hacer venir 30 o 40.000 quintales. Y he acabado por persuadirme que para conquistar el mercado europeo es necesario dejar de lado toda idea de lucro y siendo así Ud. es el único asociado que puedo buscar. He aquí mi plan de operaciones: la conquista del mercado europeo no puede obtenerse sino a fuerza de sacrificios pecuniarios, que no podrán aprovechar a los que los hagan. Para mayor claridad le diré en griego como dice Moratin. Es necesario que durante dos a tres años el consumidor imponga sus precios al productor. Lo que no sucederá, si no encontramos medios de compensar las pérdidas del productor pues nadie puede producir para perder.
Pedir esta compensación o al gobierno o a la contribución me parece poco republicano, bueno para países que viven bajo la tutela administrativa y no para países libres Self governing comunities.
Lo que me parece bien, sería formar una sociedad numerosísima de estancieros, saladeristas y propietarios para la conquista del mercado europeo.
Cada socio, sin esperar más compensación que el bien que pudiese resultar para el país, se comprometería a dar una suma anual durante 5 ó 6 años. La suscripción sería voluntaria. Suscríbase Ud. por 3.000 $ m/c por año, yo me suscribo por otro tanto, haga Ud. suscribir a Drago, Paunero, Don justo Anchorena, Cascallares, L. Pereyra, Vedia y hasta Lucio Mansilla, Sra. María Cambaceres etc. Y reúname Ud. 2.000.000 de pesos papel.
La sociedad una vez constituida mandaría mensualmente 3.000 quintales de carne que se venderían en los mercados europeos. Suponiendo que el primer año perdiésemos 800.000 pesos sobre 36.000 quintales, los 200.000 pesos restantes se emplearían en pagar artículos de toda clase para popularizar la nueva mercancía. Si el primer año perdemos 800.000 pesos sobre 36.000 quintales quiera el segundo los perdamos sobre 80.000 y me parece que no perdiendo nada en el tercer año, otros exportarían por su cuenta quizá gracias a una buena serie de artículos, algunos europeos principiarían a especular en carnes y habríamos gloriosamente acabado esta conquista que costará mucha sangre de novillo y vaca y ninguna sangre de gente. Yo me ofrezco, no me impongo, para ser el corresponsal en Europa, vea qué le parece esta idea que se encadena con mi sistema de fronteras y avíseme.
Había tocado este punto ligeramente con Rufino Elizalde, pero después de pensarlo bien he preferido escribir a Ud. que me entenderá y que a pesar de los galopes tendrá un rato para contestar a su amigo.
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.325 Carpeta 10

Burdeos, 20 de octubre de 1865
Mi querido Sarmiento
Ayer recibí aquí su carta del 29 de septiembre. Tomemos uno y otro la costumbre de contestarnos nuestras cartas, como yo contesto su última, de esta manera estaremos en más inmediato contacto lo que me parece lo más racional pues es Ud. el amigo a quien más quiero y viceversa. Yo tengo mucho que contarle y el cuento es triste. Me casé como Ud. sabe el 7 de enero del presente con una niña que le gustará a Ud. mucho y hemos principiado mal. La pobre, después de un penosísimo embarazo tuvo un mal parto el 20 de agosto, o más bien un verdadero parto de mellizos, niño y niña, dos hermosísimas criaturas pero que nacieron muertos. Su restablecimiento fue largo, felizmente ya está buena y repuesta como se saben reponer las mujeres antes de llegar a los 23 años.
Ahora paso a explicarle mi residencia en Burdeos. Sabrá Ud. que después de mucho cavilar, después de consultar los gustos de mi hijo Santiago y los de mi mujer he abandonado toda idea de volver a América, y que mi residencia habitual será Europa. Mis mejores amigos, y mis intereses se encuentran en España y creo que será España el lugar donde vaya a acabar mis días. No como comerciante ni banquero, iré a vivir allí de mi renta y quizá como distracción me haré hombre político, no hombre político en primera línea, sino de esas comparsas que figuran como diputados o senadores de culo. C'est bon pourfaire une fin. Mi hijo que según todas probabilidades tendrá un fortunón en Europa podrá ser más, el muchacho va muy bien, es el chiche de los niños de grandes y títulos y, como le gusta el boato más que el desierto, mis ambiciones pasan a él. Hago en una palabra lo de Carlos Quinto, abdico en él y veré de prepararle un camino ancho para que sin perderse pueda desviarse. Uniendo estas ideas he venido a pasar el invierno en Burdeos, mi mujercita tiene aquí toda su familia. Santiago sigue sin interrupción sus estudios principiados en París, estudia mejor porque tiene menos distracciones y yo estoy más a mano para hacer mis viajes a Madrid, y ver si puedo avenirme con esa gente. Ud. escríbame Rué du Chateau Trompette N° 8, Bordeaux, hasta nuevo aviso.
De cosas de la República Argentina no le puedo decir nada, ya cuando ésta llegue sabrá Ud. qué fin han tenido los de la Uruguayana después de la victoria del Yatay. La guerra paraguaya no es un mal, al contrario producirá un bien, pero esa pobre tierra argentina que marcha tan bien me parece un niño enfermo, a pesar de los médicos que lo cuidan, a pesar de los remedios que le dan, la naturaleza hace tanto que el niño vive, se robustece y se hace hombre.
Hace quince meses le escribí a Mitre la guerra del Paraguay, pero Mitre no me hizo caso. He solido ocuparme de la República. Le mandé un plan de fronteras, práctico, fácil, todo mi secreto consiste en oponer la civilización a la barbarie, las casas de azotea a los toldos, los caballos a pesebrera a la tropilla, colonos alemanes con escopetas en vez de los pobres gauchos desarmados, no pedía un ochavo, pedía la concesión del terreno después del éxito. No me han hecho caso, pida Ud. a Mitre copia de ese plan de fronteras, quizá Ud. en los Estados Unidos lo podría realizar. Después he hecho otro esfuerzo por el país, en septiembre le escribí para ver si quería ocuparse de conquistar un mercado.
Quizá no me contesten. Ya ve Ud. que no soy proyectista, les indico pro amore patrie que hagan, pero no harán. No se alarme Ud. por esto. El país hará, el país acabará por tener fronteras como yo las indico, tardará más pero las tendrá y al fin y al postre los europeos comerán carne seca, lo que es una lástima, es que perdamos cien años para hacer lo que se hubiese hecho en diez años. Con un poco de previsión la guerra paraguaya en vez de durar un año, hubiese durado un mes y lo mismo de lo demás.
Para concluir voy a dar a Ud. una noticia como dicen los portugueses. Save que mais. Ya emigró la inteligencia, hemos visto en nuestros días, lo que en el año 48 creíamos que alguna vez podría suceder, se acuerda Ud. cuando me decía: de oriente a Grecia, de Grecia a Italia, de Italia a Francia, pues hijito ya está el centro del mundo en los Estados Unidos. Está Ud. en el centro del mundo. Los europeos no lo dicen aún, pero ya lo sienten, que respecto a los yankees están como los chinos respecto a ellos. Y esto es nuevo. Si viera Ud. qué pavor infunden los hombres de Grant y Sherman, esos dos brazos de gigante y el borracho Johnson, como sigue después de Lincoln ¡qué superioridad!, qué chiquitos están Napoleón III y su perro, los reyezuelos de Europa. La Inglaterra toda vieja, tierra, gente, aristocracia, ministerio y reina.
Palmerston se muere. Y Cobden se muere y Gladstone dice seremos algo como la Noruega o la Holanda. Hemos vencido amigo D. Domingo la grande, la inmensa unión llevará el mundo a remorque. Como Gulliver llevaba la escuadra de los Lilliputienses. Dígame Ud. qué harán los yankees de México y de los franceses. Lo mejor sería tomar a esos gabachos y darlos entre las familias del oeste, como Aldao daba los chinitos que tomó en Malargüe. Muchos de ellos han acabado por ser buenos peones de bozal y rienda, pues muchos de esos gabachos podrían llegar a ser ciudadanos. Cuénteme lo de México; sigo esa cuestión con sumo interés, es la última tentativa de los europeos sobre América y curiosísimo como episodio final. Cuénteme lo de México. Otra cosa. Hágame Ud. el favor de escribirme. Cómo debo poner el sobre de mis cartas para Ud.
Le mando un borrador de mi última carta a Mitre, ¿qué le parece? Contésteme a vuelta de correo.
Por ahora no pienso ir a Nueva York. Mi viaje no se realizará hasta fines del entrante año de 1866, pero sólo será viaje, por el giro que toma la educación de Santiago, es preciso que sea Bachiller en lettres et en sciences, como debe vivir entre chinos el pobre tiene que ser letrado.
Adiós, hasta luego, su amigo
Santiago Arcos
M.H.S N° 1.326 Carpeta 1326

Burdeos, 10 de febrero de 1866
Mi querido Sarmiento
Recibí con atraso su libro y su carta. He leído el libro de Lincoln con cuidado y ojalá produzca en todos, el efecto que sobre mi ha producido, esto es reunir en cuerpo de doctrina mis vagas admiraciones por esa águila inmensa que ha bautizado al siglo XIX ?los tiempos de Lincoln?.
Qué espléndido triunfo Sarmiento. Viviremos aún para ver a la Inglaterra reducida al humilde papel de la Holanda. Los franceses hablarán de sus victorias de Marengo y África como oíamos hablar a los Españoles de San Quintín y Lepanto allá en nuestras mocedades. Todo eso se perderá en el horizonte y la Gran República brillará sobre el mundo, no como el sol de Carlos Quinto o Luis Catorce, candil que sólo brillaba para la servidumbre de sus señores, pero como verdadero sol, eterno como la justicia y el derecho. Es preciso vivir lejos de ese foco de luz para ver lo que pasa, para palpar la preponderancia inmensa de los Estados Unidos, para comprender que la Europa se ha dejado bolear por su falsa ciencia, por sus pequeñeces, sus ridículas ambiciones y su orgullo chinesco. ¿Qué hacer? Huir, no. Cuando nosotros andábamos desnudos ellos vinieron a vestirnos y nos enseñaron lo poco que sabían. Nosotros debemos hacer otro tanto. Yo me declaro desde ahora el sucesor de don Núñez Cabeza de Vaca, que pasó treinta años entre los indios del Missisipi antes de ir a colonizar el Paraguay. Yo aquí me quedo porque estoy entre bárbaros y cuando esto no me baste iré a España, porque allí encontraré mi Malargüe.
Anote Ud. que soy el primer emigrante.
Pero hablemos más de su libro. Es bueno, sólido aunque pesado, para leerlo es necesario amar al derecho y a la libertad. Se me figuraba Ud. uno de esos actores fríos que dicen su papel con monotonía. Sabiendo muy bien sus relaciones, dando a cada palabra su verdadero valor, pero contando con la inteligencia del público, más que con las inflexiones de la voz para hacer resaltar el alcance del pensamiento. Llega el asesinato y el escritor veterano se quita el poncho, el drama crece, el lector excitado sin saber por qué resorte oculto se apresura y el amigo dice que el autor del Facundo puede firmar la Vida de Lincoln, como el autor de la vida de Lincoln puede firmar el Facundo.
Bravo, viejo, los años no han empañado la inteligencia, la han disciplinado y dado mayor vigor.
Voy a darle noticias mías. Vivo en Burdeos ahora, pero no estoy arraigado en ninguna parte. Hasta que Santiaguito haya concluido su educación, yo revolotearé por Europa, no quiero sacarlo de aquí hasta que tenga su diploma de Bachiller. Después lo haré viajar, iremos al Niágara y al Salto de Guairá.
Después vendré a acabar a España, quiero ser el primer colono de esa remota y aislada región. Estoy muy contento con la mujer, la quiero más ahora que cuando me casé y ella me quiere mucho.
¿Qué hace Ud.? ¿Piensa Ud. permanecer mucho tiempo en los Estados Unidos? Del Río de la Plata nada sé, nadie me escribe. No le mando a Ud. Los libros españoles porque no los he encontrado, ni los necesita Ud. para nada.
Mándeme Ud. sus cartas directamente: M. Santiago Arcos. Rue du Chateau des Fleurs N° 1 - Champs Elysées - París. Tengo allí mi cuartel general y su correspondencia no sufrirá atraso. Mucho me gusta lo que veo del hijo de Mitre,
dele Ud. un abrazo.
Su amigo
Santiago Arcos
Dígame Ud. si la dirección está bien puesta.
M.H.S. N° 1.327 Carpeta 10

Burdeos, 20 de agosto de 1866
Mi querido Sarmiento
Sigue Ud. siendo tan bárbaro como siempre. La diplomacia no le da a Ud. Esas cultas maneras que consisten en quitarse el sombrero cuando un conocido se lo quita y en contestar una carta cuando se recibe. Le he escrito a Ud. Dos veces y la contestación no llega. No por eso me canso y acá va otra carta que espero tendrá mejor éxito puesto que voy a hablarle a Ud. de su pasión dominante, como dicen los falansterianos de las escuelas.
Ha de saber Ud. que sigo muy serio en mi propósito de explorador de esta pobre Europa. Ya le expliqué a Ud. en otra carta cómo había abandonado la idea de ir a establecerme a Malargüe, porque habiendo encontrado en Europa más barbaridad que por allá, me parecía mejor establecerme por acá, y que mi propósito era ser el Vasco Núñez Cabeza de Vaca de estos indígenas, y hete aquí la primera aplicación de mi papel de colonizador de estas tierras. Sabrá Ud. que para estar en más íntimo contacto con estos indígenas, me hice recibir masón, cuyos ritos no le son a Ud. extraños. Y entre paréntesis le diré que junto con ésta le mando un discurso que pronuncié en la Logia, y mando cuatro ejemplares para que lo dé Ud. a quienes más convenga.
Como estos masones pasan la mayor parte de su tiempo en hacerse señas, hemos convenido con algunos amigos utilizar las Logias de Burdeos para que todas contribuyan a formar una escuela modelo para educar a los francesitos y sacarlos si posible fuese de las garras des frères ignorantins, que desarrollan las supersticiones añejas, sin cuidar de desarrollar el entendimiento y para esto, es bueno no inventar sino copiar la escuela norteamericana, copiarla en sus muebles, en sus libros, en su organización, copiarla material y moralmente.
Nadie mejor que Ud. puede guiarnos en esta empresa. Díganos Ud. lo que debemos hacer. Si, como no lo dudo hay un librito impreso para guiar al que quiere establecer escuelas, que venga; mándenos igualmente un precio corriente de los muebles de escuela, sillas y mesas como las que introdujo Ud. en Buenos Aires, o más perfeccionadas si existen. En fin, deme Ud. Los elementos para poder electrizar a estos indígenas y hacerles hacer una cosa buena introduciendo los adelantos del nuevo mundo en el viejo.
Adiós, contésteme muy pronto.
Su amigo el descubridor y primer poblador de Europa
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.328 Carpeta 10

Burdeos, 30 de junio de 1867
Mi querido Sarmiento
Ayer supe por una carta de Neyer que estaba Ud. en París. Si tuviese dinero no le escribiría, iría a verlo, pero estoy sin dinero y no puedo moverme, por esto le pregunto ¿cuánto tiempo piensa Ud. permanecer en París? ¿Después de París adónde irá? ¿Hay alguna probabilidad que pueda Ud. pasar 8 días conmigo en Burdeos? Aquí me encontraría a mí primero, a Santiaguito que lo recuerda a Ud., a mi mujer que sabe que sin excepción alguna es Ud. el amigo que más quiero. Aquí lo cuidaríamos como a l'oncle d'Amerique. Puedo esperar que cuando esté Ud. cansado del ruido de París, de esa nada entre dos magníficos platos, vendrá Ud. aquí a dejarse querer una semana, para no hablar de nada, no pensar en nada, para que haga Ud. un paréntesis en la trabajosa vida que lleva.
Contésteme cuatro letras. 18 Pavé des Chartrons, Bordeaux. Su amigo
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.329 Carpeta 10

París, 31 de junio de 1868
Mi querido Sarmiento
Corre por aquí la noticia de su triunfo completo en las elecciones para presidente de la República Argentina.
Su elección denota un progreso en esa tierra y hace honor a la administración de Mitre, porque no es Ud. la continuación de la administración anterior, tampoco es Ud. la expresión del provincialismo contra Buenos Aires ni viceversa. Es Ud. el candidato de los hombres inteligentes y yo me alegro de su triunfo como de un triunfo de la inteligencia.
Mal llevada, mal comprendida, mal servida, y con todos los males que quiera Ud. añadirle, la República, la Santa República vivifica esa tierra y eleva la mente de la patria argentina, y sus santos principiarán a llamarse Sócrates, Cristo, Franklin, Washington y Lincoln y no San Atanasio, Santo Domingo, Santo Tomás o el Siervo de Dios Bardesi y otros brutos que siguen guanándose en Chile, Bolivia y el Perú, ni como Bismarck, Napoleón o Pío Nono que guanean con caca de ganso esta pobre Europa que cada día está más bruta, vieja y tonta.
A pesar del triunfo de la inteligencia no crea Ud. que lo felicito mucho por la tal presidencia, allá también hay como por acá, mucho estiércol que sacar amigo Sarmiento y no es lecho de rosas en el que va Ud. a acostarse. Tiene Ud. A Urquiza y toda la canalla federal, más indomables, más embusteros y más falsos que maneador de cuero quemado, pero yo no le tengo pizca de lástima.
Yo lo considero a Ud. como una pala o una escoba, algo como una máquina civilizadora. Hoy le dicen los argentinos. ?Ea, Ño Domingo, ahí tiene Ud. Limpie Ud. y trabaje duro.?
Si sale Ud. bien en su tarea, bueno no habrá hecho cosa que nadie le agradecerá puesto que su oficio es dar vida intelectual y domar a la mula chúcara que le van a entregar. Si le hacen a Ud. revoluciones, si lo fusilan o ahorcan, este detalle probará que la pala o escapa (sic) tenía mal mango o le faltaba algún requisito. Pero fusilado o muriéndose de viejo en su cama, habrá Ud. cumplido con su deber y por eso es que lo felicito muy de veras. Lleve Ud. adelante la idea republicana y salga lo que saliere.
Yo siento no poderle ayudar en nada ni tener nada que pedirle. He emigrado aquí y aquí me quedo. ¿Inútil? Quizá no, pero completamente ignorado y como la levadura, destinado a desaparecer cuando se principia a cocer el pan.
Mi hijo crece, creo que tendrá un nombre como pintor y lo educo de manera que ame lo justo y lo bueno. Adiós.
Mon cher condamné aux travaux forcés a perpetuité... Trabaje Ud. y si para algo cree Ud. que yo puedo servir no olvide Ud. que aunque presidente lo quiere siempre su amigo
Santiago Arcos
París Rué Bassano N° 1
M.H.S. N° 1.330 Carpeta 10
 
ARCOS Y ARLEGUI, Santiago Mariano del Carmen (I77)
 
14 Correspondencia 2

M.H.S. N° 1.330 Carpeta 10

Madrid, 8 de diciembre de 1868
Mi querido Sarmiento
Para evitar confusión pongámonos cada uno en nuestro papel. Usted es Felipe II, el gran monarca que conquistaba tierras por medio de sus adelantados sin gastar un maravedí. Yo soy el adelantado Nuño Cabeza de Vaca, conquistador del Paraguay, que doy parte de mis exploraciones de estas tierras que están por conquistar a la idea liberal que es la fe del siglo XIX.
Hechas estas advertencias y dando rango de Alférez Real a D. José Guerrico que, según dicen, va de Secretario de Legación a París, a donde queda de besarrey el baboso de Balcarce, que sea dicho de paso, debería servir sin sueldo, pues para lo que hace, bastante tiene con los honores del empleo.
Principia mi relación a foja vuelta:
Al Excelentísimo Presidente de la República Argentina, D. Domingo F. Sarmiento
Después de haber residido algunos años con las tribus que viven al norte de una cadena de pequeñas serranías llamadas Pirineos por los aborígenes de este continente, decidí marchar hacia el sur y venir a fijar mi residencia en las altas planicies de la Península llamada Ibérica en el lenguaje de estos bárbaros. Varias razones tuve para ello Excelentísimo Señor. El clima de estas altas planicies, seco y vigorizante, convenía más a mi salud que cuidar tengo para el mejor servicio de Vuestra Señoría y el estado moral de los moradores me daba mejores ocasiones de predicar la fe a los chapetones que a los franchutes o gabachos. Estos últimos se hallan bajo el dominio de un astuto cacique llamado Napoleón (que en lengua de estas tribus significa hombre que parece león siendo aygurá o zorro grande). Dicho Napoleón los tiene tan azonzados por los vicios que en ellos fomenta como ser codicia, mezquindad y lujuria, que pasarán años antes que la luz de la verdad penetre en la embarullada mente de los franchutes.
Las tribus de Iberia, aunque mucho más atrasadas en las artes mecánicas y mucho más rudas que los susodichos franchutes, hicieron no ha mucho un gran Camolieu que los chapetones llaman pronunciamiento. Se dieron de palos unos con otros, se tiraron de las mechas y la caciqueza que tenían se asustó y fue a refugiarse a las tolderías del cacique Napoleón y los chapetones quedaron como moros sin señor. Yo siempre atento al mejor servicio de V.S. he aprovechado para escribirles una plática, con la esperanza aunque lejana que en un Gran Parlamento que estos chapetones llaman Cortes las buenas ideas germinen como el dátil que el árabe planta en las arenas del desierto.
Aunque la plática va escrita en el bárbaro idioma de los chapetones, me atrevo a esperar que con algún estudio podrá V.S. entenderlo y que se dignará aprobar los esfuerzos que por la buena causa hace su adelantado en estas lóbregas comarcas.
Beso la mano de V.S.
Vasco Nuño Cabeza de Vaca
Vulgo
Santiago Arcos
Santiaguín está bueno y lo educo en las más puras máximas de la verdadera fe. Cuando tenga un rato desocupado, escríbame.
9 calle de Preciados. Madrid
Santiaguito y yo mandamos memorias al Dr. Vélez.
M.H.S. N° 1.330 bis. Carpeta 10

Señor D. Santiago Arcos
Buenos Aires, septiembre 25 de 1869
Estimado amigo español
¿Qué hubo del Diputado a Cortés republicano? ¿Ha despertado Ud. de su sueño y encontrádose bajo la férula de un rey? Mucho me temo que desfallezca el visionario y se acuerde de su amigo el Presidente que nunca se hizo ilusiones sobre la libertad, la república y la democracia, trabajando sin embargo, sólo porque está persuadido de que la obra es larga, sino imposible.
Sentiría que no hubiese Ud. leído un artículo del Espectator de Londres sobre el Mensaje más notable uttered by, el nombre más notable en las circunstancias más notables de un Estado de la América del Sur. Hánlo reproducido los diarios más notables de Norteamérica, ya porque me conocen y estiman, ya porque les sorprendía ver a un tirano, un régulo sudamericano luchando con los pueblos republicanos para hacerlos si puede (¡no lo conseguirá!) libres.
Llevo un año de gobierno y dígole a Ud. con verdad que con aprobación de todo lo que es ventre en la sociedad, aplausos de pocos, satisfacción de muchos, y reprobación de cuanto hay de tradicional, ignorante, francés y pobre de ideas, Mitre a la cabeza. Este Proteo del pueblo es hoy anarquista, porteñista, separatista, etc. Todo lo que pueda crearle un círculo en esta sociedad donde Ud. recuerda el dicho de Tejedor ?ni se pierden ni se ganan reputaciones?. Lo tengo de frente con la Nación Argentina redactada por aquel tiérrez que por celos hubo de hacerlo asesinar a Ud. y con todo lo que él mismo combatió como presidente.
Su primer ataque fue sobre unos pícaros entrerrianos que se sublevaron, y él creyó que debía excitar la simpatía que con los criminales (¡circunstancias atenuantes del jurado!), tiene nuestra católica raza. Su segunda fue defender a un salteador, su tercera campaña, oponerse a un contrato de puerto que se necesita hace tres siglos en Bs. As. Hasta aquí todas sus discusiones, sus proclamas se estrellan contra la roca del viejo Vélez, mi Ministro, que le dice sin encono ?eso que dice es obra de sus pasiones y no de sus estudios?. Sin embargo, él es, o se cree el caudillo de Bs. As., este mito que no significa nada y gobierna la república con cuatro explotadores como Mitre y Cía., tanto más peligrosos como más se parecen a sus representados.
Ya he dicho a Ud. más de lo que corresponde a S. Exa. el presidente de una república sudamericana, para provocar a un Diputado desechado de la España libre a abrir un poco los arcanos de su política y comunicar sus impresiones.
La guerra del Paraguay concluye por la simple razón horresco referens, que hemos muerto a todos los paraguayos de diez años arriba.
Téngame al corriente de su situación, esperanzas y desencantos, y mande a su amigo.
Obras Completas de D. F. Sarmiento. Tomo L, pág. 260, Marquez Zaragoza y Cia, Buenos Aires, 1902.

París, 16 de julio de 1870
Mi querido Sarmiento
Para saber y contar y contar para saber. Pan y harina para las monjas Agustinas, harina y pan para las monjas de San Juan.
Erase una Reina y un Rey ambos muy brutos. La Reina tenía y tiene aún, aspecto e instintos de Maritornes y el Rey tenía y tiene aspecto e instintos de maricón. Ambos desgobernaban un rincón del mundo que por el aspecto de la tierra y los instintos de sus habitantes puede llamarse el África de Europa.
Fueron tantos y tan escandalosos los desaciertos que, aunque españoles, sus súbditos se cansaron y los echaron fuera de fronteras. Esta desavenencia puramente doméstica ninguna consecuencia hubiera traído si dicha Reina no hubiese tenido un hijo adulterino llamado el príncipe D. Alfonso que por ser hijo de un oficial de Ingenieros de la Reina Maritornes y reconocido como hijo propio (mediante una fuerte propina) por el Rey Maricón era el heredero legítimo de la corona de Pelayo y Carlos IV.
Pero el tal príncipe debía causar males sin cuento, sobre todo porque lo había bendecido un brujo muy dañino llamado Pio Nono, que mataba cuanto tocaba.
Reinaba en ese entonces en las vecinas tierras de Francia, un emperador o sea un Napoleón que fue travieso cuando niño. Audaz y enérgico cuando hombre pero que la vejez había entontecido. Este Napoleón tenía por esposa una mujer bonita pero de tan estrecho entendimiento como su frente era estrecha.
Los Reyes destronados fueron recibidos con mucha cortesía por los emperadores entronizados y el príncipe Alfonso se hizo muy amiguito del príncipe imperial de Francia.
Jugaban ambos niños, ambos niños iban al mismo palco a ver comedias y carreras y los papases y mamases miraban con ojos húmedos por el amor paterno ambas criaturas.
Esta importantísima consideración contribuyó exclusivamente a que los emperadores entronizados decidiesen poner sobre el trono de España al destronado, o más bien tronado, príncipe de Asturias.
Pero esto de entronizar príncipes no es soplar y hacer limetas, pues es tal la desmoralización de los pueblos en nuestro pícaro siglo, que hay algunos (aunque muy poquitos) que se creen con el derecho de intervenir en aquello que les viene y les va. Hubieron pues de hacerse las cosas con mucha pasma y después de sabias reflexiones. Así, cuando los españoles quisieron establecer un gobierno mitad árabe y mitad suizo, tal cual les convenía, los franceses con mucha cortesía se opusieron a ello diciendo que era sumamente imprudente dejarse llevar por la razón en materias de gobierno, pues todo buen gobierno debe tener algo de absurdo para tener las necesarias condiciones de estabilidad.
Convencidos los españoles por estas razones se echaron los pobres a buscar rey como las razas de antaño. Mientras no lo encontraron, los gobernantes de Francia no se apuraron, pero sale de repente un príncipe alemán que acepta el hispano solio y aquí fue Troya. Se enoja don Napoleón, ve que su principito de Asturias quedaría sin corona y su hijo sin amiguito coronado y hoy 16 de julio de 1870 va a principiarse una matanza por mayor de una infinidad de infelices que tanto tienen que ver con las coronas como yo con la carabina de Ambrosio.
Testarudo es el prusiano, impetuoso el francés y ambos muy brutos puesto que se van a destrozar sin ton ni son porque el príncipe francés vea a su amiguito rey de España y sobre todo porque D. Guillermo quiere mandar en su casa y en la ajena y don Napoleón en la ajena y en la propia y los franceses trabajan con gusto por remachar sus cadenas y los prusianos hacen otro tanto.
Decididamente, presidente amigo, esta Europa merece el colérico desprecio que inspira el desgraciado cuando es necio.
No sé cómo le habrá contado a Ud. el cuento el señor don M. Balcarce y su secretario Guerrico, pero la verdad es este cuento de brujas que yo le cuento y que sirve de encabezamiento a una carta de recomendación que debe darle a un muchacho muy simpático llamado Gastón Nogués, portador de la presente.
Todo lo que para él le pido es que lo convide Ud. a comer un día que tenga Ud. unos cuantos amigos a su mesa y que hable Ud. unos diez minutos con él. Ya sabrá hacerse Gastón Nogués amigos de los que con él coman y que le serán en sus aspiraciones mercantiles más útiles que el Presidente, puesto que un Presidente para ser bueno debe ante todo ser útil para con sus amigos.
Hombre, esta última sentencia es errónea, puede Ud. serme útil, en las últimas discusiones no he podido ir a las Cámaras. ¿No podría Ud. nombrarme, algo como pegado o agregado o amarrado a la legación de París? Sin el más mínimo sueldo se entiende y sin la más mínima obligación de trabajar. Con esto podría ir yo a la tribuna diplomática y podría seguir contándole el desenlace de mi cuento de brujas que bien podría pasar en la República, si como espero en Dios reciben los gabachos la más cabal paliza.
Señor Presidente, impetro por tanto un nombramiento sin sueldo y con éstas me despido. Si no fuese por mi hijo Santiaguito que quiere ser pintor, quizá me iría a acabar mis días por esas marcas, pero la paternidad me tiene aquí
clavado y aquí me quedo para lo que Vuecencia guste mandar.
Memorias al Dr. Vélez, a D. Bartolo y mi buen amigo Paunero y Ud. ya sabe que lo quiere bien de veras su compañero.
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.331 bis Carpeta 10

Chateau de la Grave, 6 de octubre de 1870
Mi querido Sarmiento
Déme Ud. un cuarto de hora y lea con paciencia y mucha atención esta larga carta pues hablo ?Pro Patria?.
En 1847, a principios de octubre, pasé la cordillera, casi cerrada, y llegué a Mendoza con ánimo de explorar los campos en donde habían guerreado los Pincheiras. Algo sabe Ud. de mi correría pues creo recordar que antes de publicar en la Revista de Santiago mis ?Cuentos de tierra adentro?, leyó Ud. El manuscrito; pero siendo probable haya Ud. olvidado las apreciaciones que formó entonces su ex compañero de viaje, le recordaré: que conseguí fácilmente me diesen en Mendoza como baqueano a un teniente Seguel, lenguaraz y muy conocedor de los campos del sur, y que salí con él y tres peones para esas tierras ignotas.
Vadeamos el río de Mendoza, en Luján, no recuerdo donde el Tunuyán y dejando el fuerte de San Carlos a mano izquierda seguimos faldeando la cordillera y siempre rumbeando al sur pasamos el Diamante en el Paso de Urrutia, dejamos a mano derecha el Cerro de los Buitres, pasamos el Atuel. La sequía del Atuel y a unas 26 leguas sur del Paso de Urrutia, con la caballada ya en mal estado, acampamos cuatro o cinco días en el manantial de los Chacayes porque allí encontramos agua muy buena y buenos pastos. Durante nuestro descanso en el Manantial de los Chacayes fui con Seguel a tirar patos en las ciénagas de Malargüe, los peones tomaban cuantos quirquinchos necesitábamos y confieso que conservo el más grato recuerdo de esos días pasados a lo Robinson Crusoe.
Del Manantial de los Chacayes fui con mi gente al Paso de Yancanelo con ánimo de cruzar allí el río Colorado; pasamos fácilmente, con el agua al estribo, el Pichichacay y Buta Chacay con alguna dificultad y mojando los pellones, el río Malargüe pero no nos fue posible vadear el río Colorado. Seguel creyó poderlo pasar más arriba y volviendo hacia Malargüe entramos en los terrenos ásperos de cordillera y después de una marcha penosísima llegamos rumbeando al sureste a las lomas de Bella Vista que dominan el río Colorado.
En Bella Vista encontramos una pequeña tribu de indios, unos treinta o cuarenta que vivían bajo sus toldos de cuero y que esperaban la baja del río para poderlo vadear. Felizmente Seguel era amigo del cacique y allí pasamos otra semana boleando guanacos y comiendo corderos y quirquinchos. Lejos de disminuir, el río crecía todos los días, y bien a pesar mío tuve que regresar a Mendoza sin haber llegado a los Piñales a donde debíamos llegar después de seis días de marcha, según los cálculos de Seguel, pero según lo que me decía el cacique no hubiésemos llegado ni en veinte días más de mucho caminar.
Cuando hice este viaje (hace ya veintitrés años) las últimas habitaciones que encontré fueron unos cuantos ranchos al norte de Diamante, en un lugar llamado Chilecito. Del Diamante al sur, ni un alma, ni un árbol, hasta Bella Vista en donde topamos con los indios, felizmente indios amigos.
Todos estos campos se parecen mucho a la parte no cultivada de la provincia de Mendoza, más jarilla que pasto, más pajonal que gramilla, y terrenos salitrosos a orillas de la laguna de Malargüe como allá cerca de las lagunas de Guanacache, como campos de pastoreo, estas faldas de la cordillera, son muy inferiores a los campos del sur de Buenos Aires o a los de Entre Ríos y Corrientes, pero creo, que utilizando las aguas del río Malargüe y las de los dos Chacayes, se podrían formar en esos apartados desiertos, potreros de alfalfa como en San Juan y Mendoza y creo que el capital invertido en esa clase de trabajos encontraría un rédito crecido y seguro siempre y cuando el capital fuese bastante para labrar los potreros sin esperar una ganancia inmediata, pues tan lejos de toda población, los alfalfares allí no tendrían valor alguno y sólo aprovecharían al ganado que el dueño del terreno pudiese poner en engorda en sus propios alfalfares. Pudiendo esperar, y como dice Yago a Roderico ?with plenty of money in your purse? en ese desierto hoy tan lóbrego crecerían lentamente los árboles frutales y rápidamente los álamos que pronto darían lo que hace más falta. La madera, esa materia primera de toda civilización y tras la cual corría yo en 1847 cuando quería llegar a los Piñales.
Teniendo alamedas y potreros podríamos llevar fácilmente a esos desiertos, población que no tardaría en enriquecerse y dar valor a esa tierra por la cual quiero pagar poco, pero que en la actualidad no vale más y que sin un trabajo previsor, puede seguir años y años sin adquirir valor alguno, especialmente en un pago que se civilizará al norte porque los ferrocarriles toman ese rumbo. El sur quedará bárbaro, si nada se hace por llevar allí población. Si no facilitan ustedes de todos modos las especulaciones de los que quieren como yo ocuparse de esa parte de la república.
Quizá le parezca a Ud. este pensamiento muy extraño en un hombre viejo ya, y que después de muchos sin sabores, se encuentra por fin con fortuna, avecindado en Francia, con buenos amigos en Londres, París y Madrid, gozando de esa posición envidiada por la mayor parte de los europeos americanos o americanos europeos que por alcanzar esto que yo ahora tengo se afanan y que no me satisface. Para que lo extrañe Ud. menos, contaré a Ud. en pocas palabras lo que ha motivado mi deseo de volver a las pampas y cordilleras y que podríamos llamar, mi conversión en estos tiempos en que Renán ha dado popularidad a San Pablo.
A fines de julio próximo pasado regresó a París mi hijo Santiago de Inglaterra, adonde acababa de pasar un año. Deseoso de darle buenas vacaciones después de tan larga encerrona en un colegio inglés me vine con él a los Pirineos y tanto por recordar pasados tiempos como para darle una idea de cómo se viaja en América en vez de tomar coche y recorrer la tierra siguiendo el Camino Real, alquilé caballos, busqué baqueano de todas las sendas y atajos y nos largamos por caminos extraviados por esas montañas del Pirineo.
Visitamos le Pic du Midi, los nevados de Vignebrale, le Cirque de Gavarne, recorriendo las cumbres y valles de Luchon Bigoise, Barreges, S. Sauverne, Eaux Bonnes y Panticosa, que se encuentra en tierra de España.
Durante esta larga peregrinación pude conversar con los pastores y pobladores de las aldeas perdidas durante seis meses entre nieves y comparaba estas asperezas tan pobladas, tan ricas en ganados y caseríos con nuestros Andes tan grandes pero tan pobres y tan desiertos. Esos andes del sur de Mendoza, cuyos valles ofrecerían muchos más recursos que las estrechas quebradas en que Vascos y Bearneses se hacen ricos trabajando y economizando durante dos o tres generaciones. La plaine de Tarbes, Argeles y Montrejana que mantienen más hombres y ganados que las provincias de San Juan y Mendoza juntas no valen la tasa de Malargüe y las caídas de Yancanelo; y pensando en esto que acabo de ver y en aquello que visité hace veintitrés años, he llegado a persuadirme que si pudiese contar con su cooperación, podríamos hacer entre los dos algo bueno en esos campos tan lóbregos del sur de Mendoza.
Podríamos llevar allí una población sana, robusta, trabajadora y económica, acostumbrada a la clase de cultivo y a los trabajos que allí convienen. Ni Vascos ni Bearneses son franceses como la gente de París o Burdeos. Las cordilleras no los espantarían. Pudiéramos crear alfalfares en Malargüe en donde los ganados encontrarían pastos durante los meses en que las nieves inutilizarían los pastos naturales de la cordillera. En una palabra para no alargar demasiado esta ya larga carta quisiera hacer Argeles en los Chacayes, Tarbes en Malargüe y Montrejana en Yancanelo. Para realizar este sueño, sólo pido que el gobierno de Mendoza no venda los terrenos que denuncio en el sur, dándome facilidades para el pago.
En mi solicitud (no sé a quién dirigirla por lo que dejo en blanco la primera línea que Ud. llenará) verá Ud. cuáles son mis pretensiones.
Claro es que como presidente nada puede Ud. hacer directamente por mí: pero si al pie de mi solicitud informa fulano de tal diciendo ?Es conveniente se acepten las propuestas formuladas por don Santiago Arcos?. El precio que ofrece es equitativo y aunque fuese menos, el Estado en transacciones de esta naturaleza debe tener miras más elevadas. Don Santiago Arcos por su propio interés debe dar el mayor impulso y seguridad posible a sus establecimientos y estos establecimientos darán precisamente valor a los inmensos terrenos que posee el Estado al norte de los Chacayes, en todo el curso de los ríos Diamante y Atuel, y los establecimientos que allí se formen no tardarían en convertirse en núcleos de poblaciones de inmensa importancia, pues sólo las poblaciones formadas en el Alto Río Colorado, tendrán interés en navegar este río para exportar sus productos agrícolas y es inútil observar que la navegación del Colorado es el modo más eficaz de dar seguridad a los campos amenazados hoy por la indiada. Las provincias de Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, por el sólo hecho de navegarse el Colorado, doblarían sus campos de pastoreo. Aunque sólo se tomase en consideración este último resultado, el gobierno debería fomentar y facilitar las especulaciones que se dediquen a la explotación de nuestros campos del sur oeste.
Fortificada mi petición por media docena de informes por este estilo el gobernador de Mendoza, previamente autorizado por la legislatura provincial, para efectuar la venta diría: ?Como se pide: preséntese el interesado para practicar la mensura?. El gobierno provincial mandaría el expediente al gobierno nacional y previa autorización del Congreso, Ud. le pondría la última mano y podría mandar el expediente a Balcarce.
Teniendo en la maleta un documento de esta clase, atravieso otra vez el Charco y si no, no. Y creo que no pasarán seis años sin que los trigos de Malargüe lleguen a Bahía Blanca y las vacas engordadas en Malargüe a Talca.
Esto como resultado material. Como resultado moral habría en Malargüe gente abonada al Times, al Illustrate London News, a la Revue des Deux Mondes, et a l'Artiste y quizá en esas soledades unos cuantos ex elegantes, semi arruinados por la caída del Imperio, pero que aún tienen algunos billetes de mil francos y que algo desengañados están entusiasmados con la idea de ir a vivir lejos de la civilización europea o más bien parisiense.
Haga Ud. esto por los Andes del sur, por su amigo e incorregible aventurero a quien los laureles de Brigham Young gustan el sueño, y que no quiere que el yankee que hizo Salt Lake deje de tener su competidor en Malargüe.
Santiago de Arcos
36 avenue de Friedland
París
M.H.S. N° 1.331 Carpeta 10

Chateau de la Grave, 6 de octubre de 1870
Exmo. Sor.
Santiago Arcos, actualmente avecindado en París (Francia) como mejor en derecho haya lugar, y con el mayor respeto se presenta y dice: Que deseando formar en el sur de la provincia de Mendoza, establecimientos para la cría y engorda de ganados mayores y menores, así como para trabajar esas tierras, hoy baldías y llevar allí pobladores en suficiente número para poner dichos establecimientos a cubierto de las indiadas que suelen visitar esos campos ofrece:
Comprar los terrenos comprendidos entre los límites que a continuación designa:
Por el Norte: una línea que partiendo del manantial de los Chacayes fuese a buscar los nacimientos del río Colorado en la Cordillera Grande.
Por el Naciente: una línea que partiendo del mismo manantial de los Chacayes, fuese a buscar el punto donde el arroyo Pichi Chacay entra en la Laguna de Malargüe, desde este punto la margen occidental de dicha laguna hasta el punto en donde recibe el río Malargüe, y desde este último punto una línea que atravesando dicho río iría a buscar el paso de Yancanelo sobre el río Colorado.
Por el Sur: el curso del río Colorado.
Por el Poniente: el curso de dicho río Colorado hasta encontrar el punto ya mencionado donde remataría la línea que vendría del manantial de los Chacayes a buscar los nacimientos del río Colorado.
La compra de estos terrenos se verificaría del modo y bajo las condiciones siguientes:
Los terrenos que pueden regarse con las aguas del Pichi Chacay, del Bula Chacay, Malargüe y río Colorado, se pagarían a razón de quinientos pesos plata (pesos quinientos) por cada legua cuadrada.
Los terrenos de cordillera que no pueden regarse, ya sea porque los arroyos o ríos estén demasiado encajonados, ya porque fuese necesario abrir nuevos cauces a los arroyos para utilizar sus aguas se pagarían a razón de cincuenta pesos plata (pesos cincuenta) por cada legua cuadrada.
Para determinar de una manera que haga fe el área de los terrenos de regadío, así como la superficie de los terrenos de cordillera contenidos entre los límites ya dichos. Si el Gobierno acepta los precios ofrecidos el que suscribe practicará una mensura de dichos campos, adjuntándose un agrimensor nombrado al efecto por el Estado, que dará fe de la exactitud del plano que se levante debiendo dicho plano servir de base al contrato de venta. Los gastos que esta mensura ocasione serán partibles por mitad: una mitad será pagada por el Estado, la otra mitad por el comprador.
En consideración que al retirarse a una región tan apartada el que solicita la propiedad de estos terrenos hace un servicio al Estado, llevando 40 leguas al sur del fuerte de San Rafael la frontera sur de la provincia de Mendoza, y contribuye por la población de los campos de Malargüe a aumentar el valor de los campos baldíos del Diamante y del Atuel.
Se cree con derecho de pedir se le conceda el título de propiedad en el acto de presentarse los cuadernos y plano de mensura dándole además para efectuar el pago, los plazos siguientes:
El total importe que tuviese que pagar por los terrenos, una vez determinada su área por la mensura, se dividirá en siete partes iguales que serán exigibles en siete plazos. El primer plazo será exigible al principiar el cuarto año después que se haya entregado al solicitante el título de propiedad y puesto en posesión del terreno; el segundo plazo, al principiar el quinto año, el tercer plazo al principiar el sexto año, y así de los demás de manera que la totalidad del área mensurada quede pagada al principiar el décimo año.
Al efectuar cada pago se marcará en el plano de mensura y se levantará acta del área de terreno adquirido por el pago efectuado, para el caso que si por causas imprevistas, no pudiese el comprador verificar el pago de uno de los plazos estipulados, los terrenos por los cuales hubiese pagado queden de su legítima propiedad y vuelvan a poder del Estado los terrenos por los cuales hubiese dejado de pagar, todo lo cual quedaría atestiguado en el acta que en este caso se levantaría al efecto.
El que suscribe para mejor inteligencia de la presente solicitud, adjunta un plano (N° 1) que indica aproximativamente la posición geográfica de los terrenos que denuncia, y otro (N° 2) que indica aproximativamente la superficie de los terrenos de regadío y de cordillera que denuncia. Para la delineación de ambos planos el que suscribe sólo ha podido valerse de sus recuerdos personales después de una ausencia de veintitrés años y las inexactitudes o errores que puedan resultar al comparar estos planos con los que se formen después de una mensura definitiva, no podrán en ningún caso servir como motivo para invalidar las resoluciones que puedan recaer sobre la presente solicitud.
Es Gracia
Exmo Sr.
Santiago Arcos
36 Avenue Friedland- París. Francia
M.H.S. N° 1.331 Carpeta N° 10

Londres, 15 de julio de 1871
Mi querido Sarmiento
Mucho le agradezco su carta del 29 de mayo que ayer llegó a mis manos, así como el interés que me demuestra Ud. al hablarme como lo hace. Pero Sr. Exmo. no estamos conformes.
Yo no me quedo atónito al mirarle en su sillón de presidente. Está Ud. Haciendo lo que me ha dicho siempre que haría, y no puede Ud. quejarse, pues pocos hombres han podido realizar más y mejor sus propósitos.
Quería Ud. la república para su tierra. Quería Ud. acabar con el poder bárbaro e infecundo de los caudillos. Ud. los ha visto caer uno tras otro. Rosas en Caseros. Urquiza en Pavón. López allá en las selvas tropicales y el último entrerriano de la escuela de Artigas, qué sé yo dónde. Y ahora tiene Ud. La república en su tierra, esa fecunda república que puede perseguirme con sus ferrocarriles hasta Malargüe.
Quería Ud. servir la república, y en el año de gracia de 1871 es Ud. presidente, esto es el primer servidor, no se queje Ud. Vino la guerra de Entre Ríos y con Ud. o al menos bajo su administración triunfó la buena causa. Buenos Aires ha sufrido la fiebre amarilla que bajo un Rosas lo hubiera reducido al estado actual de Bahía Blanca pero con la república Buenos Aires aguanta y veo en los diarios ingleses que piensan Uds. gastar millones para cerrar sus puertas a tan desastrosas visitas, todo esto me dice que hace Ud. muy bien su papel de presidente constitucional, papel algo tonto en verdad pero ése es el papel del presidente constitucional. El papel de caudillo es mucho más brillante y por eso, el caudillo llega a ser más popular que el presidente. Pero Ud. Es presidente para matar moralmente al caudillaje y el precedente que establece Ud. por su administración es la realización práctica de los sueños de la república que Ud. me enseñó a considerar con respeto, lo que a pesar de vivir en Europa no he olvidado.
El domingo pasado pasé dos horas con el ex emperador Napoleón III ?al hombre de orden hubiese podido llamar utopista? pero a Ud. el hombre de la república no podría decirle otro tanto y por tanto digo que el porvenir pertenece a la república y que los pelucones de todos países son unos soñadores y utopistas de lo imposible.
Permítame Exmo. Presidente llamar su atención sobre otro error que encuentro en su carta del 29 de mayo. Califica Ud. de Idilio poético mi proyecto de adquirir las tierras de Malargüe; no es así.
La compra de Malargüe era un buen negocio. Ofrecía por cada legua de terreno susceptible de regadío $ 500 plata y 50 pesos plata por legua de terreno de cordillera, y con este pago no defraudaba al Estado pues pagaba el precio por el cual particulares han vendido propiedades mucho más cerca de Mendoza. El Estado hacía de todos modos un buen negocio vendiéndome esas tierras y yo al comprar Malargüe hacía mejor negocio que comprando tierras en Entre Ríos, en el Chaco o en Misiones.
En esos lugares, la cría del ganado depende de las lluvias del cielo; un año de seca destruye el fruto de 7 años favorables; en Malargüe, no. Allí pueden formarse potreros de alfalfa ?que aseguran en todo tiempo la mantención del ganado? y los potreros de alfalfa tal cual pueden formarse en Malargüe no pueden hacerse lejos de los Andes, porque allá en las tierras de Cuyo la pisada del animal no destruye la alfalfa, como sucede en el Chaco, Misiones o Entre Ríos. En el Melocotón, 12 leguas al sur de Mendoza, he visto potreros de 80 años en donde un riego bastaba, cuando vacas, caballos y ovejas habían talado el potrero hasta la raíz, para que volviese la alfalfa tan lozana y tupida como en un potrero recién sembrado. En Chile los potreros duran hasta diez años en buen estado, porque allí los terrenos son inferiores a los de Cuyo. En Entre Ríos o el Chaco un potrero de alfalfa, en que se echarían a engordar 6 animales por cuadra, no duraría un año. En Malargüe aunque se le echen diez animales por cuadra los potreros durarían un siglo. En ese lugar tan apartado yo hubiese encontrado fácil y seguro mercado para todo lo que hubiese podido criar, pues los chilenos hubiesen venido a comprar a Malargüe como van a comprar a Mendoza o a San Juan y en Malargüe hubiese podido vender a mejores precios que los que crían en el arroyo de los huesos o en el Mocoretá.
Ayudando el escaso pastoreo que el animal encuentra en los cerros, con el potrero, la crianza de ganado deja de ser un negocio eventual para convertirse en negocio cuyos resultados pueden calcularse de antemano; además con sólo salir y entrar, aunque sólo sea dos días en el mes, en los potreros los animales se amansan, se ven más y se asegura la parición de vacas, yeguas y ovejas.
En cuanto a los peligros de robos por lo indios ranqueles, ríase Ud. de ello Exmo. Sr., que si los indios roban es porque los señores hacendados se dejan robar. Los señores hacendados gustan tener rodeos de 6.000 cabezas, pero no les gusta pagar a más de cuatro peones para guardar 6.000 animales.
Dicen que es locura gastar dinero en corrales, en zanjear, en tener siquiera un escopetero por cada 300 cabezas porque son tan ineptos como mezquinos y miserables, y porque para guardar sus vacas allí está el Gobierno ?pero ellos no hacen nada para guardarlos?. Mucho gritan contra los pobres gauchos, pero mayor razón tendrían los gauchos de gritar contra los hacendados. Se queja un propietario de 10.000 cabezas que el gaucho sea tan indio como un muluche, pero se le hace cuesta arriba gastar 80 duros para construir la casa que civilizaría al gaucho.
Yo no hubiese seguido ese sistema en Malargüe, hubiese gastado más y ganado más, con que Sr. Presidente un idilio suele parar en desastre, pero un buen negocio suele parar en Idilio, ganando y dejando ganar es como se hace Argeles. Pero no hablemos más de ello, tienen ustedes ocasión de utilizar las tierras de Malargüe para facilitar la construcción de un camino de fierro. Locura sería vender a un particular esos terrenos exponiéndose por una venta a entorpecer la operación que mayores frutos puede dar a esa parte del país y por tanto no insisto en querer adquirir Malargüe.
Si hubiese recibido su contestación una semana antes no hubiese escrito al Dr. Vélez, a quien dirá Ud. de mi parte que considere como no llegada la carta mía que le remitió Balcarce por el último correo. Siento mucho que se evapore mi Idilio tan estudiado pero comprendo que la posibilidad de un camino de fierro, vale más que la seguridad de un establecimiento por bueno que fuese en el sur de Mendoza.
Dispense Ud. tanta charla, pero ésa su palabra Idilio me ofendió como acusación de senilidad pueril y he tratado de defenderme.
Me quedan otros puntos de su carta por contestar y voy a hacerlo. Mientras guerreaban en Francia aproveché para llevar mi hijo a Italia. La visité toda y bien, en Roma permanecí tres meses pero tuve la debilidad de ir a ver a Pio Nono, que me echó la bendición el día antes de salir para Egipto y Tierra Santa. Y como el Papa es jettatore, entre Roma y Nápoles me quebré una pierna y tuve que renunciar a mi viaje a Oriente. Ya estoy casi bueno y puedo andar sin muletas. Respecto a prusianos y franceses, pensamos del mismo modo. Hace 30 años que los alemanes se educan para saber pensar y hace 50 que los franceses están acostumbrados a que otros piensen por ellos.
Principiada la contienda el resultado no me ha sorprendido y si admiro mucho a los alemanes y a sus jefes militares no admiro tanto como la generalidad de la gente al conde de Bismark.
El Canciller del Imperio no ha sabido pararse a tiempo. Si hubiese tratado en Ferrierres la Alemania sería más fuerte sin la Alsacia ni la Lorena. Pero el conde prusiano ha humillado, empobrecido y envilecido a tal punto la Francia, que temo tengamos una guerra nueva en que los prusianos vencerán sin gloria y alarmarán a todo el mundo, pero eso no será lo peor para la Prusia, sino que los alemanes principiarán a creer que vivían más felices cuando vencían menos y el imperio alemán se deshará solito, en lo que nadie perderá nada. En cuanto a la Francia, como se lo escribí a Ud. desde Burdeos, la petit presse ha convertido, la fausse grande nation, en una verdadera petit nation y quiera Dios que jamás los franceses vuelvan a tener el influjo que tuvieron en los primeros años del Imperio.
No se quién pudo decir a Ud. que yo simpatizaba con los Insurgés de París.
Sea quien fuere tenía razón.
La idea comunalista es la descentralización. Es generalizar la vida moral que sólo existe en París en donde el gobierno de Napoleón o Thiers la centralizan para dominarla. La idea comunalista hace imposibles las revoluciones principiadas y concluidas en tres días. Los golpes de Estado, que sólo tienen éxito cuando una sola ciudad piensa. Desgraciadamente los comunalistas franceses no supieron usar las armas que tenían entre manos. Los muy pocos que sabían lo que querían se dejaron dominar por una chusma estúpida que se empeñó en imitar 93. La más estúpida de las revoluciones. En los últimos días decapitaron con sus matanzas mezquinas y sus inútiles incendios, la única forma administrativa que hubiese podido salvar la Francia, o más bien volver la vida al Lázaro que Napoleón dejó muerto y nadie podrá salvar, pero ya van 4 carillas y estará Ud. más cansado de leerme que yo de escribirle. Creo poder decirle a Ud. hasta luego, pues a veces tengo ganas de ir a darle un vistazo a esa tierra, pero se me hace cuesta arriba ir allá sin objeto puesto que ya no puedo comprar las tierras de Malargüe.
Su amigo
Santiago Arcos
Cuando quiera Ud. escribirme para que las cartas lleguen pronto y
seguramente, ponga Ud. ?care of Mr. Baring Brothers, London?.
M.H.S. N° 1.332 Carpeta 10

Burdeos, 3 de noviembre
Mi querido Sarmiento
Hace hoy ocho días puse su nombre en una lista que me pidieron para mandar las esquelas de luto. No debe Ud. haber recibido nada pues recién hoy me dicen que debo hacer una nueva lista para las esquelas que deben mandarse fuera de Francia. He dicho que no las manden y me siento a escribirle. Ud. No puede imaginar lo que he perdido. La pobre Nina era mi querida, mi mujer, mi hija. La pobrecita tenía recién veinticuatro años cuando murió, era la madre más cariñosa de mi hijo, era mi consuelo y mi orgullo, mi actividad, mi vida.
Con ella se ha ido todo eso, y ahora no sé lo que haré, sin ambición, sin deseos. Sigo aquí educando a mi hijo que es el único compañero que me queda.
Si Bossi a quien mando esta carta puede entregársela él le dirá que todos hemos perdido algo con la muerte de mi buen ángel. Yo, Santiaguito, Ud., él, todos los que la conocieron y todos a quienes ella hubiese conocido.
Adiós, mi buen amigo, es dura la vida cuando desaparecen las afecciones y los deberes que hay que cumplir. Adiós.
Si Ud. me escribe, dirija su carta a Burdeos 49 cours de Tourny
Su amigo
Santiago Arcos
M.H.S. N| 1.333 Carpeta 10

París, septiembre 10 de 1874
Mi bueno y muy querido amigo viejo
No puede Ud. imaginar con cuánto gusto miré esas pocas palabras escritas al pie del plano del parque central de Palermo.
Esas letras tan claras, tan honradas, que pintan tan bien a mi Sarmiento de siempre, me enternecieron recordándome tiempos que ya no volverán para mí: pues hoy, al contestar sus dos renglones, creo que le escribo mi despedida.
Estoy muy enfermo, tengo pocas probabilidades y pocas ganas de sanar.
Emprenderé mi viaje largo sin inquietud.
Mi hijo, educado ya, parece hombre de juicio y provecho. Queda en posición excepcionalmente buena, muy bien relacionado aquí. Tiene como pintor bastante mérito para que sus estudios artísticos le sirvan de ocupación y para que giren sus ambiciones en un buen círculo. Por otra parte queda con una fortuna considerable. Y sin zozobras por los que quiero, me marcharé sin pena, puesto que la salud nunca vuelve por completo a los que sufren de una afección cancerosa.
Gracias querido Sarmiento por su recuerdo. Nunca he recibido regalo que más me halague. Voy a dar su autógrafo a Santiago para que lo guarde como mi mejor condecoración.
Dios dé a Ud. salud firme para que pueda Ud. ver desarrollarse su obra. ¿Sabe Ud. lo que yo llamo su obra? Voy a contárselo. Hace un mes hablaba, con un antiguo gobernador de Mauricio, del Río de la Plata y preguntándome el buen inglés ¿qué había hecho el presidente Sarmiento? Le contesté ?ha hecho cien mil ciudadanos que a su vez harán quinientos mil?. Ya ve Ud. que yo también puedo firmarme su amigo inalterable.
Santiago Arcos
M.H.S. N° 1.333 bis Carpeta 10
Santiago Arcos

(Tribuna, 31 de octubre de 1874)
Dícese que por cartas se sabe que este desgraciado americano se ha suicidado en París. La que había dirigido al presidente, su amigo, y que se nos permite publicar, es del 10 de setiembre, de manera que ha debido ser la última quizá que escribió. En ella se despide de su viejo compañero de viajes y amigo, presintiendo, a causa del carácter de su enfermedad incurable, que está en camino de dejar este mundo.

¡Nada más triste ni más tierno que el contenido de esta carta! Una dedicación que el ex presidente le ponía al pie del plano del Parque de Palermo, había despertado, como de sobresalto, en su alma toda la afección que tuvo siempre por hombre que, con diverso carácter que el suyo, había conocido en la vida privada, en la comunidad de simpatías, privaciones y goces de los viajes; pues recorrieron juntos los Estados Unidos y los Estados de la costa del Pacífico, viviendo en la intimidad en Chile, no obstante militar en partidos opuestos, hasta reunirse en la República Argentina, en la que Arcos asistió a la batalla de Caseros.
Vendría mal recordar con motivo de haber puesto fin a sus días, la interminable historia de los incidentes chistosos que provocaba Arcos desde que despertaba por la mañana hasta que el sueño lo sorprendía riendo. Afectaba, como una manía de Rigoletto, una frivolidad y falta de sentimientos que contrastaban con sus hábitos estudiosos y el afecto entrañable llevado hasta el sacrificio, en favor de sus amigos y de sus hijos. Al que ha conservado y deja bien educado y rico, lo cargaba ya grandecito sobre sus hombros a horcadillas, por quince cuadras una vez, para ahorrarle la fatiga y con tan preciosa carga se entregaba a la irresistible propensión de su carácter de reír y ridiculizar todo lo que caía bajo el escalpelo de su fantasía cómica.
Una de las lecciones diarias, desempeñada por su parte con puntualidad, era contarle cuentos; y como el repertorio no era abundante, tenía que fraguarlos a vista y paciencia del neófito, que descubrió bien pronto la falsificación y a su turno llamaba a su padre y compañero a contarle cuentos inventados por el chicuelo. Entonces Arcos se sentaba en cuclillas a oír con la boca abierta las invenciones de aquella imaginación infantil, mostrando su terror, su alegría, sus simpatías o su odio contra el héroe del cuento inventado, ayudando al narrador, por debajo de cuerda, con alguna sugestión, cuando se enredaba en las cuartas y no sabía por dónde salir del atajo. Enrique IV no era padre más bonachón que el insensible Arcos.
Faltóle una patria para dar a su espíritu y a sus ideas pasto y campo de acción.
Nacido en Chile, educado en Inglaterra, joven en España, residente en París, viajero en América, en todas partes siguiendo el movimiento político, con principios ultras, que modificó un poco en su contacto con el señor Sarmiento, liberal conservador siempre y adverso a las doctrinas que salen del camino trillado e histórico, nunca encontró donde hacer pie y radicar su acción, lo que es indispensable para la vida pública.
Era hijo y hermano de banqueros y a causa de su carácter romancesco y de sus ideas políticas, vivió en continuo desacuerdo con ellos y tenido casi en tutela en cuanto a gastos, por no preocuparse mucho del interés del dinero.
Alguna vez, lamentándose de ser tenido por el hijo pródigo de la casa, recordaba que había hecho venir a Chile a su padre y hermanos y dándoles con eso ocasión de acrecer la fortuna común. Después, hallándose en California, hizo ir a su hermano don Domingo, que realizó por algún tiempo un quince por ciento mensual sobre el capital de una casa de banco; y como de ordinario se le asignaba una pensión para entregarse a sus instintos de movilidad de acción, protestaba que él, como los demás miembros de la familia, había contribuido a la prosperidad de los negocios.
Estos y otros contratiempos de su vida los recordaba sin amargura, haciendo objeto de broma la injusticia de que se creía víctima. Echándole en cara su padre, el viejo más positivo y esterlino que haya, su conducta revolucionaria en Chile (el banquero proveía fusiles): ?¡Qué quiere usted, padre; tengo cojo el juicio!; y esto dicho con una cara de compunción que hacía volverse al otro lado al del sermón, por no soltar la risa ante penitente tan arrepentido.
Habría sido un escritor de viajes si hubiera llevado apuntes de sus correrías.
Fue el primero en penetrar en el Paraguay, luego de la muerte del doctor Francia, encontrando a aquel pueblo secuestrado por espacio de medio siglo del contacto con el mundo. ¡Qué escena para un Livingston! Puede reducirse a una broma graciosísima, acaso inventada por él, la impresión que debía causarle un hombre que había estado en todas partes. ?Con que, mi don Santiago ?le decía un sabio de entonces, con asombro?, ¡ha estado usted en un Londres! ?Sí, señor; y en un París. ?Sí, señor; y en un Madrid y en un Buenos Aires. ?Sí, señor. Todo río abajo. ¡Eh!...?
?Como no conocían entonces ?añadía Arcos como comentario? más que el Río de la Plata, creían que Londres, París, Madrid, estaban a orillas del río, más abajo de Buenos Aires.?
Fue de los primeros en acudir a California, cuando el descubrimiento del oro atrajo la atención sobre aquellas comarcas. Acertó a encontrarse a bordo de un buque con un argentino, fanático admirador del señor Sarmiento, su amigo, y para dar curso a su espíritu travieso poníale todas las tachas imaginables al héroe, para hacer desesperar al entusiasta. Cuando ya no podían verse por el odio que tanta contradicción inspiraba y estaba agotado el asunto, lo llamó un día a que leyese ciertas cartas de la República Argentina, en que se hablaba de Sarmiento, y el otro, leyéndolas con desconfianza, temiendo un nuevo ataque, encontró que eran de puño y letra del que motivaba la discordia, dirigidas a su detractor Arcos y respirando los sentimientos de la más cordial amistad.
Lo que hay de singular en esta historia es que Arcos ha muerto pronunciando el nombre de su amigo, y aquel admirador entusiasta cambió más tarde de objeto de su culto y durante su presidencia halo contado entre sus más calurosos adversarios!
¡Pobre humanidad!
Emprendió Arcos su viaje al sur de Mendoza hasta el Río Grande, que es el Colorado en su embocadura, de que no ha dejado sino relaciones orales. Era ingeniero, dibujaba con soltura y gustaba de levantar cartas geográficas.
Últimamente, hace tres años, emprendió con su hijito, en vía de recreación, un viaje por los Pirineos, a caballo ambos, como su viaje en América, gozando así de la ventaja de recorrer montañas escarpadas, visitar aldeas y caseríos recónditos y enseñar a su hijo a viajar sin el auxilio de diligencias y hoteles, que quitan a la excursión todo color local y a las fatigas el incentivo de la novedad.
Encontró en esta excursión gentes en extremo pobres y trabajadoras, ignorantes de todo lo que pasaba en las tierras bajas y como Don Quijote a los cabreros alrededor de la lumbre de pino resinoso, describíales las llanuras de la República Argentina, los ganados que en ellas pacían por millares y la facilidad con que los emigrantes adquirían tierra y hacían rápidas fortunas. Era de opinión que debía el gobierno argentino abrir un camino a la emigración de estas familias trabajadoras, morales y sencillas, que luchan toda su vida con una naturaleza ingrata y un suelo rebelde para arrancarle una miserable subsistencia.
Los incidentes que siguieron a Cepeda estorbaron la realización de un viaje que tenía concertado con Sarmiento a las antiguas misiones jesuíticas colindantes con el Brasil, porque siempre sus viajes eran a los puntos poco franqueados, a los desiertos, entusiasmándolo las escenas solitarias de la naturaleza salvaje, las peripecias y peligros obviados en estas aventuras, y ya se concibe que el compañero de viaje se aprestaba a oír turbada la quietud de las selvas, con el buen reír del protagonista o algún chasco que le preparaba, para hacer menos tediosa la jornada.
Tenía una predilección especial por la República Argentina, adonde trajo su familia con ánimo de establecerse y siguiendo las aguas de sus amigos Sarmiento y Mitre. No le fue agradecida la tierra, y en su campaña al lado del general vencido en Cepeda tuvo ocasión de experimentar contrariedades y repulsiones injustas y que provocaba su misma consagración al servicio del país, y que dejaron tristes recuerdos en su ánimo. Hubo de ser víctima de un complot abominable, urdido por la envidia y la malquerencia.
Escribió en París y publicó a sus expensas, en grueso volumen, una historia de la República Argentina, de que han circulado pocos ejemplares aquí, y existirá acaso en poder del librero.
Nuestra vida política y nuestros partidillos personales hacen que la prensa se ocupe poco de lo que no conduce directamente a hacer gobernador a Fulano y presidente al mismo que fue presidente o vice y el público ignora cuanto en libros, en viajes y en descripciones interesa al país y contribuiría a su mejora.
Dícese que sinsabores domésticos y sociales han contribuido, tanto como su incurable enfermedad, a hacer desesperar de la vida, al hombre que había nacido con todas las dotes que pueden hacerla amena y agradable, sin escasearle los favores de la fortuna, los gustos literarios y artísticos y las conexiones más estrechas con toda clase de personas honorables y en alta posición, pues era conocido del emperador Napoleón III, sus viajes y su admirable familiaridad con el inglés y el francés, que hacía dudar a los nacionales a cuál de aquellas naciones pertenecía, lo ponían en frecuente contacto con viajeros, hombres de Estado y diplomáticos. Sabíase todas las historietas y bon mots que hacen reír a franceses, ingleses y españoles; había él atesorado en sus viajes por América una rica colección de ridiculeces y añadido otras de su propia invención y experiencia. Poseía la música como arte, a punto de acompañar a primera vista, durante quince días, a la prima donna Fortunata Tedesco a recorrer su inmenso repertorio, buscando las arias más agradables o simpáticas al oído, y su afección por sus dos primeras esposas, muy dignas por cierto de ellas y el amor entrañable a su único hijo, habrían bastado para labrar la felicidad de cualquiera otro. ¡Cómo se enredan al fin los hilos de seda y oro de la trama de la vida, de manera que no haya otro remedio que cortarla y dejar su puesto en el mundo, y no tener otro epitafio que el recuerdo de un amigo antiguo, que penetró hasta el fondo de aquella alma impresionable, inquieta, ligera, burlesca y que puede dar testimonio sin embargo de que era la bondad personificada con la hidalguía y la generosidad del caballero, a más de los sentimientos del padre, de que su última carta da tan tierna e interesante muestra!
Dice así la carta:
París, setiembre 10 de 1874
Mi bueno y muy querido amigo viejo:
?No puede Ud. imaginar con cuánto gusto miré esas pocas palabras, escritas al pie del plano del Parque Central de Palermo.
?Esas letras tan claras, tan honradas que pintan tan bien a mi Sarmiento de siempre, me enternecieron, recordándome tiempos que ya no volverán para mí; pues hoy, al contestar sus dos renglones, creo que le escribo mi despedida.
?Estoy muy enfermo, tengo pocas probabilidades y pocas ganas de sanar.
Emprenderé mi viaje largo sin inquietud.
?Mi hijo educado ya ?parece hombre de juicio y de provecho? queda en posición excepcionalmente buena, muy bien relacionado aquí ?tiene como pintor bastante mérito, para que sus estudios artísticos le sirvan de ocupación? y para que giren sus ambiciones en un buen círculo y sin zozobras, por lo que quiero me marcharé sin pena, puesto que la salud nunca vuelve por completo a los que sufren de una afección cancerosa.
?Gracias, querido Sarmiento, por su recuerdo: nunca he recibido regalo que más me halague. Voy a dar su autógrafo a Santiago, para que lo guarde como mi mejor condecoración.
?Dios le dé a Ud. salud firme para que pueda ver desarrollarse su obra ? ¿Sabe Ud. lo que yo llamo su obra? Voy a contárselo. Hace un mes que hablaba con un antiguo gobernador de Mauricio, sobre el Río de la Plata, y preguntándome el buen inglés ¿qué había hecho el presidente Sarmiento? Le contesté: ?Ha hecho cien mil ciudadanos (las escuelas), que a su vez harán quinientos mil. Ya ve que yo también puedo firmarme su antiguo inalterable amigo.
Santiago Arcos?
Si era el canto del cisne, es a fe el más grato que se haya escapado de pecho humano al acercarse al borde de la tumba. Ni una queja, si hubo otras con causas que lo precipitasen a más de la enfermedad. El trance que presiente es otro viaje más largo que el de California o el del Paraguay, o el de regreso a la América con su viejo amigo, a quien estrecha la mano y agradece como Eloísa a Abelardo un renglón que por accidente viene a despertar afecciones y recuerdos gratos, que sirven de bálsamo a sus dolores físicos y acaso morales, y le dan ocasión de legar a su hijo esta amistad, y al amigo darle cuenta de que deja sus cosas en orden, puesto que su hijo queda establecido, con profesión, relaciones y fortuna. Acaso aquella esperanza de que con su arte giren las ambiciones de su hijo en un buen círculo, es un cargo que se hace a sí mismo de que las suyas no supieron concretarse, por el cosmopolitismo de su existencia.
De todos modos, fue feliz accidente el de aquellos renglones que tocaron la fibra de un pecho que va a dejar de latir luego, y le arrancaron armonías de un alma y un corazón sanos, ardiente el último para los afectos, recta la otra y tranquila para ver la tumba y poder echar atrás una mirada, que no ha visto sino un hijo feliz y un viejo amigo.
Acaso el joven pintor envíe al objeto de este recuerdo su retrato y entonces la imagen de Arcos, con su ceño casi airado, precisamente porque está a punto de reventar de risa, venga a consolar en la vejez a su amigo, a darle la misma tranquilidad de ánimo para emprender el viaje largo; y si no deja bien establecido hijo tan bien educado como el suyo es porque pagó un tributo carísimo a una patria que faltó a Arcos, si bien le quedan los cien mil que éste cuenta, y le serán tenidos en cuenta, por los errores y flaquezas de la vida.
Obras Completas de D. F. Sarmiento, Tomo XLV, págs. 324/331, Necrologías, Imprenta y Litografía ?Mariano Moreno?, Corrientes 829, Buenos Aires, 1900.

París, 24 de octubre de 1864
Mi apreciado general
Un señor habanero, don José L. Alfonso, hoy marqués de Montelo, me ha entregado un tomo de poesías que desea llegue a sus manos. El correo es el más puntual de los amigos, y es a quien lo confío para cumplir con los deseos del poeta.
Por aquí nos llegan muchas y muy intrincadas noticias del Plata dicen que los brasileros quieren ayudar a Flores. Dicen que Lopecito, el del Paraguay, desenvaina la tajante espada. Dicen que usted se está quieto. Dicen que hay alianza entre blancos de Montevideo, el pobre don Justo, Lopecitos y los federales. Dicen que brasileros y unitarios tendrán que unirse para poder resistir a tanto empuje. Dicen, etc., etc.
Yo no sé lo que saldrá de todo ello, pero como se lo escribí a usted en otra ocasión, Mitre, gobernador de Bs. As., era la unión de las catorce provincias y Mitre, presidente de la República Argentina, debe ser la reincorporación del Paraguay. Yo no sé cómo lo hará usted, pero sé que usted debe hacerlo.
Ya que este señor Alfonso me ha puesto en la obligación de escribirle le daré noticias mías.
Vivo en París como el ratón en el queso; para ocuparme de algo, he escrito en francés, una cosa muy larga que he bautizado La Plata, Étude historique en que hablo de todo: de los Incas y de don Nuño Cabeza de Vaca, de los jesuitas, de los virreyes, de Saavedra y Pueyrredón y Moreno (y ya verá usted con qué descaro he robado en Belgrano) y de Artigas, Rosas, Quiroga, de Urquiza, de usted, de Francia de los López, etc. Mucho me temo que este Étude historique sea inferior a los chorizos y jamón que mandé a usted cuando me elevó a miembro del Instituto Histórico de Bs. As., pero ¿qué se puede hacer en París? Si hubiese permanecido en Junín, Payán y yo habríamos hecho queso, manteca, engordado chanchos, lo que es mejor que emporcar papel, pero he tenido mala suerte y nada bueno he podido hacer. Usted, mi querido amigo, incorpore al Paraguay, y nadie podrá decir otro tanto de usted.
Para año nuevo le mandaré un ejemplar de mi libro.
Su amigo
Santiago Arcos
Por si tiene algo que ordenar, rue du Chateau-des-fleurs, número 1. París.

Correspondencia Literaria, Histórica y Política del general Bartolomé Mitre.
Tomo II. Imprenta de Coni Hermanos. Buenos Aires, 1912, págs. 75 y 76.

Buenos Aires, mayo 20 de 1865
Señor D. Santiago Arcos
Mi querido amigo
Debo contestación a sus dos estimables del 24 de octubre del año pasado y 22 del presente, a la que venía adjunta una interesante memoria sobre indios y fronteras.
He estado esperando para contestarle que sus profecías tuviesen un comienzo de ejecución, y como esto ha sucedido, rompo mi silencio para decirle que ya no estoy quieto, que he vuelto a los galopes, las proclamas y la guerra, y que pronto espero escribirle una carta detallada desde la Asunción o si a usted le gusta más, desde las ruinas de Humaitá.
Los diarios le instruirán a usted de todo lo sucedido y de todo lo que vaya sucediendo. Por lo pronto, le digo todo con anunciarle que estoy en guerra con el Paraguay, que no dejaré las armas de la mano hasta derribar la dinastía López, que soy el generalísimo de mar y tierra de la triple alianza, realizada ya, y que habiendo levantado en peso a la República, incluso a nuestro amigo don Justo, dentro de quince días estaré sobre la frontera del Paraguay con un ejército de 25.000 argentinos, a que se reunirán 30.000 brasileros, que no sé si tendré paciencia de esperar a 5.000 orientales mandados por Flores, que no dudo lleguen a tiempo. Además el Brasil pone 25 buques de guerra y yo media docena.
Lo demás vendrá con el tiempo, pues garantimos la independencia del Paraguay por cinco años, siendo ésta una de las condiciones de la alianza, que parece haber tomado el olor de sus pronósticos.
Después de esto, sólo me falta que usted sea mi ingeniero en la campaña, para sacarme el plano de Humaitá, antes que desaparezca del haz de la tierra este Sebastopol de la China americana.
Según se cree generalmente, el Paraguay pondrá de 40 a 50.000 hombres, que en un país tiranizado es lo que corresponde (armando a todo el mundo y trabajando las mujeres en los campos) a una población de 500 a 600.000
almas, que es todo lo que puede tener el Paraguay, según lo demuestra claramente Moussy en su obra.
He leído con interés su libro y Delfina lo ha leído todo, de punta a cabo, incluso los capítulos del Paraguay, aunque resentida de que no se haya usted acordado de enviarle un ejemplar para ella.
Me trata usted en ese libro con la benevolencia y la discreción del amigo, haciéndome grande honor en parecer exagerado y haciendo resaltar con toques hábiles mi figura política y militar, por lo que le quedo profundamente agradecido.
Lo que he extrañado en su libro es que sea más original y más animado cuando habla de lo que no ha visto; y que no apele a sus recuerdos y a sus impresiones personales cuando narra los sucesos de que ha sido actor. Así veo que en la campaña de Cepeda, por ejemplo, en vez de decir lo que sabía, ha extractado gran parte de la relación del ?Anuario de Ambos Mundos? cuando tenía usted en su memoria materiales más ricos, más exactos y más llenos de novedad y verdad.
Este libro suyo no tendrá el privilegio del de la ?Contribución y la recaudación?, que le publiqué en Chile, que no tuvo más lector que yo, que corregí las pruebas. Ha sido leído por muchos y con placer, y en prueba de ello, yo le digo que hasta mi mujer lo ha leído.
Lo felicito por su enlace, que espero lo colmará de la felicidad que usted merece. Póngame usted a los pies de su señora, rogándole me cuente en el número de sus admiradores y de sus amigos, aunque sin tener el honor de conocerla, sino por la elección que usted ha hecho de ella, lo que me da una idea de su mérito y de sus calidades.
Retribuyo su atención, dando a usted parte que mi hija Delfina realizó su enlace con nuestro amigo don Agustín Drago, con quien espero sea muy feliz.
Bartolomé Mitre
Archivo del Gral. Mitre. Correspondencia literaria. Años 1859-1881. Tomo XXI.
Buenos Aires, Biblioteca de La Nación. 1912, págs. 154 a 156.

Índice
1861, enero 10. Chivilcoy. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1862, febrero 12. París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1862, agosto 22. París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1863, abril 23. París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1863, agosto 7. Biarritz. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1864, enero 8. París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1864, enero 23. París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1864, junio 15. París. De Santiago Arcos a Domingo F Sarmiento
1864, agosto 17. Badén Badén. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1864, octubre 18. París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1865, enero 18. París. De la madre de Santiago Arcos, participando el enlace
de su hijo
1865, junio 16. París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1865, septiembre 24. Burdeos. De Santiago Arcos a Bartolomé Mitre
1865, octubre 20. Burdeos. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1866, febrero 1
o
. Burdeos. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1866, agosto 20. Burdeos. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1867, junio 30. Burdeos. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1868, junio 31 (sic). París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1868, diciembre 8. Madrid. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1869, septiembre 25. Buenos Aires. De Domingo F. Sarmiento a Santiago
Arcos
1870, julio 16. París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1870, octubre 6. Chateau de la Grave. De Santiago Arcos a Domingo F.
Sarmiento
1870, octubre 6. Chateau de la Grave. De Santiago Arcos a Domingo F.
Sarmiento
1871, julio 15. Londres. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
Noviembre 3. Burdeos. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1874, septiembre 10. París. De Santiago Arcos a Domingo F. Sarmiento
1874, octubre 31. Necrológica hecha por Domingo F. Sarmiento
1864, octubre 24. París. De Santiago Arcos a Bartolomé Mitre
1865, mayo 20. Buenos Aires. De Bartolomé Mitre a Santiago Arcos
http://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_Arcos
http://enciclopedia.us.es/index.php/Santiago_Arcos
 
ARCOS Y ARLEGUI, Santiago Mariano del Carmen (I77)
 
15 Decidido a sumarse a las luchas por la independencia americana, llega a Buenos Aires, Argentina a fines de 1814. A principios del año siguiente fue convocado a Mendoza por José de San Martín, quien se encontraba planificando el cruce de los Andes para liberar a Chile del dominio español. Fue su ayudante de campo con el grado de Sargento Mayor y colaboró en el relevamiento geográfico previo al cruce de la cordillera.

https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Arcos 
ARCOS Y ARJONA, Antonio Santiago (I86)
 
16 Eberhard III de Nordgau
Eberhard III (? después de 898); 886, conde del Aargau superior, 888, conde del Ortenau; 898, conde de Nordgau. Era miembro de la línea de los Eberhardiner, una rama de la familia noble de los Eticónidas.
Índice [ocultar]
1 Origen
2 Biografía
2.1 Eberhard III y Arnulfo de Carintia
3 Su muerte
4 Descendencia
5 Notas y referencias
6 Bibliografía
Origen[editar]
La primera persona atestiguada de manera segura en la familia de los Eberhardiner se detecta en un conde de nombre Eberhard, varias veces documentado a finales del siglo VIII y principios del siglo IX, a partir del cual se puede trazar una línea genealógica completa hasta la extinción de este linaje en 1225.
Desde hace tiempo es conocido por los investigadores que ese conde Eberhard (III) tenía sangre eticónida, sin embargo, hasta la fecha no pudo verificarse una clasificación exacta u ordenamiento definitivo de parentesco de Eberhard III dentro del árbol genealógico familiar.
El uso de los nombres de Hugo y Eberhard sugiere que los condes de Nordgau descendían de la familia de los duques de Alsacia, pero la cuestión de trazar el vínculo individual de Eberhard III con ellos, no encontró ninguna respuesta clara a partir de fuentes únicas, y produjo por lo tanto suposiciones más o menos arbitrarias.
Algunos autores han propuesto que Eberhard III simplemente fue hijo de Hugo de Tours; este fue el pensamiento del abad Maurice Chaume1 y de Léon Levillain.2
Parece ser claro a causa de los asientos en el obituario Liber memorialis del monasterio de Remiremont que Hugo de Tours, quien asimismo remite a los Eticónidas, debe haber sido uno de los antepasados de Eberhard III. De este modo radicaría ciertamente un parentesco del conde Eberhard III con el rey carolingio Lotario II, ya que la madre de este último, Ermengardis, era una hija conocida de Hugo de Tours.3 4
Según el abad Philippe-André Grandidier y Johann Daniel Schöpflin,5 Eberhard tuvo como padre a Eberhard II, a quien ellos identifican con el princeps regni Ebarhart, muerto en 864.6 7 Por lo demás, no existe ninguna evidencia para el origen de este Eberhard "II". Según Grandidier, él sería el eslabón de conexión a Eberhard (Hebrohardum), mencionado en la Notitia de abadía de Honau como hijo de Albericus.8
En todo caso, finalmente parece que para el autor Franz Vollmer, Eberhard III fue tataranieto de alguno de los hijos del duque Eticho: Batticho, Hugo o Haicho.
Biografía[editar]
El surgimiento de la familia de los Eberhardiner ocurre, a la luz de las fuentes, en la segunda mitad del siglo IX, en un período de transición política. El Imperio de los francos ya se encontraba desde la muerte de Luis el Piadoso en un proceso de disolución.
Las luchas en torno a la división del antiguo Imperio de Carlomagno entre sus descendientes estaban en pleno desarrollo, cuando aparece Eberhard III, el primer representante de la familia de los Eberhardiner, así titulada por los investigadores en su nombre, un linaje originario de Alsacia,9 donde también eran acaudalados terratenientes. Eran descendientes de la antigua dinastía de los Eticónidas, políticamente activa en la época de los Merovingios.
Sin embargo, la fuente que relata por primera vez acerca de Eberhard III, la Vita S. Deicoli, no es contemporánea, ya que la fecha de su origen solo puede colocarse después de mediados del siglo X. Además, la intención fundamentalmente hagiográfica de la Vita cambia los acontecimientos históricos que sucedieron aproximadamente 80 a 90 años antes. No obstante, en las cuestiones de genealogía obtiene credibilidad, y se pueden sacar conclusiones de las acciones políticas de las personas mencionadas en la Vita.
Eberhard era consanguíneo de Lotario II 10 (el rey del regnum Lotharii),11 y probablemente también de su concubina Waldrada. Acontecimientos políticos altamente explosivos tienen lugar alrededor de Lotario II, en relación con sus intentos de repudiar a su legítima esposa Theutberga, debido a ese matrimonio sin hijos, y su deseo de obtener la legitimación eclesiástica del casamiento con su concubina Waldrada (y por lo tanto también a los hijos de esta unión). No se revela hasta qué punto Eberhard III estuvo envuelto en el tema que representaba la problemática matrimonial alrededor de Lotario II y Waldrada.
En general es dudoso que ya hubiera podido intervenir en el acontecimiento político en los años sesenta del siglo IX, cuando estos problemas eran de gran actualidad, puesto que no se ha podido encontrar ningún testimonio sobre el momento del nacimiento de Eberhard. Parece más probable, que se volviera políticamente activo recién después de la muerte de Lotario II en el año 869, teniendo en cuenta que la fecha de nacimiento admitida para Eberhard III se estima en un espacio de tiempo alrededor del año 850, e incluyendo además en consideración, la circunstancia de que el testimonio más antiguo documentado sobre Eberhard procede del año 886.
El parentesco con Waldrada favoreció, sin embargo que Eberhard fuera capaz de construir en la zona alrededor de la Puerta de Borgoña una poderosa posición política por la posesión del monasterio de Lüders. Waldrada recibió Lüders (probablemente para su manutención) de Lotario II, según relata la Vita S. Deicoli.12
Después de la muerte de Lotario en el año 869 Waldada, temerosa de las consecuencias políticas y personales, se retiró al monasterio de Remiremont13 y transfirió el Vogtei de Lüders consanguinitatis occasione a Eberhard, el cual finalmente después de la muerte Waldrada14 tomó en carácter de propiedad fundado en la pretensión de derecho hereditario.15
Eberhard retuvo Lüders firmemente en la mano a largo de su vida y presuntamente explotó en gran parte económicamente a la abadía.16 La posición en la Puerta de Borgoña significó para la historia temprana de los Eberhardiner una importante ubicación geopolítica dentro de sus muy dispersas posesiones.
Eberhard III y Arnulfo de Carintia[editar]
La primera aparición relevante de Eberhard III en la política imperial, de la que se cuente con fuentes documentales contemporáneas, ocurre en las dos últimas décadas del siglo IX, específicamente desde la segunda mitad de los años ochenta hasta finales de los años noventa de ese siglo.
La destitución de Carlos III como soberano del por última vez unido Imperio franco y el ingreso al gobierno de su sobrino, Arnulfo de Carintia (887-899), en el Imperio de Francia Oriental marcan inicialmente el esbozo de la situación política. Carlos III y Arnulfo de Carintia personifican efectivamente el lento cambio estructural, es decir, el hundimiento y la fragmentación del antiguo gran Imperio Franco y el comienzo de la manifestación final de reinos independientes individuales en el suelo del Imperio.
El ascenso político Eberhard III se inserta sólo después del cambio de gobierno en el año 887, de Carlos III a Arnulfo de Carintia. Él parece estar estrechamente vinculado a esta transformación estructural y con la transferencia de soberanía al hijo ilegítimo de Carlomán.
Sin embargo, las dispersas fuentes que fluyen de Eberhard III dejan poco espacio para conclusiones sobre su actividad política. La identificación en diversos documentos de finales del siglo IX en la zona entre el Aargau superior y el Nordgau alsaciano de un «conde Eberhard» con una y la misma persona parece, no obstante, ser un hecho.
Eberhard III no aparece estrechamente relacionado con el predecesor de Arnulfo, Carlos III. Eberhard no aparece acreditado en diplomas de Carlos, y no hay otras fuentes, que permitan demostrar conexiones entre el rey y Eberhard III. El autor Michael Borgolte propone que quizás esta circunstancia se deba a la rivalidad de ramas individuales de la familia de descendientes Eticónidas, es decir, entre la familia, a la que pertenecía Eberhard III, y la familia de los Ercangarios, de donde procedía la esposa de Carlos III, Richardis. En el escenario de semejante rivalidad existente podría ser bastante obvio, que la conexión de Carlos III con miembros de la familia llamada Ercangarios impidiese una proximidad política de los Eberhardiner a este gobernante carolingio.
Sin embargo, se nota un viraje después de la caída de Carlos III, en el año 887. El sucesor de Carlos III en el Imperio Franco Oriental, Arnulfo de Carintia, parece haber entrado en contacto más estrecho con el conde Eberhard III, ya que el conde es mencionado en varios diplomas de Arnulfo.
Así Eberhard es señalado como conde en el Aargau superior en dos documentos de Arnulfo, en el diploma del 22 de abril de 891, extendido en Regensburg17 y en el del 26 de agosto de 894, igualmente expedido en Regensburg.18
Eberhard es acreditado también como conde de Ortenau en un documento de Arnulfo redactado en Espira, el 26 de mayo 888.19 Las razones de este acercamiento entre el rey y el conde todavía son tema de debate.
Eberhard III desempeñaba su posición como conde en el Aargau superior en efecto antes de la toma de posesión del gobierno, porque incluso durante el reinado de Carlos III se encuentra la primera evidencia escrita de Eberhard III, que muestra al conde en una posición de liderazgo en el Aargau. En 886 es mencionado en el renglón de la fecha de un documento expedido en Madiswil, en el Aargau.20 Por otra parte, sin embargo, no se revela en esta prueba documental cómo le fue proporcionado a Eberhard este condado. La investigación reciente ha rechazado la teoría sostenida anteriormente de la existencia de los llamados «Gaugrafschaften» a principios de la Época medieval. Posiblemente el rey haya transferido a Eberhard III un puesto de conde en el Aargau superior.21
Con el cambio de mando de Carlos III a Arnulfo aparece estrechamente vinculada la posición de Eberhard como abad laico del convento de mujeres de St. Felix und Regula en Zürich. Al principio, este monasterio estaba bajo el control de Carlos III y su esposa Richardis.22 23 24 25 26 En esta época no se conoce acerca de un abad laico del monasterio St. Felix und Regula de nombre Eberhard. Pero en el primer documento publicado para St. Felix und Regula después de la caída del emperador y la retirada de Richgardis a Andlau, que lleva la fecha de 27 de junio de 889, Eberhard es llamativamente mencionado como abad laico del monasterio,27 lo que sugiere la conjetura de que Arnulfo debe haber causado la transferencia del Rectorado a Eberhard, y francamente enfatiza la tesis de una integración de Eberhard III en el sistema de gobierno de Arnulfo.28
Bajo Arnulfo de Carintia se llevó a cabo también una reorganización de la estructura política en Alsacia. Durante su gobierno emergen por primera vez los conceptos de Sandgau y Nordgau para la Alta29 y Baja Alsacia,30 por lo que Michael Borgolte pudo conjeturar justificadamente, que esta redistribución política de Alsacia era atribuible a una medida de Arnulfo de Carintia, cuyo móvil hay que buscar en la situación política general tras la toma de poder de Arnulfo en el Imperio Franco Oriental.
Así, en las demás partes del Imperio Franco después de 887, algunos Grandes fueron encumbrados en reyes independientes, a los cuales Arnulfo ahora veía enfrente, así en el Imperio Franco Occidental el robertino Eudes, en la Alta Borgoña el welfo Rodolfo, en Italia primero el margrave Berengario de Friuli, después Guido de Spoleto y en Aquitania Ranulfo.31
Arnulfo en gran medida les había hecho concesiones, él solamente reaccionó a las pretensiones de Rodolfo de la Alta Borgoña, que extendió su garra hacia Lotaringia y así entró en conflicto con la herencia de Arnulfo, que consideraba Lotaringia como herencia de su abuelo Luis el Germánico.
Rodolfo, que inmediatamente después de la muerte de Carlos III fue elevado a rey en Saint-Maurice-d'Agaune, apareció poco después de este evento en Lotaringia y fue ungido en Toul por el obispo Arnald.32 Si Rodolfo también penetró en Alsacia, y la ocupó, no puede determinarse con certeza.33
Sin embargo, Arnulfo se vio obligado a responder a la amenaza inmediata de Rodolfo a sus intereses y tomar las medidas apropiadas, para contrarrestar la efectiva avanzada de Rodolfo. Él apareció en persona en el Alto Rin para hacerse un cuadro de situación. Una primera medida de Arnulfo puede haber sido el reemplazo en la diócesis de Estrasburgo. Arnulfo sentó aquí como obispo a uno de sus confidentes, al natural de Baviera Baltram.34
Incluso en la primera mitad del año 888 aparece Arnulfo una vez más contra Rodolfo de Alta Borgoña, habiendo implementado la ya mencionada medida administrativa de partición de Alsacia en Nordgau y Sundgau. Confió el condado en el Nordgau a Eberhard, el conde en el Aargau superior y en el Ortenau,35 que además ejerce influencia en el Sundgau, como puede interpretarse por su cargo de abad laico de la abadía Münster im Gregoriental.36 La motivación de Arnulfo para confiar a Eberhard III la Oficina de conde en Nordgau, yace fundada probablemente también en su posición en la región de la Puerta de Borgoña y en el Aargau superior.
Si Arnulfo quería tener éxito debía promover a un rival vecino a Rodolfo. Uno de estos rivales de Rodolfo era justamente aquel Eberhard, que a través de sus posesiones en las mencionadas regiones era reconocido como uno de los vecinos más poderosos de Rodolfo. Arnulfo quería erigir a Eberhard en el contrapeso político que le sea coadyutorio contra Rodolfo de Alta Borgoña y mediante la transferencia de la administración condal en el Nordgau asociar a Eberhard más estrechamente a su propio concepto político.
Eberhard, a decir verdad no es apostrofado explícitamente en ninguna fuente como conde en Nordgau, pero hay algunos indicios que permiten una conclusión a esta circunstancia. Así, a causa de la presencia Eberhard en Estrasburgo con motivo de una donación de un tal Herimuodt, llevada a cabo el 14 de marzo de 898, se explica con facilidad que Eberhard era conde en Nordgau. Herimuodt donó al monasterio de Münster im Gregoriental, presidido por el abad Engelfried junto al conde Eberhard como abad laico, posesiones en las localidades Egisheim y Türkheim y obtuvo en compensación posesiones en Altdorf.37 La operación se llevó a cabo en Estrasburgo presente illustrissimo comite Eberhardo, quien además es mencionado como testigo. También en la progenie de Eberhard se demuestra la oficina de conde en Nordgau.
Probablemente también fue intención de Arnulfo que Eberhard III y el Obispo Baltram tuvieran que mantener estrechos contactos políticos entre sí. Esto y la cercanía al Rey que muestran en las donaciones el obispo y también Eberhard, quienes fueron documentados a través de los dos diplomas de Arnulfo mencionados anteriormente, del 26 de mayo de 888, en Espira38 y del 22 de abril de 891, en Regensburg.39 En ambos casos, la Iglesia de Estrasburgo es la beneficiaria de las transferencias de bienes.
En «D Arn. 24» Arnulfo con intervención de Eberhard transfiere al sacerdote Isanprecht hobas VIII en sendas localidades del Ortenau, Auenheim y Baldanheim ubicadas en el condado de Eberhard. Isanprecht está autorizado a transferirlos a un pariente de su elección, con la condición que, después de la muerte de ambos los bienes debían pasar a la catedral de Estrasburgo, ya que la renta de los hermanos (con ello se entiende a los canónigos de la catedral) debe entretener y alimentar a los pobres.40
En «D Arn. 88» Arnulfo dona a petición del obispo de Estrasburgo Baltram a la Catedral de Estrasburgo unam hubam en el pueblo de Bach, localizado en el condado de Eberhard en el Aargau superior.41
En ambos casos se involucran la catedral de Estrasburgo y (directa o indirectamente) el conde Eberhard, y se muestra un contacto político más estrecho entre el obispo y el conde. El cercanía al rey de Eberhard es clara en primer lugar al ser apostrofado como fideles comes noster en «D Arn. 24» y también por su intervención para apetecer al presbítero Isanprecht, un miembro de la capilla de la corte de Arnulfo de Carintia, con quien Eberhard mantuvo evidentemente contactos políticos.
El impulso a la intensificación de su dominio en Alsacia y las regiones vecinas e incluso una invasión de Alsacia en el año 888 le trajeron a Arnulfo el éxito deseado.42 Rodolfo, tras deliberaciones exhaustivas con los Grandes de Alemannia, se somente a Arnulfo en Regensburg y reconoce su soberanía.43 Sin embargo, la relación entre Arnulfo y Rodolfo seguía siendo tensa. Rodolfo debía seguir siendo puesto en jaque, y así continuaron los enfrentamientos de Arnulfo con Rodolfo de Alta Borgoña.
En el Sundgau las medidas de Arnulfo no avanzaron como había esperado. Aquí las proporciones se organizaron de manera diferente a las del Nordgau.
En el Sundgau el dominio de Arnulfo parece escabullirse de a trechos, allí también suponía un centro para la sublevación de Bernhard, el hijo de Carlos III.
El obispo de Basilea, Iring, al parecer se pone del lado de Rodolfo de la Alta Borgoña, cuando él, en el año 892 junto con su metropolitano, el arzobispo Dietrich de Besançon, que en esta época era canciller o archicanciller de Rodolfo, estuvo presente cuando Rodolfo I inició y llevó a cabo la elevación del diácono Boso a obispo de Lausana; en 894 Arnulfo envía a su hijo Zuentiboldo con un ejército contra Rodolfo. Sin embargo, el éxito deseado no se materializó.44 Arnulfo reforzó la presión sobre Iring, mientras fortaleció la posición del obispo de Constanza Salomón III.45 Después de un intento fallido en 894, en el año 895 Zuentiboldo fue reconocido como virrey en Lotaringia.46 El obispo Iring parece haber sido consciente de su mala posición política. Él tomó parte en mayo de 895 del Sínodo de Tribur y otra vez se asoció más estrechamente a Arnulfo. En el Sundgau podría por tanto, entrar nuevamente en juego en el futuro la autoridad de los francos orientales. Esto también se ilustra con los diplomas de Zuentiboldo expedidos en Alsacia. Él documenta el 4 de enero de 896, en Estrasburgo,47 y poco después, el 22 de enero, en Schweighausen.48
En el primer documento del 4 de enero, Zuentiboldo confirma a la abadía de Münster im Gregoriental sus posesiones en Sundgau, Breisgau, en Sornegau y además la posesión de una salina en Marsal.49 Por consiguiente, el gobierno de Zuentiboldo se extiende, como se desprende de la disposición de los bienes en Sundgau y Sornegau, sobre toda Alsacia.50
Rodolfo de Alta Borgoña pudo consolidar su dominio en Borgoña después de 896, ya que Arnulfo fue inhibido en su libertad de movimiento por una apoplejía durante el resto de su vida.51 52
Cómo fue la relación de Eberhard III con Zuentiboldo, que venía de un conflicto duradero con la nobleza de Lorena, escapa a nuestro conocimiento.
Un avance de Rodolfo sobre Alsacia finalmente fue impedido, debido a las no menos importantes medidas políticas de Arnulfo, al ocupar la diócesis de Estrasburgo con uno de sus fieles y al fortalecer la posición de poder Eberhard III.
Alsacia permaneció como un puesto fronterizo contra el dominio de Rodolfo. Sin embargo, el poder de Eberhard III había crecido considerablemente, de modo que Arnulfo debía contraponer algo a esta concentración de poder, para a la larga no ser peligrosa para el Reino. Es precisamente el mencionado documento de Herimuodt del 14 de marzo 898, en el que Eberhard es atestiguado como abad laico de Münster im Gregoriental, nos muestra que la esfera de influencia de Eberhard también se extiende al Sundgau, por lo tanto, en Alsacia no se limitó al Nordgau. Arnulfo seguramente observó con desconfianza esta tendencia a concentrar poder. Como un indicio de que Arnulfo quería contrarrestar este desarrollo, el autor Michael Borgolte valora que el conde de Sundgau, que primero se documentó en el año 896, llevaba el nombre de Bernhard.53 A causa de su nombre lo ubicó en la familia de los Ercangarios, rivales de la progenie de los Eticónidas. Se le cuestiona que solo con el nombre de Bernhard pueda cerrar su pertenencia a los Ercangarios. Sin embargo, parece seguro que Arnulfo en el Sundgau, que se encuentra geográficamente entre el Nordgau gobernado por Eberhard III y el Sornegau, tuvo que crear una contrapartida a los poderosos descendientes Eticónidas, en los Liutfriden (parientes de Eberhard de sangre eticónida) que eran políticamente influyentes en la administración local.
En resumen, se puede decir que el ascenso de Eberhard está estrechamente ligado al cambio de poder de Carlos III. En el curso de la confrontación de Arnulfo con Rodolfo de Alta Borgoña, el área de influencia de Eberhard se expandió enormemente (el radio de acción del conde era ahora muy vasto). Se extendía en el suroeste desde la región de la Puerta de Borgoña con centro en Lüders hasta la zona actual de Suiza, allí desde posesiones en la región del Aare superior en el oeste hasta Zürich en el este, donde con el control sobre St. Felix und Regula pudo alcanzar la ocupación de un antiguo punto de apoyo carolingio-imperial. Más al norte, su influencia se estiró sobre posesiones dispersas en el Sundgau, especialmente sobre el Nordgau y el Ortenau en la orilla derecha del Rin. También dan testimonio los epítetos que le fueron otorgados a Eberhard en las distintas fuentes, (fue señalado como bellipotens54 o se habló de él como illustrissimo comite.)55 de la enorme cantidad de poder, que este descendiente eticónida pudo concentrar en sí mismo, y de la supremacía política en la región sudoeste del Imperio, que había recibido bajo el carolingio Arnulfo de Carintia.
Su muerte[editar]
La representación de la muerte de Eberhard III en la Vita S. Deicoli se encuentra en gran medida inspirada en la muerte del Herodes bíblico, y se fundamenta como castigo por la tiranía que Eberhard habría ejercido sobre los monjes de la abadía de Lüders.56 Sobre el momento de la muerte de Eberhard III no se tiene un conocimiento preciso, pero se estima fallecido hacia el final del siglo IX o al principio del siglo X, puesto que, desde 903, su hijo Hugo aparece mencionado como conde en los documentos.
En el capítulo 12 de la Vita S. Deicoli, la ocupación de Lüders por el conde Eberhard es ubicada temporalmente después de la devastación de la región alrededor de Lüders por los húngaros.57 Esta afirmación implicaría una fecha de muerte para Eberhard III posterior a este hecho. Ahora bien, la información de la Vita debe ser sometida a un examen crítico, puesto que la aserción formulada en el capítulo 12 entra en colisión con la información proporcionada en el capítulo 13,58 acerca de que Eberhard se había apropiado del monasterio de Lüders sobre la base del derecho hereditario después de la muerte de Waldrada. Las fuentes no revelan el año de la muerte de Waldrada. Se estima que el momento de la muerte de Waldrada debería muy probablemente caer hacia el final de los años setenta u ochenta del siglo IX.59 Ahora bien, la primera incursión húngara en la Puerta de Borgoña está fechada empero en el año 917. Los autores Louis Besson.60 y Rudolf Lüttich61 creen que la destrucción de Lüders ocurrió por la invasión húngara de 926. Sin embargo, hay indicios de que la destrucción de Lüders mencionada en la Vita S. Deicoli está vinculada con la invasión húngara a la Puerta de Borgoña del año 917.62 Por lo tanto, las declaraciones sobre la apropiación de la abadía por Eberhard se contradicen dentro de la propia Vita. Esto resulta en una diferencia de tiempo de aproximadamente 30 años. También hay que señalar que el autor de la Vita (por las razones que fueren) no relató en estricto orden cronológico. Sin embargo, consciente de ello se justifica al afirmar que atravesó deliberadamente su relato prolépticamente y empleó el recurso estilístico de anástrofe.63 De modo que con este relato es probable que aparezcan discrepancias cronológicas en contraposición a una crónica con una técnica narrativa cuya estructura se basa en un estricto marco cronológico. Es posible incluso que dos borradores diferentes estuvieran a disposición del autor de la Vita, cuyos datos respectivos no pudo conciliar.
En la Vita S. Deicoli más adelante se afirma que el conde Eberhard poseyó la abadía de Lüders por un largo período de tiempo.64 Esta declaración se ajusta mucho mejor en aspecto cronológico al dato de que Eberhard había heredado Lüders de Waldrada hacia el final de los años setenta u ochenta del siglo IX, y si además se tiene presente que sobre el hijo de Eberhard, Hugo I, se afirma que tuvo el gobierno de Lüders largo tiempo bajo su mandato.65 Es seguro que Hugo I murió después de 931 y probablemente algún tiempo antes de 959. Alcanzó una edad relativamente avanzada, dado que es descripto en la Vita S. Deicoli una vez como maturae aeiatis66 y otra vez como senex.67 A partir de estos datos se puede concluir que su padre murió un tiempo considerable antes que él.
El autor Frank Legl, encuentra plausible elegir como fecha de fallecimiento de Eberhard un momento anterior y uno posterior. Por consiguiente, deja de lado como datos para el momento del fallecimiento de Eberhard III «después de 917» o «después de 926», como podría deducirse del relato de la Vita S. Deicoli, y propone que sobre la base de documentos comprobados debe preferirse la referencia «antes de 903». Por lo tanto, señala el período «alrededor de 850» hasta «circa 900» como el marco de vida aproximado de Eberhard III.
Descendencia[editar]
De acuerdo a la Vita S. Deicoli, su esposa llevaba el nombre de Adalinda. Sin embargo, sobre su origen no se encuentran testimonios, puesto que faltan otras fuentes de evidencia. Los detalles de la Vita S. Deicoli sobre el nombre de la esposa de Eberhard III parecen ser bastante creíbles, ya que en una entrada en los Liber memorialis de Remiremont, que claramente contiene los nombres de descendientes de la generación de nietos de Eberhard III, se menciona dos veces el nombre Adelint com. El nombre parece, por tanto, haber sido heredado en la familia.68
El conde Eberhard posteriormente repudió a su esposa y tomó como concubina a una monja del monasterio de Erstein, si se cree en la información proporcionada por la Vita S. Deicoli respecto a este pasaje,69 cuya intención principal en el contexto de la descripción de la ocupación de Lüders por Eberhard III, es atribuir al conde un particular estilo de vida no cristiano, puesto que había explotado económicamente al monasterio fundado por Deicolus en el pasado. Probablemente fue la intención del autor de la Vita, fabricar un paralelismo con el comportamiento de Lotario II, que también había repudiado a su legítima esposa. El relato tendencioso de los acontecimientos en la Vita busca desacreditar a toda la prole de Lotario II y Waldrada.
Hugo I, conde de Nordgau
Notas y referencias[editar]
Volver arriba ? Maurice Chaume, Les origines du duché de Bourgogne. Histoire politique, E. Rebourseau, Dijon, 1925. Pags. 180, 224, 236.
Volver arriba ? Léon Levillain, L'Alsace et les origines lointaines de la maison de France, en Revue d'Alsace 87, 1947, Pags. 175-195, Libro en línea [1]. Pag. 191.
Volver arriba ? Astronomus, Vita Hludowici imperatoris, en: Thegan, Die Taten Kaiser Ludwigs. Astronomus, Das Leben Kaiser Ludwigs, Monumenta Germaniae Historica, (SS rer. Germ. 64), Libro en línea [2] Pag. 402 y siguientes. Eodem anno medio octobrio conventus publicus in Theodonis villa est celebratus; ibique domnus Imperator primogenito filio suo Hlothario Hirmengardam filiam Hugonis comitis uxorem cum solempni iunxit apparatu.
Volver arriba ? Theganus, Gesta Hludowici imperatoris, Monumenta Germaniae Historica, (SS rer. Germ. 64), Libro en línea [3] Página 216, ad 821. Sequenti anno habuit placitum suum generale, et ibi Hlutharius, filius suus primogenitus ex regina , suscepit in coniugium filiam Hugi comitis, qui erat de stirpe cuiusdam ducis nomine Etih, qui erat timidus super omnes homines. El nombre de la hija de Hugo no se menciona aquí explícitamente.
Volver arriba ? Jo. Daniel Schoepflinus, Alsatia illustrata: Tomus I, ex Typographia Regia, 1751, Libro en línea [4]. Pag. 784, § LXXXVIII.
Volver arriba ? Annales Alamannici, Monumenta Germaniae Historica, (SS I), Annalium Alamannicorum Continuatio Sangallensis Prima, Libro en línea [5] Pag. 50, Año 864, Nota 1.
Volver arriba ? Annales Weingartenses, Monumenta Germaniae Historica, (SS I), Libro en línea [6] Pag. 66, Año 864.
Volver arriba ? Philippe-André Grandidier, Histoire de l'Eglise et des évêques princes de Strasbourg: depuis la fondation de l'évêché jusqu'à l'an 965, Volumen I, de l'imprimerie de François Levrault, Strasbourg, 1776, Libro en línea [7]. Pag. lxxix Num. 45. Albericus autem genuit quatuor filios, Hugbertum, Hebrohardum, Horbertum & Thetibaldum.
Volver arriba ? Ex Vita S. Deicoli, Monumenta Germaniae Historica, (SS15, 2), Libro en línea [8] Pag. 677. ... comes quidam bellipotens de Alsaciae partibus nomine Heberardus.
Volver arriba ? La emperatriz Ermengardis/Irmgard, madre de Lotario II, descendía en el mismo grado que Eberhard III, del duque Eticho.
Volver arriba ? Reginonis abbatis Prumiensis chronicon, Monumenta Germaniae Historica, (SS rer. Germ. 50), Libro en línea [9] Pag. 130, ad 888. Aquí se encuentra el término regnum Lotharii.
Volver arriba ? Ex Vita S. Deicoli, Monumenta Germaniae Historica, (SS15, 2), Libro en línea [10] Pag. 678. Eo tempore quo Lotharius rex in Alsacia provincia morabatur, in fisco suo nobili qui Marelegia vocatur, cuius adhuc dignitatem miri operis moenia excelsa testantur, repente antiqui hostis cauterio inustus est et in tantam praecipitatae mentis insaniam perductus, ut uxorem suam religiosam reginam Bertsindam dimitteret et lupam quandam nomine Walderaldam duceret. Quae quia praestigiatrix erat opinatissimna, ita maleficiis multigenis regis animum fascinavit, ut omnia quae ab illo peteret facile impetraret. Cumque nefas tale cresceret, et nemo esset qui facillaret, quasi licenter miserum caput tanto utebatur incestu. Tamen, verecundia agente, quia in palatio versari cum illa nequivit, abbatiam Sancti Deicoli illi tradidit atque infernali dote ditavit.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [11] Pag. 679. Audiens autem Walderalda femina nequissima omnia quae acciderant in via Romana, timore venerabilis reginae plus territa quam proprii sceleris reatu conpuncta, quippe quae de christianitate quicquam praeter solum vocabulum non habuit, fuga pocius quam voluntate lapsa, Deum quaerere simulavit monasteriumque Sancti Romarici hipochrita intravit.
Volver arriba ? Liber Memorialis Romaricensis Pars I, Monumenta Germaniae Historica, (Libri mem. 1:1), Libro en línea [12] Pag. 24. Las fuentes no revelan cuándo murió Waldrada, solo el día de su muerte, el 9 de abril, es transmitido a través de un asiento en el obituario Liber memorialis de Remiremont, fol. 13r: V ID APR. ... + MIGRAVIT DOMINA VUALDRADA ex hac luce. El momento de su muerte debería muy probablemente caer hacia el final de los años setenta u ochenta del siglo IX.
Volver arriba ? Ex Vita S. Deicoli, Monumenta Germaniae Historica, (SS15, 2), Libro en línea [13] Pag. 679. Accitoque Heberardo comite, consanguinitatis occasione scelus adhuc immane praesumpsit eique locum sanctum sub advocationis tuitione commisit. Ille autem, ut erat cupidus et sacrorum invasor locorum, occassione tali locum invasit beati Deicoli et post infandae mulieris decessum unca manu sibi in hereditate asscivit.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [14] Pag. 677. Cumque et locus beati Deicoli tanti persenisisset infortunium dispendii, ut iam nec monachus ibi nec clericus haberetur, comes quidam bellipotens de Alsaciae partibus nomine Heberardus, qui regnum Burgundionum frequentare erat solitus, potenter locum illum invasit et in hereditatem sibi nefario vendicavit. Et quia non inventus est qui illi obstitisset, omni tempore quo post advixit manu tirannica contra fas retinuit.
Volver arriba ? Die Urkunden Arnolfs, Monumenta Germaniae Historica (DD Arn.), Libro en línea [15] Pag. 130, Diploma 88. Arnulfo dona a la Iglesia de Estrasburgo un unam hubam en Bach in comitatu Eburhardi in superiore Argowe.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [16] Pag. 193-94, Diploma 130. Arnulfo confirma al monasterio Sankt Gallen donaciones de una matrona llamada Pirin y un tal Thiothart, que se localizan in superiori Aragouue in comitatu Hebarhardi.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [17] Pag. 35, Diploma 24. Arnulfo dona al sacerdote Isanprecht ocho hobas en las aldeas de Auenheim (hoy parte de la ciudad de Kehl) y Baldanheim (Altenheim?) ubicadas in pago Mortunouua vocato in comitatu Eberhardi.
Volver arriba ? Hermann Wartmann, Urkundenbuch der Abtei Sanct Gallen, Theil II, Jahr 840-920, S. Höhr, Zürich, 1866, Libro en línea [18] Pags. 254-55, Diploma 650. Notavi die jovis. XVIII kal. mai., annum VI Karoli imperatoris, Eberhardum comitem.
Volver arriba ? Una indicación en este sentido podría ser la donación hecha por el rey a la Iglesia de Estrasburgo de unam hubam en la localidad desaparecida de Bach, que quedaba en el condado Eberhard en el Aargau superior. (ver arriba cita Nr. 15)
Volver arriba ? Fundado por Luis el Germánico, el convento había sido puesto sucesivamente primero en manos de sus hijas Hildegard y Bertha, y luego de Richardis, la hija del conde alsaciano Erchanger y esposa de Carlos III.
Volver arriba ? Karoli III. Diplomata, Monumenta Germaniae Historica (DD Karl), Libro en línea [19] Pag. 11, Diploma 7.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [20] Pag. 12, Diploma 8.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [21] Pag. 69, Diploma 41.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [22] Pag. 117, Diploma 71.
Volver arriba ? Johann Jakob Escher, Urkundenbuch der Stadt und Landschaft Zürich, Erster Band: 741-1234., S. Höhr, Zürich, 1888, Libro en línea [23] Pag. 66, Nr. 153. Un cierto Perchtelo dona bienes a la abadía de St. Felix und Regula en Zürich, ubi moniales deo famulantur et modo Eberhart comes cum advocatu [sic!] suo Adalberto preesse videntur.
Volver arriba ? Eberhart aparentemente obtuvo la sucesión después de que Carlos III destituyera a Richardis, o bien pudo haber ocupado su puesto tras la caída del emperador; una posición tal probablemente solo pudo haber sido recibida del rey Arnulfo, por lo que parece plausible la conclusión acerca de una misma identidad entre Eberhart y Eberhard III. La suposición se ve reforzada por la observación, de que los Eticónidas en Alsacia desde tiempo habían competido con los parientes de Richardis, los Ercangarios, que parecen haber sido políticamente desempoderados tras el retiro a Andlau de Richardis. Al examinar el documento de Zürich no puede concluirse de manera contundente que Eberhart fuera conde de Zürichgau.
Volver arriba ? Johann Daniel Schoepflin, Alsatia...diplomatica: Volumen I, Typographia academica, 1772, Libro en línea [24]. Pag. 98, Diploma CXXIV. La evidencia más temprana del Sundgau es del año 898, en el documento de Herimuodt para el monasterio de Münster im Gregoriental, ...trado ad monasterium sancti Gregorii, quod est constructum in pago Helisacensi et in parte ipsius pagi, que vocatur Sandgenau.
Volver arriba ? Die Urkunden Arnolfs, Monumenta Germaniae Historica (DD Arn.), Libro en línea [25] Pag. 125, Diploma 84. La evidencia más temprana del Nordgau en un diploma de Arnulfo del 3 de febrero de 891, emitido en Regensburg, en el que dona a la Iglesia de Espira la iglesia de la localidad alsaciana de Jebsheim...ut quandam ecclesiam in comitatu Nordgauuensi consistentem in villa Yebinesheim cum omnibus ibidem adiacentiis vel pertinentiis.
Volver arriba ? Annales Fuldenses sive Annalen regni Francorum Orientalis, Monumenta Germaniae Historica (SS rer. Germ. 7), Libro en línea [26] Pag. 116, ad 888.
Volver arriba ? Annales Vedastini, Monumenta Germaniae Historica (SS rer. Germ. 12), Libro en línea [27] Pag. 64-5, ad 888. At hi qui ultra lurum atque circa Alpes consistunt. Tullo adunati Hrodulfum nepotem Hugonis abbatis per episcopum dictae civitatis benedici in regem pelierunt, qui et ita egit.
Volver arriba ? Annales Fuldenses sive Annalen regni Francorum Orientalis, Monumenta Germaniae Historica (SS rer. Germ. 7), Libro en línea [28] Pag. 116, ad 888. Dice: Rex contra Rodulfum Elisaciam progreditur. Queda abierta la cuestión acerca de si esa afirmación indica que Rodolfo invadió Alsacia y Arnulfo por este motivo se volvió hacia ese territorio, o si Alsacia fue utilizada por Arnulfo meramente como una base de operaciones.
Volver arriba ? Hermann Bloch, Regesten der Bischöfe von Strassburg, Band I, Erster Teil, Wagner, Innsbruck, 1908, Libro en línea [29]. Pag. 239, Nr.104.
Volver arriba ? Es probable, que Eberhard III fuera elevado primero a conde del Ortenau por una medida de Arnulfo, puesto que Eberhard es acreditado en primer lugar en 888 como conde del Ortenau en D Arn. 24, Pag. 35, es decir, exactamente el período en el que Arnulfo realizó una reestructuración política de la vecina Alsacia.
Volver arriba ? Johann Daniel Schoepflin, Alsatia...diplomatica: Volumen I, Typographia academica, 1772, Libro en línea [30]. Pag. 98, Diploma CXXIV.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [31] Pag. 98, Diploma CXXIV. ?monasterium sancti Gregorii,..., ubi illustris comes Eberhardus necnon abbas Engilfridus preesse videtur.
Volver arriba ? Die Urkunden Arnolfs, Monumenta Germaniae Historica (DD Arn.), Libro en línea [32] Pag. 35, Diploma 24.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [33] Pag. 130, Diploma 88.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [34] Pag. 35, Diploma 24. Comperiat namque omnium fidelium nostrorum presencium scilicet et futurorum industria, qualiter quidam fidelis comes noster nomine Ebarhart petiit clemenciam nostram ut cuidam venerabili prespitero fidelique oratori nostro nomine Isanpreht quasdam res proprietatis nostrae sibi in proprium donaremus...Dedimus namque illi in pago Mortunouun vocato in comitatu Ebarhardi in locis Ouuanheim et Baldanheim nominatis hobas VIII et quicquid ad easdem hobas iure legitimeque pertinere videtur...Et iussimus inde hoc nostrae auctoritatis fieri preceptum, per quod volumus atque iubemus, ut memoratus Isanpreht has predictas res usque ad finem vitae suae secure habeat teneat atque possideat et potestativa manu unicuilibet suae cognacionis propinquo post obitum suum simili tenore tenendas contradat; post amborum enim discessum ad cenobium sanctae Mariae semper virginis, quod dinoscitur infra menia Argentariae civitatis esse constructum, illis fratribus ibidem servtentibus domino in sustentationem perpetualiter redigantur, ea videlecet racione ut annis singulis in quadragesimali ieiuniorum tempore in nostra elemosina et illorum memoratorum extra eorumdem fratrum prebendam habeant, unde refictantur et pauperes recreantur et ipsi devocius statutis officiis in nostra oratione permaneant.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [35] Pag. 130, Diploma 88. Cognoscant omnes fideles nostri presentes atque futuri, quia Baldramus venerabilis ac dilectus episcopus nostram precatus est celsitudinem, quatenus unam hubain in comitatu Eburhardi in superiore Argowe iacentem in loco Bach vulgariter nominato ad monasterium Argentinensis civitatis, ubi principalis episcopii sui sedes est, in honore sancte Marie genitricis Christi dedicatum pro venerande memorie remedio anime genitoris nostri Karlomanni regis et deinde nostre ceterorumque parentum nostrorum concederemus.
Volver arriba ? Annales Fuldenses sive Annalen regni Francorum Orientalis, Monumenta Germaniae Historica (SS rer. Germ. 7), Libro en línea [36] Pag. 116, ad 888. Rex contra Rodulfum Elisaciam progreditur.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [37] Pag. 116, ad 888. Rodolfus enim inito consilio cum primoribus Alamannorum sponte sua ad regem urbem Radasbonam usque pervenit multaque inter illos convenienter adunata ipse a rege cum pace permissus, sicuti venit, ad sua remeavit.
Volver arriba ? Annales Fuldenses sive Annalen regni Francorum Orientalis, Monumenta Germaniae Historica (SS rer. Germ. 7), Libro en línea [38] Pag. 125, ad 894. Alamanni cum magna valida super Rodulfum regem cum Zwentibaldo filio regis de concubina transmittuntur. Ille se defendens obiectione Alpium, Alamanni devastata magna illus regionis parte revertuntur in sua.
Volver arriba ? Die Urkunden Arnolfs, Monumenta Germaniae Historica (DD Arn.), Libro en línea [39] Pag. 192, Diploma 129. Arnulfo confirmó un intercambio entre Salomón, el abad de Sankt Gallen, que a la vez ocupaba el cargo de obispo de Constanza, por el cual el abad intercambió propiedad de la abadía en Schöneburg en Rammachgau contra la iglesia y hobas VII en (Kaiser-) Augst en el Aargau, que estaban en posesión de cierto Anno.
Volver arriba ? Annales Fuldenses sive Annalen regni Francorum Orientalis, Monumenta Germaniae Historica (SS rer. Germ. 7), Libro en línea [40] Pag. 126, ad 895. Zwentibaldus ergo filius regis infulam regni a patre suscipiens in Burgundia et omni Hlotharico regno receptis eiusdem regni primoribus rex creatus est.
Volver arriba ? Zwentiboldi Diplomata, Monumenta Germaniae Historica (DD Zw / DD LK), Libro en línea [41] Pag. 27, Diploma 6.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [42] Pag. 29, Diploma 7.
Volver arriba ? Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el diploma puede ser falsificado.
Volver arriba ? El Sornegau era considerado en esta época como perteneciente a Alsacia.
Volver arriba ? Annales Fuldenses sive Annalen regni Francorum Orientalis, Monumenta Germaniae Historica (SS rer. Germ. 7), Libro en línea [43] Pag. 129, ad 896.
Volver arriba ? Reginonis abbatis Prumiensis Chronicon cum continuatione Treverensi, Monumenta Germaniae Historica (SS rer. Germ. 50), Libro en línea [44] Pag. 144, ad 896.
Volver arriba ? Zwentiboldi Diplomata, Monumenta Germaniae Historica (DD Zw / DD LK), Libro en línea [45] Pag. 27-9, Diploma 6. Quorum locorum nomina haec sunt: Bonefaciiuilare..., Thurincheim cum eius appenditiis, Hononheim cum eius adiacentiis, ad , lebinesheim, Sandboua cum eius appenditiis, Palgouua simul et Hard cum eius similiter adincentiis, Matunheim, quae omnia sunt in comitatu Bernhardi comitis in pago Alsacensi, item Ratpoldesuuilare. El editor Theodor Schieffer sugiere que el diploma es falsificado.
Volver arriba ? Ex Vita S. Deicoli, Monumenta Germaniae Historica, (SS15, 2), Libro en línea [46] Pag. 677.
Volver arriba ? Johann Daniel Schoepflin, Alsatia...diplomatica: Volumen I, Typographia academica, 1772, Libro en línea [47] Pag. 98, Diploma CXXIV.
Volver arriba ? Ex Vita S. Deicoli, Monumenta Germaniae Historica, (SS15, 2), Libro en línea [48] Pag. 679. Comes vero ipse quali morte vitam finierit, propalare exempli causa non piget. Audenter dico quae personis fidelibus asserentibus nosse me luce clarius contigit. Crederes videlicet ipsum pene triennio Herodiana peste percussum, qui secundum Actus apostolorum percussus ab angelo, scatens vermibus expiravit. Vermes quippe ita sibi a vertice usque ad talos ebulliebant, ut frequentanei eius maximum inde putorem tolerarent. Sicque miserabiliter cum Herode vitam miserabilem finivit. Nec dubitandum, quin in tormentis aequalem sortiatur poenam, cuius in omni scelere imitatus est vitam. Ei quia beato Deicolo praeiudicaliter hereditatem suam tulit in terris, ipse se quodammodo aeterna hereditate privavit in caelis. (Sobre la muerte de Herodes ver Actus Apostolorum, 12, 21-23).
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [49] Pag. 677. Cumque viri barbarici omni fera crudeliores totam pene Galliam atque Germaniam partim ferro partim incendio consumpsissent, nullusque christianus existeret, qui illis occurreret contoque minaretur, infelices impunitate sui laetati, in sua sunt reversi, multis opibus onerati. ... Cumque et locus beati Deicoli tanti persensisset infortunium dispendii, ut iam nec monachus ibi nec clericus haberetur, comes quidam bellipotens de Alsaciae partibus nomine Heberardus, ..., potenter locum illum invasit et in hereditatem sibi nefario vendicavit. (Cónfer también ibid., nota 1: la variante Hungri por viri barbarici.)
Volver arriba ? Ibid., Página 679.
Volver arriba ? Ver arriba cita Nr. 12.
Volver arriba ? Louis Besson, Memoire historique sur I'abbaye et la ville de Lure, suivi d?une notice sur le prieure de Saint-Antoine et les seigneuries de Lure et de Passavant, Bintot, Besançon 1846, Libro en línea [50] Página 16
Volver arriba ? Rudolf Lüttich, Ungarnzüge in Europa im zehnten Jahrhundert, Ebering, Berlin, 1910, Página 75 y siguientes.
Volver arriba ? Según fundamenta el autor Maximilian Georg Kellner, Die Ungarneinfälle im Bild der Quellen bis 1150. Von der «Gens detestanda» zur «Gens ad fidem Christi conversa», München, 1997, Página 28 y siguientes.
Volver arriba ? Ex Vita S. Deicoli, Monumenta Germaniae Historica, (SS15, 2), Libro en línea [51] Pag. 678. Sed quia adhuc supersunt nonnulli qui mirantur ei scire gestiunt, qualiter locus sancti patris devenerit in iniquam manum Heberhardi comitis ei filius eius, non pigel qualitercumque veraci stilo prodere. Sed dum hoc nitor, videor temporibus praeposterum ordinem imponere, quem Greci anastrophe vocant, racioni autem et paginae quae subiacet praesumptionem vel praeoccupationem, quam Greci prolepsin nominant.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [52] Pag. 677. Et quia non inventus est qui illi obstitisset, omni tempore quo post advixit manu tirannica contra fas retinuit.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [53] Pag. 677. Eodem vero comite in tanta mentis obstinantia vita decedente, filius eius Hugo nomine, qui et ipse iam comes effectus fuit, omnia quae patris sui esse videbantur sive iure sive iniuria potestative invasit tenaciterque sibi aduncavit, inter quae omnia et locum sancti patris Deicoli. Qui cum masculae prolis fortitudine in omnibus propemodum regnis famosus haberetur et in multis negociis acsi miles castrensis invictus existeret, aliquamdiu inpune potitus est praedio sancti Deicoli.
Volver arriba ? Ibídem, Libro en línea [54] Pag. 678.
Volver arriba ? Ibid.
Volver arriba ? Liber Memorialis Romaricensis Pars I, Monumenta Germaniae Historica, (Libri_mem. 1:1), Libro en línea [55] Pag. 9, fol. 6v.
Volver arriba ? Ex Vita S. Deicoli, Monumenta Germaniae Historica, (SS15, 2), Libro en línea [56] Pag. 679. Adallindam vero legitimam uxorem suam dimisit, repudii libellum dedit, semet ipsum autem lupanaribus immiscuit. Nam quandam nonnam apud monasterium Eresteheim sibi applicavit et inquitatem illam ad mortem usque pertraxit.
Bibliografía[editar]
Nicolas Viton de Saint-Allais, Histoire généalogique des maisons souveraines de l'Europe: depuis leur origine jusqu'à présent, Volumen 1, Chez l'auteur, Paris, 1811, Libro en línea [57] Pag. 57-61
Franz Vollmer, Die Etichonen, Ein Beitrag zur Frage der Kontinuität früher Adelsfamilien, Studien und Vorarbeiten zur Geschichte des Großfränkischen und frühdeutschen Adels, Eberhard Albert Verlag, Freiburg im Breisgau, 1957.
Michael Borgolte, Die Geschichte der Grafengewalt im Elsass von Dagobert I. bis Otto dem Großen, Zeitschrift für die Geschichte des Oberrheins, Band 131 / NF 92, Verlag W. Kohlhammer GmbH, Stuttgart, 1983.
Michael Borgolte, Die Grafen Alemanniens in merowingischer und karolingischer Zeit. Eine Prosopographie, Jan Thorbecke Verlag, Sigmaringen, 1986.
Frank Legl, Studien zur Geschichte der Grafen von Dagsburg-Egisheim, Veröffentlichungen der Kommission für Saarländische Landesgeschichte und Volksforschung Band 31, Kommissionsverlag: SDV Saarbrücker Druckerei und Verlag GmbH, Saarbrücken, 1998. 
NORDGAU, Eberhard III von (I1445)
 
17 El Marketing de Billetes

La historia del billete chileno se remonta a mediados del siglo XIX, cuando un inmigrante español, llamado Antonio Arcos y Arjona quiso implantar en el país un sistema de comercio de valores, que no era otra cosa que un banco privado emisor de billetes. A este lo llamó "Banco de Chile de Arcos y Compañía", fundado en 1849. Pero poco tiempo después, éste debió cerrar debido al total rechazo de comerciantes y público en general.
(http://www.periodismo.uchile.cl/themoroso/2002/5/historia/carmina.html)

ARJONA: Linaje de origen andaluz, de la villa de Comares, en la provincia de Málaga, que tiene por tronco a Alfonso de Arjona, conquistador y poblador de dicha villa.
Trae por armas: En campo de gules, tres fajas de oro; bordura de azur, con ocho estrellas de oro. 
ARCOS Y ARJONA, Antonio Santiago (I86)
 
18 En alguna publicación (http://www.molinacampos.net/su-obra-y-su-legado) aparece su nombre como: Josefina del Corazón de Jesús CAMPOS CAMPOS, Josefina del Carmen (I1595)
 
19 En lengua Nahuatl, Tecuichpoch Ixlaxochitl MOCTEZUMA, ISABEL (I1671)
 
20 Escribano Real

MARTIN PEREZ DE IRALA, vecino principal de Vergara (nieto de otro Martín Pérez de Irala, cuyo cadáver había sido sepultado en el enterratorio que tenía su familia en la Iglesia de San Pedro de Vergara), Señor solariego con casa situada en la rúa llamada de Artecale, cuyo frente daba a la calle Real, lindante por sus constados con las fincas de Juan Pérez de Rezábal y de Juan Martínez de Goróstegui, y, al fondo, con el foso defensivo - cárcava - que circundaba la Villa. En dicha localidad, a fines del siglo XV, Martín ejercía el cargo de Escribano Real, y estaba casado con doña Marina de Albisúa Toledo. Como la vieja morada de los Irala fuera destruida por un incendio, el hombre se mudó con los suyos a otra casa del barrio de Bidacurruceta, junto al camino que iba a Zabalotegui y a las casas de Pedro de Gaviria. Testó Pérez de Irala el 1-XII-1516, instituyendo herederos a sus hijos legítimos; Pedro, María, Gracia, Marina, Domenja y Domingo; a quienes, en la escritura pertinente, designaba por sus sobrenombres de familia; Perico, Chariaco, Charí, Charingo y Chomín. Años más tarde, el 17-II-1521, una Real Orden autorizaba a nuestro Notario y a su consorte a fundar un Mayorazgo en cabeza de alguno de sus hijos, "con los vínculos, reglas, modos, substituciones, restituciones y otras cosas que ellos quisieren poner". Y cuando el 30-V-1529 dichos cónyuges, por testamento conjunto instituyeron ese vínculo hereditario - "porque la memoria de su casa quedase entera sin disminución alguna" -, Domingo, el vástago menor de los Irala, fue agraciado con el referido mayorazgo, que comprendía una parte de los bienes raíces de sus padres, "mejorándole en el tercio y quinto si fuere necesario". 
PéREZ DE IRALA, II, Martín (I823)
 
21 Escudo partido: 1: partido:
1) en campo de oro un puente de dos ojos al natural masonado de sable, que sostiene una terraza herbosa de sinople sumado de una torre con su homenaje al natural
(al: cortado de oro con un castillo al natural sobre una teraza de sinople, y de oro con un puente de dos arcos al natural masonado de sable, aclarado de oro, cuyo camino toca la partición superior);
2) fajado de oro y gules de ocho piezas (Arcos); 2: cuartelado: 1 y 4: en campo de oro un león de gules; 2 y 3: en campo de azur una ala de plata. (Lanuza, conde de Clavijo)

Casa Arcos, condes de Clavijo (concedido 1690 a Marcos de Lanuza y Mendoza, señor de Clavijo) por sucesión.

F: Atienza

Home URL: www.grandesp.org.uk  
ARCOS Y SARRACíN, Antonio (I104)
 
22 Estudió en Buenos Aires, y desde muy joven mostró afición por la poesía. Durante un tiempo residió en Montevideo, donde publicó un periódico llamado El Investigador. Fue expulsado por el presidente Fructuoso Rivera, a pedido del ministro ?y futuro presidente? Manuel Oribe, y regresó a Buenos Aires.

Su primera obra fue una pequeña Oda a Rosas, que mostraba a este como un encarnizado perseguidor de unitarios. Era un pasquín pegado en esquinas de la ciudad, encabezado por una espiga de maíz ?llamada en la Argentina mazorca? que representaba a Rosas, usando una analogía respecto al cabello rubio del gobernador y su color de tez rubicundo. El cartel era una amenaza velada a los opositores, y la figura fue tomada como símbolo por los fanáticos rosistas de la Sociedad Popular Restauradora, que comenzaron a usar orgullosos el nombre de La Mazorca.

En la oposición

En 1837, se unió a los jóvenes literatos de la Asociación de Mayo, por lo que pronto fue investigado por la misma Mazorca a la que antes alabara como posible aliado de los enemigos franceses. Por otro lado, fue procesado por estafa y falsificación de documentos. Por esa razón huyó a Europa en 1839, después del descubrimiento de la conspiración de Maza. Visitó Londres y algunas ciudades de Estados Unidos.

Regresó a fines de ese año a Montevideo, donde se dedicó a atacar en la prensa al gobierno de Rosas por medio de poesías y alegatos; entre los muchos periódicos en los que publicó se destacaron sus colaboraciones en el diario El Nacional, desde el cual acusó a Rosas de toda clase de crímenes e inmoralidades. Acompañó a Florencio Varela a convencer al general Juan Lavalle de unirse a los franceses en la guerra contra su propio país.

En 1841, el gobernador Rosas recibió un paquete a nombre de una sociedad de anticuarios, con una nota que decía que era parte de una colección de medallas. En realidad contenía la que Rosas llamaría la máquina infernal, una corona de doce caños de pistola, cargados cada uno con una bala, y un mecanismo para que dispararan automáticamente ?en todas direcciones? al abrir la caja. La caja no fue abierta por el gobernador sino por su hija Manuelita Rosas, que salvó su vida de milagro, ya que una falla en el gatillo impidió que disparara. Nunca se supo quién la había enviado, pero entre el más insistentemente acusado en la prensa porteña fue José Rivera.

Tablas de sangre

Un diplomático francés le pidió que publicara un libro que incluyera una lista, lo más larga posible, de las víctimas de Rosas. Para ello ofreció pagarle un penique por cada muerto. El resultado fue su obra maestra, conocida como Tablas de Sangre. Para llegar a completar la lista que necesitaba recurrió a todos los muertos conocidos, tanto los asesinados por la Mazorca, como por orden directa de Rosas. Pero también incluyó personas fallecidas de muerte natural, individuos que habían muerto mucho antes de la llegada de Rosas al poder, y hombres que muchos años más tarde aún vivían. Agregó también nombres imaginarios, muertos identificados como NN de los que nadie supo cómo habían muerto, y también a Facundo Quiroga y sus acompañantes ?amparándose en que su asesino había acusado a Rosas el día de su ejecución?. También lo acusó de la muerte de Alejandro Heredia, Benito Villafañe y de otros personajes públicos, de cuya muerte no cabe duda que Rosas no tuvo responsabilidad alguna.

De esta manera, José Rivera logró completar una lista de 480 muertos; por eso cobró dos libras, es decir, 480 peniques. Con la esperanza de cobrar algo más, lo acusó también de ser el responsable de la muerte de 22 560 muertos durante las guerras civiles argentinas desde 1829 en adelante. Las estimaciones actuales de bajas producidas en todos los bandos beligerantes de esa época no alcanza a la mitad de esa cifra. Además de la falsedad de suponer que todos los muertos eran responsabilidad únicamente de una persona.

Esta lista fue utilizada durante décadas para acusar a Rosas de crímenes enormes. Esta lista, sin ningún rigor periodístico y artficialmente inflada, sería durante casi un siglo una de los principales sustentos en la condena histórica de Rosas.

Como corolario de esa nómina de asesinatos, le agregó un ensayo: Es acción santa matar a Rosas, con lo que terminó desvirtuando la supuesta condena del crimen como herramienta política. Pero también acusaba a Rosas de muchas otras inmoralidades: defraudación fiscal, malversación de fondos, insultar a su madre en el lecho de muerte, abandonar a su esposa en sus últimos días, tener amantes de las familias más respetables. Llegó a acusarlo de incesto con su hija Manuelita («la virgen cándida es hoy marimacho sanguinario, que lleva en la frente la mancha asquerosa de la perdición» (Rosas 2: pág. 187).

Como curiosidad, José Rivera ignoraba el que fue tal vez el acto más fácilmente atacable de la vida de Rosas desde el punto de vista moral de su época: Rosas tenía en su casa una criada pobre, Eugenia Castro, a la que había hecho su amante y con la que había tenido varios hijos, a quienes mantuvo -aunque con visibles dificultades- aun después de exiliarse.

En sus últimos años, Rivera escribió una colección de poemas llamado Melodías hebraicas, una colección de citas bíblicas, con cierta pretensión poética, de estilo romántico.

El principal teatro de la ciudad argentina de Córdoba, aunque llamado actualmente Teatro del Libertador General San Martín, inicialmente y por mucho tiempo llevó oficialmente el nombre de teatro Rivera Indarte. [1] 
Familia F612
 
23 Fueron Padrinos Don Pedro José Guido y Cayetana Nieves Spano GUIDO Y SPANO, Dr. Eduardo José Faustino de la Santa Trinidad (I1770)
 
24 Al menos un individuo vivo está vinculado a esta nota - Detalles Reservados. BRNčIć ISAZA, Gabriel Oliverio (I302)
 
25 Gaspar Campos (n. Buenos Aires, 9 de febrero de 1831 ? ? Lomas Valentinas, Paraguay, 12 de septiembre de 1868) fue un militar argentino que participó en las guerras civiles de su país, contra los indígenas y en la guerra del Paraguay, durante la cual cayó prisionero y murió en prisión.1?2?

Biografía
Hijo del estanciero y militar Martín Teodoro Campos y de Luisa López Camelo, era hermano de otros tres oficiales, todos los cuales llegarían al rango de generales: Luis María Campos, Julio Campos y Manuel J. Campos. Se educó en Buenos Aires, y desde joven se dedicó a la ganadería en la estancia familiar de Lobería.

Poco después de la batalla de Caseros se enroló en el ejército del Estado de Buenos Aires a las órdenes de Emilio Conesa, participando en la revolución de septiembre y enfrentando al sitio de Buenos Aires por Hilario Lagos. Participó en la batalla de San Gregorio y fue tomado prisionero junto con su padre, a quien cuidó en su enfermedad. Recuperó la libertad después del final del sitio.


El Teniente Coronel Gaspar Campos, jefe del Batallón "Cazadores de la Rioja", sorprendido en Acayuazú, salva la bandera de su batallón, arrojándola al Río Paraguay, de cuyas aguas fué recogida por un acorazado brasilero.
Por el resto de la década se dedicó a la ganadería, aunque prestó algunos servicios en la milicia de caballería que ayudaba al ejército de línea cuando se producían malones.

En 1859 se enroló nuevamente en el ejército provincial y participó en la batalla de Cepeda y en la de Pavón. A las órdenes de su hermano Julio y del coronel José Miguel Arredondo participó en la campaña de invasión del norte del país, luchando contra el "Chacho" Peñaloza en La Rioja. Más tarde prestó servicios en la escolta de su hermano, gobernador de esa provincia.


Teniente Coronel Don Gaspar Campos.
Al estallar la Guerra del Paraguay, marchó al frente como comandante de la división de infantería riojana. Participó en la batalla de Yatay y en el sitio de Uruguayana. Con el grado de teniente coronel, y al mando del Batallón de "Cazadores de La Rioja", participó en varias batallas. Se destacó en la batalla de Tuyutí, en la que fue herido, y en la toma de Humaitá.

En julio de 1868, a las órdenes del coronel Miguel Martínez de Hoz, fueron sorprendidos en Acayuazá, cerca del Reducto Corá, sede en ese momento del presidente paraguayo Francisco Solano López. Salvó la bandera del batallón pero ? tras la muerte de la mayor parte de sus hombres, incluso del coronel Martínez de Hoz ? fue tomado prisionero.

Sobrevivió casi dos meses, durante los cuales fue muy maltratado por los paraguayos. Y sufrió especialmente por las condiciones en que se hizo la retirada paraguaya hacia el centro del país. Murió en el campamento de Lomas Valentinas en septiembre de 1868, asistido por el entonces coronel Bernardino Caballero ?después presidente del Paraguay? quien después de la guerra hizo llegar a su familia sus efectos personales.


El Teniente-Coronel Don Gaspar Campos, prisionero de guerra, muere de hambre, en el cepo, en Ita-Ivaté, la noche del 12 de septiembre de 1867.
El sufrimiento y la muerte de Gaspar Campos fueron utilizados por muchos historiadores argentinos para demostrar la inhumanidad de los paraguayos. Los historiadores paraguayos coinciden en que las tropas defensoras tampoco disponían de abundantes ni buenos alimentos. Por otro lado, muchos de los prisioneros paraguayos que caían en manos argentinas eran obligados a luchar contra su país o, en caso de caer en manos de los brasileños, eran llevados como esclavos a trabajar en las plantaciones de café.

Una importante avenida del Partido de San Miguel y una calle del Partido de Vicente López, en la provincia de Buenos Aires, recuerdan al coronel Gaspar Campos; la segunda de ellas es especialmente conocida porque en ella estuvo el domicilio del general Perón. La Ciudad de Buenos Aires, en cambio, existe un Pasaje Gaspar Campos en Caballito a la altura de la Avenida Juan Bautista Alberdi al 300.

Referencias

Calle Gaspar Campos, en Vicente López, en el partido homónimo.
Colegio Militar de la Nación. «Monumentos: A Gaspar Campos». Consultado el 25 de octubre de 2009.
(Bolter, 2007, p. 275)
Bibliografía
Bolter, Elizabeth (octubre de 2007). «IV. Calles, Plazas, Plazoletas y Paseos». Vicente López ...la ciudad en que vivimos (Segunda edición). Buenos Aires: AqL. p. 275-276. ISBN 978-987-1159-37-6.
Cutolo, Vicente, Nuevo diccionario biográfico argentino, 7 volúmenes, Ed. Elche, Bs. As., 1968-1985.
De Marco, Miguel Ángel, La patria, los hombres y el coraje, Ed. Emecé, Bs. As., 2006. ISBN 978-950-04-2776-0
Zenequelli, Lilia, Crónica de una guerra, La Triple Alianza. Ed. Dunken, Bs. As., 1997. ISBN 987-9123-36-0
 
CAMPOS LÓPEZ CAMELO, Gaspar Jose Teniente Coronel (I825)
 
26 Grifón (726?753) fue el hijo del mayordomo franco Carlos Martel y su segunda esposa, Swanahilde de Baviera.

Tras la muerte de Carlos Martel podía haberse previsto una división del poder entre Grifón y sus medio hermanos Pipino el Breve y Carlomán. Grifón, considerado ilegítimo por Pipino y Carlomán, fue atraído a una trampa por sus medio hermanos y lo pusieron preso en un monasterio.

Al escaparse en 747, su tío-abuelo materno el duque Odilón de Baviera proporcionó apoyo y asistencia a Grifón, pero cuando Odilón murió un año después y Grifón intentó tomar el ducado de Baviera para sí mismo, Pipino, quien se había convertido en mayordomo único del Imperio franco (merovingio) cuando Carlomán renunció y se retiró a un monasterio, emprendió una acción decisiva invadiendo Baviera e instalando al hijo pequeño de Odilón, Tasilón III, como duque bajo la soberanía franca. Grifón siguió con su rebelión, pero con el tiempo acabó muerto, en la batalla de Saint-Jean-de-Maurienne en 753, mientras Pipino se convirtió en rey de los francos como Pipino III en 751. 
MARTEL, Conde de Paris Griffon (I1654)
 
27 Guerrero del Paraguay y Senador por la Provincia de Buenos Aires; desempeño varios cargos públicos en la administración de Dardo Rocha. Miembro del Directorio del Banco Provincia. CAMPOS LÓPEZ CAMELO, Martín del Carmen Víctor Benito Coronel (I804)
 
28 https://archives.bordeaux-metropole.fr/ark:/75241/vtaef4cef2e20df3986/daoloc/0#id:2106507877?gallery=true¢er=3803.000,-1169.000&zoom=8&rotation=0.000&brightness=100.00&contrast=100.00  MANEYRO, Claudia (I412)
 
29 https://es.wikipedia.org/wiki/Isabel_Moctezuma_Tecuichpo_Ixcaxochitzin MOCTEZUMA, ISABEL (I1671)
 
30 https://www.geni.com/people/Maria-Abalos-de-Mendoza-e-Irala/6000000000584259926 ÁBALOS DE MENDOZA IRALA, María (I796)
 
31 Inició su carrera militar en el ejército del Estado de Buenos Aires, en 1856. Combatió en las batallas de Cepeda, Pavón y Cañada de Gómez.
Reunió un grupo de alrededor de cien bandoleros, gauchos desocupados dedicados al robo, con los cuales formó un escuadrón de caballería, que él mismo entrenó y formó. Se le reconoció el grado de capitán y el mando de ese escuadrón, con el cual acompañó al coronel José Miguel Arredondo en la campaña contra el caudillo Ángel Vicente Peñaloza.
Destinado al fuerte de Río Cuarto, se destacó en la defensa contra un gran ataque de indígenas ranqueles.

Guerra del Paraguay y montoneras del interior

Participó en la Guerra del Paraguay, en la que combatió en las batallas de Yatay, Uruguaiana, Estero Bellaco, Tuyutí y Curupaytí; en esta última fue seriamente herido. Antes había organizado un intento de ataque hacia Asunción a través del Chaco, que fracasó debido a la falta de apoyo.
Pasó un tiempo reponiéndose de sus heridas en Buenos Aires, y luego fue enviado con el cuerpo de Arredondo al interior, a luchar contra las últimas montoneras federales: fue el héroe de la batalla de San Ignacio, derrota clave de las fuerzas federales al mando de Juan Saá.
Regresó al Paraguay para participar en la toma de Humaitá. Fue ascendido a coronel, y luchó en Lomas Valentinas. Fue el jefe de todas las fuerzas argentinas en la captura de la fortaleza de Piribebuy.
Desde antes de la guerra y durante ella, se hizo conocer como un militar brillante en cuanto a disciplina, capaz de impartírsela a sus hombres por la dureza con la que los trataba y se trataba a sí mismo.

Las últimas guerras civiles

Después de terminada la guerra, acompañó al presidente Sarmiento en su famosa entrevista con Urquiza, que fue una de las causas de su asesinato, ocurrido poco después. Participó en la represión del alzamiento del caudillo entrerriano Ricardo López Jordán, destacándose en la batalla de Santa Rosa. Fue nombrado comandante de Concepción del Uruguay, cargo que ocupaba aún cuando estalló la segunda guerra contra López Jordán. Contra éste peleó en Gualeguaychú y Yuquerí.
Al estallar la revolución de 1874, formó en el ejército dirigido por Julio Argentino Roca, en su persecución de las fuerzas del general Arredondo; fue el segundo de Roca en la victoria de Santa Rosa. Poco más tarde fue ascendido a general y nombrado inspector de armas de la provincia de Buenos Aires, para ser después jefe de estado mayor general. Por dos veces fue ministro interino de guerra, a la muerte de Adolfo Alsina, y cuando Roca marchó a la Conquista del desierto.
En 1880 fue uno de los jefes de la represión de la revolución porteña acaudillada por Carlos Tejedor, comandando las fuerzas nacionales en la batalla de los Corrales Viejos. Su hermano Julio era uno de los jefes rebeldes.
Ocupó varios cargos en el ejército, generalmente en la organización del mismo. En 1890 tuvo una participación poco lucida en la defensa del gobierno contra la Revolución del Parque, tal vez porque en ésta figuraba su hermano Julio, que resultó muerto en combate.

Ministro de Guerra

En agosto de 1893, tras la segunda revolución radical, fue nombrado Ministro de Guerra por el presidente Luis Sáenz Peña. Renunció en enero de 1895, para ocupar el cargo de Comandante en Jefe del Ejército Argentino, con el grado de teniente general.
Poco después, cuando estaba por estallar una guerra con Chile, acantonó a la mayor parte del Ejército, formado principalmente por conscriptos, en la Sierra de Curumalal, listo para salir hacia Chile. Por suerte, dos meses más tarde se firmaban los "Pactos de Mayo", que evitaron una guerra que hubiera sido terrible. Había demostrado, sin embargo, poder movilizar y mantener en pie de guerra lejos de cualquier ciudad a un ejército mucho mayor que el que había peleado la guerra del Paraguay.
En octubre de 1898 volvió a ser ministro de guerra, al asumir su segundo gobierno el presidente Roca. Nombró comandante del Ejército a Pablo Ricchieri, el primer militar que no tenía experiencia de guerra civil en llegar tan alto. Juntos modernizaron el Ejército hasta hacerlo una maquinaria eficiente, alejada de los intereses políticos. También fue el fundador de la Escuela Superior de Guerra, especie de instituto de postgrado de los oficiales superiores, que comenzó a funcionar en abril de 1900. Fue también el responsable de buscar inspiración en los ejércitos alemanes para la modernización del ejército, iniciando una influencia ideológica que duraría hasta poco antes de la llegada de los nazis al poder en Europa.
En 1904 colaboró con Ricchieri en la organización de la primera conscripción obligatoria de todos los jóvenes varones de 20 años.
En febrero de 1906 fue nombrado ministro de guerra por última vez, bajo el gobierno de José Figueroa Alcorta.
Falleció poco después de dejar ese cargo, en octubre de 1907.
Diversos autores mencionan a Campos como el último militar notable de las generaciones que lucharon en las guerras civiles argentinas y fue, junto con Roca y Ricchieri, el puente entre el ejército politizado del siglo XIX y el Ejército profesional del siglo XX. [3] 
CAMPOS LÓPEZ CAMELO, Luís María Benito Teniente General (I805)
 
32 Joaquín Viejobueno (n. Buenos Aires, 1833 ? ?, íd, diciembre de 1906), militar argentino, ministro de guerra durante el gobierno de Luis Sáenz Peña.

Era hijo del coronel Joaquín Viejobueno y hermano del general Domingo Viejobueno.

Ingresó al regimiento de artillería ligera en 1852, poco después de la batalla de Caseros. Prestó servicios contra el sitio de Buenos Aires por las tropas de Hilario Lagos y en varias campañas a la frontera con los indígenas. Luchó en Cepeda y Pavón, alcanzando el grado de mayor.

En 1864 era comandante de marina y ejército en San Isidro, San Fernando y Las Conchas. Participó en los comienzos de la guerra del Paraguay, aunque apenas participó en combates menores hasta la batalla de Curupaytí, en que colaboró en el cañoneo de las posiciones paraguayas. Regresó a Buenos Aires en 1868 y fue nombrado comandante general de armas de la provincia de Buenos Aires.

En 1870 hizo la campaña en Entre Ríos, contra el último caudillo federal, Ricardo López Jordán, como comandante de artillería de la división del general Emilio Conesa. Luchó en la batalla de Sauce, en la que su jefe lo ascendió a coronel. En 1874 fue el jefe de estado mayor de la división al mando de Luis María Campos, que prácticamente no llegó a luchar contra la revolución dirigida por Bartolomé Mitre.

Durante largos años fue jefe de estado mayor del ejército en la provincia de Buenos Aires, y con ese cargo formó parte de la campaña al desierto de 1879. Ese mismo año, el ministro de guerra, general Julio Argentino Roca, lo nombró presidente de la comisión que debía estudiar las modificaciones y modernizaciones que debían imponerse al ejército. No logró muchos avances, excepto fundir los primeros cañones nacionales de bronce, del tipo Krupp (considerados los mejores del mundo), con un procedimiento ideado por él. Fue ascendido a general.

Fue dos veces jefe de Estado Mayor General del Ejército, y fue ministro de guerra del presidente Luis Sáenz Peña.

Murió en Buenos Aires en 1906.

https://es.wikipedia.org/wiki/Joaqu%C3%ADn_Viejobueno 
VIEJOBUENO, General Joaquín (I1583)
 
33 Jose de Arcos y Bazan, descendiente de Alonso de Arcos, el alcaide de Tarifa que conquisto Gibraltar en 1462, eligio, al igual que muchos segundones, la carrera de las armas en el cuerpo de Granaderos a caballo, Regimiento Zamora. Tuvo la desdicha de pertenecer a la Division del Norte, comandada por el general La Romana, y apostada en Jutlandia al momento de la invasion napoleonica a España: apresados y traicionados por sus generales fueron obligados a servir bajo pendon frances. Enviado al regimiento Jose Bonaparte, nuestro antepasado hizo todas las campañas, incluso la de Rusia...siendo licenciado en marzo de 1813. Impedido de volver a España morirá en Francia... ARCOS Y BAZAN, José (I90)
 
34 L.P. Acta Nº 242. Administró el sacramento el presbítero don Enrique Lemme. Fueron padrinos don Julio Herrera, Natural de la Rep. Oriental, de 52 años domiciliado en Montevideo y doña Elvira Reyes, de 42 años natural de la Rep. Oriental, domiciliada en Montevideo. REYES ORIBE REYES, Elvira Julia (I294)
 
35 La concepción de la bandera actual se atribuye generalmente a José Ignacio Zenteno, secretario de Guerra del gobierno de Bernardo O'Higgins.

Su diseño fue obra del militar hispano-chileno Antonio Arcos, pese a que algunos historiadores sostienen que fue Gregorio de Andía y Varela quien la dibujó, y su confección fue llevada a cabo por Dolores Prats Urízar de Huici, aunque también ha sido adjudicada a las penquistas hermanas Pineda.

https://es.wikipedia.org/wiki/Bandera_de_Chile 
ARCOS Y ARJONA, Antonio Santiago (I86)
 
36 Militar de la independencia, General de la República y cartógrafo, a quien se debe el proyecto de la Ciudad Nueva de Montevideo (desde Ciudadela a Ejido). Jefe adicto a la parcialidad oribista y propietario de una hermosa quinta en el Prado, sobre la calle que lleva su nombre. Inició su vida militar en Argentina en la campaña contra los indios, y después ingresó en el ejército uruguayo, que le debe buena parte de su desenvolvimiento técnico. Proyectó las fortificaciones del Cerrito de la Victoria y otras, durante la Guerra Grande. Sus trabajos cartográficos culminaron en el levantamiento del primer mapa de la República. En 1851 presidió la comisión de límites que trazó la línea fronteriza con Brasil. Autor de "Descripción geográfica de la República Oriental del Uruguay". En un padrón de 1859 figura como "argentino, ingeniero". REYES Y AÑERO, Coronel José María (I868)
 
37 Militar, Tte. coronel de caballería, Jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo, egresado del Colegio Militar como alférez de caballería, edecán de los presidentes Roque Sáenz Peña y Victorino de la Plaza. Agregado militar en Bélgica, campeón internacional de salto, se retiró en 1936. Familia F329
 
38 Murió Amalia Lacroze de Fortabat
La empresaria y coleccionista de arte tenía 90 años; falleció esta mañana en su casa; su familia difundió un comunicado para informar que la ceremonia fúnebre será privada y para agradecer las muestras de afecto recibidas
SÁBADO 18 DE FEBRERO DE 2012 ? 15:56

Más conocida como "Amalita", María Amalia Sara Lacroze Reyes Oribe de Fortabat Pourtale murió esta madrugada en la ciudad de Buenos Aires. Aunque su protagonismo estuvo marcado por su rol como empresaria, dedicó buena parte de sus 90 años al arte. Mantuvo una vida intensa. Durante décadas fue una de las mujeres más poderosas de la Argentina y ocupó un lugar privilegiado en los medios de comunicación como personalidad destacada. Sus relaciones políticas, sus matrimonios y algunas excéntricas decisiones también despertaron la atención pública. Su rol filantrópico también cobró protagonismo en las últimas décadas.

Amalia Fortabat fue la primera de tres hermanos nacidos del matrimonio entre el médico Alberto Daniel Lacroze Gowland (1895-1972) y Amalia Reyes Oribe (1892-1980). Fue nieta de Federico Lacroze, quien estableció la primera línea de tranvías a fines del siglo XIX. Nació en Buenos Aires el 15 de agosto de 1921, pero apenas cumplió un año su familia se trasladó a París. Su primer idioma fue el francés; luego vendría el inglés y por último el castellano.

En 1959, junto a su marido Alfredo Fortabat. Foto: Archivo En 1959, junto a su marido Alfredo Fortabat. Foto: Archivo Foto 1 de 30
Se casó en septiembre de 1942 con el abogado Hernán de Lafuente Sáenz Valiente, antes de concebir a su única hija: María Inés. Algunos años después se enamoró de Alfredo Fortabat, un hombre 27 años más grande que ella. El romance entre ambos comenzó pese a sus respectivas relaciones maritales. Su separación fue uno de los escándalos más importantes de la época: en ese entonces no estaba permitido el divorcio. Finalmente se casó en segundas nupcias en 1947, en Uruguay.

Luego de la muerte de su marido, en 1976, Amalia Fortabat debió hacerse cargo de un verdadero imperio económico. Bajo su mando, el grupo registró el mayor crecimiento económico. Mantuvo buenas relaciones con el Estado, tanto con el gobierno militar, como con el menemismo y los radicales. Buena parte de su facturación estuvo ligada a obras públicas.

Luego del acelerado crecimiento económico, Fortabat fue destacada por la revista Forbes como la mujer más rica de la Argentina, con un patrimonio estimado que superaba ampliamente los US$ 1500 millones. Mientras tanto, su reconocimiento social aumentaba con el mismo ritmo que su exposición mediática. Las portadas de las revistas más importantes comparaban su fama y su poder con el de algunos personajes televisivos como Mirtha Legrand.

En los 70 creó la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat, una institución que donó millones de dólares a organizaciones de caridad en todo el país. Brindó subsidios a hogares infantiles, escuelas, centros culturales, fundaciones de carácter benéfico y damnificados por inundaciones. Además, la entidad realiza aportes económicos a comedores de las zonas más carenciadas del conurbano bonaerense. En 1988, la labor de la fundación fue premiada con el Konex de Brillante.

Con el gobierno menemista mantuvo estrechos vínculos: el ex presidente Carlos Menem la nombró "embajadora itinerante y plenipotenciaria".

Su gusto por el arte se materializó por esos años. En 1992 fue designada presidenta del Fondo Nacional de las Artes. Por esos años, su fortuna seguía vigente: otra vez, la revista Forbes la citó como la tercera persona más rica de la Argentina, con una fortuna de US$ 1600, precedida por Gregorio Pérez Companc y Roberto Rocca. Ese mismo año marcó otro récord: luego de leer un artículo sobre una niña albanesa que había perdido un brazo en una mina, realizó la mayor donación privada de la historia del Programa Mundial de Alimentación de la ONU con US$ 500.000 para los refugiados y para financiar la operación de la joven.

En 2000, delegó la mayor parte de las funciones de sus empresas a Alejandro Bengolea , su nieto. Las deudas millonarias y problemas financieros se hicieron habituales en los últimos años, motivo por el cual tuvo que subastar cuadros por sumas millonarias. Finalmente, a sus 84 años vendió la cementera Loma Negra, empresa ícono en la Argentina, al grupo brasileño Camargo Correa.

Desde mediados de la década pasada orientó su actividad a la filantropía y el arte. A partir de entonces se dedicó a reflotar su colección de arte, con la apertura de su propia galería: el Museo Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat , en Puerto Madero.

Su relación con los Kirchner fue distante. El ex presidente fue el encargado de revocar su condición de "embajadora plenipotenciaria" que le había otorgado Menem. Además, en 2009, la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal ordenó investigarla por supuesta evasión del IVA por sus honorarios percibidos como presidenta de Loma Negra en 1999, con un reclamo que ascendía a $ 6,8 millones.

En agosto de 2008, debió ser internada debido a un problema respiratorio en el Instituto Fleni de Belgrano. Dos años después, debió ser ingresada de nuevo por nuevas molestias. En el último tiempo sólo en ocasiones excepcionales tenía apariciones públicas.

Su familia difundió un comunicado para informar que murió a las 6 de la mañana, en su casa, y que la ceremonia fúnebre será "estrictamente privada". También agradecieron las muestras de cariño y afecto recibidas.

Debido a la sensibilidad del tema, esta nota está cerrada a comentarios 
LACROZE REYES ORIBE, María Amalia Sara (I282)
 
39 Nació en Buenos Aires el 09 de febrero de 1831 era hijo de Martín Teodoro Campos Y Luisa López Camelo. En su mocedad trabajó en los establecimientos rurales de su padre en el partido de Lobería, amenazados por las correrías de los malones indígenas. En 1852 se incorporó al Ejército como soldado, actuando en el primer Batallón de Guardias Nacionales de Buenos Aires, a la órdenes del Sargento Mayor Emilio Conesa. Participó, en esta condición, en la revolución del 11 de septiembre de 1852. En acciones desarrolladas en la campaña sudeste de la provincia de Buenos Aires fue hecho prisionero por las fuerzas del Coronel Hilario Lagos, que habían sitiado la capital bonaerense. Asistió a la batalla de Cepeda, en 1859, en calidad de ayudante de General Mitre. También a sus órdenes se batió en Pavón en 1860 participó en la campaña del Paraguay, con el grado de Teniente Coronel, actuando en la batalla de Yatay y en la toma de Uruguayana, acciones libradas en 1865; en 1866 se pone al frente del Batallón de Cazadores de La Rioja, con la cual se encontró en Paso de la Patria, en la sorpresa del Estero Bellaco, en la batallas de Tuyuti, Yatayti; Cora, Boquerón y en asalto de Curupayti, todas libradas en 1866. Tras una breve licencia durante la cual se trasladó a Bueno Aires, regresó al frente de operaciones, para tomar parte en la batalla de Tuyuti, en 1868, en la que fue herido. Restablecido, se reincorpora a la lucha en la acción desplegada en torno al reducto cora, cayendo prisionero del General paraguayo Caballero, quien lo envió al cuartel General de Solano López en Itaibate. Durante el trayecto que hizo a pie, soporto terribles sufrimientos. En el reducto enemigo padeció crueles tormentos, falleciendo sin asistencia y en medio de la indiferencia de sus captores, en Lomas Valentinas, el 12 de septiembre de 1868.

Fuente: http://www.colegiomilitar.mil.ar/2005/instituto/patrimonio6.asp 
CAMPOS LÓPEZ CAMELO, Gaspar Jose Teniente Coronel (I825)
 
40 Oficial Napoleonico

- Geni World Family Tree
- Jice26 - WAELPUT JC Web Site (Smart Match) 
ARCOS Y ARJONA, Antonio Santiago (I86)
 
41 Origen
Apellido de origen Vasco.

Filiación .
1.0: José de Arlegui Salinas, nace en Pamplona, Navarra, por 1690, muere en Santiago, Chile, 1° matrimonio con Beatriz Aguirre Barrenechea , 2° matrimonio con Feliciana de Lanz y Girón

Llego a Chile como criado del Gobernador, por 1720, Secretario del Gobernador Cano de Aponte y de Manso de Velasco, Tesorero de la Real Hacienda, y luego Comisario General de Caballería.
 
ARLEGUI Y SALINAS, Jose (I128)
 
42 Padrinos: Daniel B. Rosende y Luisa C. de Rosende CAMPOS CAMPOS, Josefina del Carmen (I1595)
 
43 Padrinos: Elena Lavalle Darregueyra y Ricardo Cipriano Lavalle Darregueyra GUIDO LAVALLE GUIDO, José Alberto (Pepe) Arquitecto (I537)
 
44 Padrinos: Juan Isman y Juliana de Isla de Isman CAMPOS LÓPEZ CAMELO, Nicolasa Estefanía Sofía (I833)
 
45 Padrinos: Martín F. Campos y Luisa López Camelo de Campos. CAMPOS OTAMENDI, María Luisa del Carmen (I808)
 
46 Padrinos: Rufino Castex y Josefa Campos CAMPOS LÓPEZ CAMELO, Josefa Delfina (I829)
 
47 PARDO:

Nos encontramos ante un linaje tan antiquísimo que su origen se pierde en un remoto pasado, tanto que se han dado opiniones sobre su procedencia para todos los gustos; por ejemplo: algunos autores pretenden que tuvo su origen en Grecia; otros, que procede de los partos, pueblo de Asia.
Pero con ser estas versiones muy antiguas, se quedan cortas ante la opinión del genealogista Salazar de Mendoza que cree que se debe llevar el origen del linaje Pardo, más allá de griegos, romanos o partos.
Todo lo anterior, al carecer de las imprescindibles pruebas, habrá que tomarlo como conjeturas.
No se puede conceder veracidad a aquello que no se prueba con documentos o datos fehacientes e irrefutables. Que es muy antiguo, nadie lo duda; en las piedras de la destruida ciudad de Sagunto se ha encontrado grabada la palabra Pardo.
Y en tiempos del emperador Constantino, y ahora sí que entramos en los datos históricos, un obispo llamado Pardo asistió al Concilio Iliberitano. Los reyes de Aragón no se llamaron a ser menos al reconocerse como parientes de la casa Pardo, la cual tuvo el tronco conocido en aquel reino, es decir, Aragón. La historia es la siguiente: parece ser que en tiempos de la invasión sarracena, algunos caballeros del linaje Aznar pasaron a Galicia, donde hicieron asiento, pues ya se lee que a principios del siglo VIII, Aznar Pardo, valiente guerrero, pasó de Galicia al reino de Aragón donde fue ricohombre y mayordomo mayor del rey don Pedro, a quien acompañó a la guerra contra los moros distinguiéndose en la hatalla de las Navas de Tolosa, en el año 1.212, siendo el primero que le pegó fuego al palenque de Miramamolín.
En premio a sus buenos servicios, el rey le hizo merced del señorío de la villa y castillo de Cassa.
Don Aznar Pardo, hijo del anterior, sirvió al rey don Alfonso IX, de Castilla y después al rey don Fernando "el Santo", en la conquista de Jaén, y recibió en premio a sus servicios el señorío de Villar, que en memoria de su nombre, se llamó desde entonces Villar del Pardo.

Descripción del escudo de armas: Escudo de oro y un águila exployada: en la punta tres hachas o bastones de sinople encendidos.
En Asturias escudo partido: 1º de azur con cinco pinos al natural. 2º de gules con un pino rodeado de cinco flores de lis de oro.
Otros traen: En campo de oro tres pinos sinople 
PARDO, Alberto (I41)
 
48 sabel de Portugal (Lisboa, 24 de octubre de 1503 ? Toledo, 1 de mayo de 1539), también conocida como Isabel de Avís, fue la única esposa de Carlos I de España, emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico. No fue reina titular de
España, ya que la verdadera titular y propietaria todavía vivía: Juana I de Castilla (1479-1555). Sin embargo, se le considera entre las reinas consortes de España, y de hecho actuó como gobernadora de los reinos españoles durante los viajes por Europa de su marido.
Isabel era la segunda hija del rey Manuel I de Portugal (1469-1521) y de su segunda esposa María de Aragón y Castilla (1482?1517), siendo por tanto, infanta de Portugal por nacimiento.
En 1521 murió Manuel I y le sucedió su hijo Juan III el Piadoso. Las negociaciones entre los dos reinos de la Península Ibérica dieron como resultado una doble unión hispano-lusa. En 1522 se acordó el matrimonio entre Juan III y Catalina de Austria, hermana menor de Carlos I. Tres años después, en 1525, es su hermana Isabel la que se uniría a Carlos I, el 11 de marzo de 1526, teniendo ella 23 años y él 26. La boda se celebró en los Reales Alcázares de Sevilla, en el actual Salón de Embajadores.
El matrimonio tuvo cinco hijos, siendo el mayor, el futuro Felipe II de España, el único varón en sobrevivir a la niñez. Isabel de Portugal murió estando embarazada de su quinto hijo en uno de los aposentos del toledano palacio de Fuensalida, lugar que hoy alberga la Presidencia del Gobierno de la Castilla-La Mancha.
El 11 de marzo de 1526 Carlos I se casó en los Reales Alcázares de Sevilla con su prima Isabel de Portugal, hermana de Juan III de Portugal (quien en 1525 se había casado con la hermana de Carlos I, Catalina de Austria). Con ella tuvo los siguientes hijos:
Felipe II de España (21 de mayo de 1527 ? 13 de septiembre de 1598).
María de Austria (21 de junio de 1528 ? 26 de febrero de 1603), quien en 1548 se casó con su primo hermano, el que sería más adelante el emperador Maximiliano II, con el que tendría quince hijos.
Fernando (1530).
Juana de Austria (26 de junio de 1535 ? 7 de septiembre de 1573), quien en 1552 se casó con Juan Manuel de Portugal, príncipe de Portugal.
Juan (19 de octubre de 1537 ? 20 de marzo de 1538);
Juan (30 de abril de 1539), a consecuencia de cuyo parto murió la emperatriz Isabel 
PORTUGAL, Isabella de (I477)
 
49 Santiago Arcos Arlegui
Fundador de la Sociedad de la Igualdad
Santiago Arcos Arlegui: 1822-1874
Santiago Mariano del Carmen Arcos Arlegui nació el 25 de julio de 1822 en Santiago y fue el cuarto hijo del matrimonio integrado por el español Antonio Santiago de Arcos Arjona y la criolla chilena Isabel Petronila Arlegui Rodríguez.
Cuando Bernardo O'Higgins abdicó (1823), Antonio Arcos -muy cercano al Libertador- huyó hacia Mendoza, regresando después en busca de su familia y emigrando con ella a París, Francia. Arcos Arlegui se educó en esa ciudad, sin seguir una carrera universitaria, y se convirtó en un autodidacta con amplios conocimientos.
El joven se embarcó hacia América en 1844 y llegó a Chile en 1848, donde pronto se hizo parte de la sociedad santiaguina. Junto a un grupo de intelectuales, fundó en 1850 la Sociedad de la Igualdad. En este mismo período se casó en forma secreta con Francisca Javiera Ugalde y Montt; de este matrimonio nacieron dos hijos.
Se suicidó en París el 23 de septiembre de 1874, desesperado por el cáncer que lo afectaba. La miseria parisina cambia su vida
En medio del lujo hogareño, Santiago Arcos se sorprendió con los barrios pobres de París y la miseria en que vivían miles de hombres, mujeres, y niños que pese a su corta edad debían trabajar. Hacia 1840 comenzó a frecuentar grupos socialistas y a los 21 años se convirtió en un decidido propagador de estas ideas. Se dio cuenta de que la Revolución Industrial que tanto saludaban los burgueses como su padre, a la vuelta de unos años provocaría también una revolución social. Esta realidad pronto lo puso en contra de su progenitor, por lo que abandonó su casa a los 25 años de edad.
En 1845 conoció a Francisco Bilbao cuando este llegó a París, e intentó acercar al chileno a las ideas socialistas. Sin embargo, Bilbao prefirió estudiar los fundamentos del cristianismo con Edgard Quinet.
Centro de la atención santiaguina
Cuando Santiago Arcos anunció que viajaba a Chile, fue apoyado económicamente por su familia, quizás para que a los parientes santiaguinos de los Arcos Arlegui no les pareciese que les había ido mal en Europa.
Se embarcó en Inglaterra rumbo a América en agosto de 1844. En New York, Estados Unidos, conoció a Domingo Faustino Sarmiento, con quien vino hasta Chile, llegando a Valparaíso el 24 de febrero de 1848.
Tras arribar a Santiago el 1 de marzo, pronto se convirtió en el centro de las tertulias capitalinas. En septiembre realizó un viaje a las pampas argentinas, aventura que publicó enero de 1849 en la Revista de Santiago bajo el título de Cuentos de Tierra Adentro o Extracto de las Apuntes de un Viajero.
Difunde sus ideas en Chile
Siendo acaso el primero en hablar de socialismo en el Club de la Reforma y espantar a los patriarcas liberales con ideas sobre los derechos del pueblo, a Santiago Arcos pronto se le acabaron las invitaciones a las casas de la elite. Más aún cuando su familia regresó a Chile luego de la revolución en Francia, y estableció el Banco de Chile de Arcos y Cía., en octubre de 1849.
El oscuro pasado de su padre -quien era considerado un personaje no confiable por negocios anteriores poco claros en el país- hizo fracasar la empresa. Así, mientras el padre creaba la primera organización de crédito en Chile, el hijo pensaba en crear una organización socialista con los obreros.
Por los derechos del pueblo
Bajo los modelos europeos de alianza, Arcos esperaba formar un grupo con los artesanos, por lo cual se contactó con estos a través de Eusebio Lillo y José Zapiola, quienes habían trabajado en ambientes populares.
El objetivo era crear una organización controlada por artesanos, destinada a educar al pueblo y crear conciencia en él de sus derechos a un mejor salario, trato y habitaciones dignas, entre otras aspiraciones.
En enero de 1850, con la llegada de Francisco Bilbao desde Europa, se dio el último impulso a este nuevo referente, constituyéndose la Sociedad de la Igualdad a finales de marzo de ese año. Sus pricipales integrantes fueron: Santiago Arcos, Francisco Bilbao, Eusebio Lillo, José Zapiola, el artesano sombrerero Ambrosio Larrecheda, los sastres Cecilio Cerda y Rudecindo Rojas, Manuel Guerrero y Francisco Prado Aldunate, el obrero Mondaca y el ex oficial Luciano Piña Borcosqui.
La primera sesión
La Sociedad se instaló en los salones de la filarmónica, casa de Mariano Ariztía, en la calle San Antonio esquina Catedral. En la primera sesión oficial fueron aprobados los reglamentos y estatutos, redactados por Arcos y Zapiola. También, fueron aprobados tres principios que propuso Bilbao: reconocer la soberanía de la razón como autoridad de autoridades, la soberanía del pueblo como base de toda política, y el amor y fraternidad universal como vida moral.
Luciano Piña propuso el nombre de la Sociedad y que sus integrantes se llamaran entre sí ciudadanos. La junta directiva estuvo compuesta por Lillo como presidente; Guerrero, vicepresidente; Bilbao, secretario; Zapiola, segundo secretario; y Arcos, Larracheda, Prado y Cerda directores.
Organización y periódico
La Sociedad se organizó en grupos. De aquellos que se conformaron se conservan pocos datos, pero se sabe que el número 6 estuvo presidido por Arcos y tuvo de secretario al joven Benjamín Vicuña Mackenna. En abril de 1850 se contaban 7 u 8 grupos, con 200 socios aproximadamente.
Además, se imprimió el periódico El Amigo de Pueblo, que levantó gran polémica entre los liberales y el gobierno, por su decidida oposición al candidato presidencial Manuel Montt, y por sus ideas de educación del pueblo. En él, Arcos escribió el 16 de abril: "¡Ha llegado el momento en que la clase obrera adquiera conciencia de su poder...!".
Rechazo y decepción
Las reacciones a la radicalidad de los discursos de Arcos no partieron desde el gobierno, sino desde el interior de la misma Sociedad. Otros de sus integrantes comenzaron a responder a los artículos de Arcos en el periódico, frenando la posibilidad de una revolución como este lo propugnaba.
Se buscó apartar a Arcos de la directiva de la Sociedad y este hizo un último esfuerzo por redirigir la organización, que lentamente estaba siendo dominada por los liberales del ex Club de la Reforma, desplazando a los artesanos. Sus esfuerzos fueron en vano. Fue así como para Arcos, la Sociedad fue perdiendo sus objetivos iniciales de educación del pueblo en sus derechos, y se había convertido en centro de reunión solo para atacar la candidatura presidencial de Manuel Montt.
El gobierno disuelve la organización
Alejado de la directiva de la Sociedad, Santiago Arcos se dedicó a redactar un folleto titulado La Contribución y la Recaudación, en el cual propuso una nueva ley de impuestos, fruto de sus influencias intelectuales europeas.
En tanto, el gobierno solo esperaba una excusa para intervenir y disolver a la Sociedad, y esta se presentó en noviembre de 1850, cuando un motín en San Felipe llevó al gobierno a decretar estado de sitio y disolver la organización apresando a sus directores.
El destierro
Ante la actitud de las autoridades Arcos se escondió, pero finalmente fue detenido el 23 de noviembre, tras ser delatado por una mujer. Se le deportó al Perú, de donde siguió viaje hasta California, Estados Unidos, radicándose allí hasta 1852. Intentó volver a Chile, sin embargo, a su llegada fue encarcelado y expulsado en forma definitiva junto a su esposa e hijos.
Vivió en Mendoza y luego en Buenos Aires, Argentina, donde enviudó y perdió a uno de sus hijos. Luego de la muerte de su padre, recibió una parte de la herencia que este dejó, lo que le permitió trasladarse a España donde siguió ligado a actividades políticas.

Santiago Arcos: (1822-1874)
Santiago Arcos
Santiago Mariano del Carmen Arcos Arlegui
Intelectual chileno
Nació el 25 de julio de 1822 en Santiago en 1822. Fue el cuarto hijo del matrimonio integrado por el banquero español Antonio Santiago de Arcos Arjona y la chilena Isabel Petronila Arlegui Rodríguez. Su padre lo mandó a París para completar su formación. Allí vivió el ambiente revolucionario que se dio en Francia durante 1848, interesándose por los socialistas utópicos, convirtiéndose en uno de sus principales promotores. Cuando regresa a Chile, ingresó en el Club de la Reforma, conocido también como 'de la Patagua', donde conoció a Francisco Bilbao, con quien fundó La Sociedad de la Igualdad. Autor del libro Sociabilidad chilena, en el que criticaba al clero y a la Iglesia. En noviembre de 1850 fue desterrado a Perú, regresó a Chile dos años después. Nuevamente se le destierra y se dirige a Argentina, donde se hizo partícipe de las luchas políticas internas de ese país. Se radicó en París, y publicó el libro La Plata, relativo a la historia argentina. Se suicidó en la capital francesa, el 23 de septiembre de 1874.
Santiago Arcos se suicidó en el puente del Argenteuil a París...ese día estaba invitado a cenar a la casa del duque del Infantado y le envió a su cochero con una nota que decía: "Mi querido Mariano, a los plato no llegó porque tengo un asunto que resolver, pero si se asoman a la hora de los postres se asoman al balcón me verán pasar" (el balcón daba al río Sena)...y él, el eterno y sarcástico dandy una vez más, la última, dió muestras de su maravilloso humor, enfrentando la muerte para negar una vida que el cáncer en su garganta le negaba, una vida de calidad y sin dolores, hacia un mes exacto se había despedido de su querido Domingo Faustino Sarmiento con palabras llenas de santo amor fraternal. Ojalá todos pudiésemos irnos tan elegantemente.... 
ARCOS Y ARLEGUI, Santiago Mariano del Carmen (I77)
 
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